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Vox, contra 'El Jueves': la amenaza fantasma

Solo un narcisista herido devuelve una burla con acciones legales o amenazas. Ponerse como una hidra cuando alguien se burla de ti es de peor gusto que el humor de mal gusto

Foto: Guillermo Martínez-Vela, director de 'El Jueves'. (Álvaro Rincón)
Guillermo Martínez-Vela, director de 'El Jueves'. (Álvaro Rincón)

Mi parte favorita del señalamiento de Vox con el editor de RBA por una caricatura en 'El Jueves' es el tonito pasivo-agresivo de la amenaza: "Es posible que muchos de ellos (de los millones que votan a Vox) le empiecen a exigir responsabilidades cuando le vean salir de su despacho".

¡Es posible que le empiecen a exigir responsabilidades! ¿Cómo se las exigirán? ¿Por qué al salir de su despacho? He aquí lo que dices cuando no te atreves a expresar algo que te retrataría como un animal. Cuando la mala virgen que te provoca un chiste es demasiado exagerada como para transcribirla literal. Es posible que alguien (guiño, guiño) haga algo.

Pero creo que es eso, precisamente, lo que más los retrata: una cobardía a medio camino entre lo explícito y el 'yo no he dicho eso'. Ponen una foto de tu cara en su cuenta oficial con millones de seguidores tremendamente activos, dejan la dirección de tu trabajo sugerida a falta de una búsqueda en Google, proporcionan, además, tu nombre y apellidos, sueltan que alguien podría hacerle algo a alguien, pero le dan a todo esto la forma vaga de la bravata escolar, por si las moscas. Les falta valor para poner lo que les gustaría: 'a por él'. Es una amenaza, pero no es una amenaza. Es una amenaza fantasma. Con trazas de fantasmada.

Les falta valor para poner lo que les gustaría: a por él

El tonito pasivo-agresivo es una de las características típicas del narcisista, que sabe que perder los papeles y mesarse los cabellos en público es percibido como un rasgo de debilidad, y que un ataque frontal y enfurecido puede colocarlo en una posición vulnerable. De ahí que, por ejemplo, en Cataluña explicaran que "ho tornarem a fer" no significa "lo volveremos a hacer", sino "no renunciamos a nuestros principios". Si quieres detectar a un cobarde henchido de vanidad basta con estar atento a esta actitud. Las redes sociales están llenas de estos ladridos a ambos lados de una verja que se calman al instante si la verja se abre.

Me pregunto qué daño puede hacerle a alguien de derechas ser caricaturizado por 'El Jueves'. Ninguno, o dicho de otra forma, el mismo daño que alguien de izquierdas recibir una retahíla de epítetos vitriólicos de Jiménez Losantos. Si uno se percibe a sí mismo con cierto sentido del humor, la burla desde un extremo le hace gracia. Te puedes colgar como una medalla lo que, en cambio, con un ego inseguro, se convierte en el prólogo de una batalla judicial, o incluso en algo peor. Solo un narcisista herido devuelve una burla con acciones legales o amenazas. Ponerse como una hidra cuando alguien se burla de ti es de peor gusto que el humor de mal gusto.

Foto: Foto: Unsplash. Opinión
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Algo como “emprenderemos acciones legales contra esta revista” les parece a los de Vox, quizá, demasiado propio de lo que llaman 'derechita cobarde', o incluso de la izquierda, también aficionada a ponerse muy digna cuando la ofenden. Además, no siempre da fruto: recordemos que Irene Montero denunció al juez jubilado que le escribió un poemita satírico en una revista y que al final tuvo que ver, desolada, cómo se evaporaba la jugosa cantidad de pasta que le había caído en primera instancia. Los jueces suelen entender que un político ha de ser caricaturizado, así que Vox ha decidido sumar a su amenaza judicial la otra, tan impropia de un partido serio como montar una rueda de prensa con público para que griten a los periodistas.

He estado leyendo las defensas que los más capillitas del partido dan a esta patinada, tan indefendible que hasta alguien tan poco sospechoso de “linchar” a Vox como Quintana Paz la ha delatado, y solo hay dos opciones: el 'y tú más' y la victimización. Con la victimización vienen a decir que 'El Jueves' no tiene piedad con Vox, cosa que es cierta, pero olvidan que un partido político no es una revista y que el señalamiento desde el poder a un particular es un abuso de fuerza se mire por donde se mire. Por otra parte, también los capillitas de Podemos recurren a este truco cuando sus queridos líderes señalan, por ejemplo, a José María Olmo desde sus cuentas de Twitter y sus medios afines.

Con el 'y tú más' la cosa es todavía más ridícula: si tu partido hace algo parecido a lo que tú has criticado con saña cuando lo hacían otros, ¿en qué lugar los deja esto? En tus propios términos, tu partido se está colocando a la altura de los partidos que más detestas. ¿En qué planeta eso puede sonar a una defensa razonable? Por otra parte, si recurres al “y tú más” para eludir una crítica a los tuyos, estás demostrando que tus principios son circunstanciales y que no importa el 'qué', sino el 'quién'. ¡Bonita radiografía moral es esa!

Sin embargo, nada de esto debería eclipsar la parte más seria de todo este asunto. Lo que ha lanzado Vox es una amenaza posmoderna, sí, pero una amenaza con todas las de la ley. Se escudan en la sutileza sencillamente por prudencia egoísta y falta de arrojo. Si (pongamos por caso) algún cafre entre esos “millones de españoles” atacase al editor de 'El Jueves' a la salida de su despacho, entonces ¿qué haría el partido? Pues es como si lo viera: naturalmente lo dejarían solo, dirían que ellos condenan todas las violencias, se quitarían de encima cualquier responsabilidad y pasarían a acusar a los demás de no condenarlas todas. El populismo, cuando conoces las reglas, es lo más previsible del mundo. Parece mentira que la gente se lo trague.

Mi parte favorita del señalamiento de Vox con el editor de RBA por una caricatura en 'El Jueves' es el tonito pasivo-agresivo de la amenaza: "Es posible que muchos de ellos (de los millones que votan a Vox) le empiecen a exigir responsabilidades cuando le vean salir de su despacho".

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