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Receta para cocinar un moderado de Bildu a la bilbaína
Al menos un 30% de los vascos está dispuesto a votar a un partido que no puede decir que ETA fue terrorista, porque si lo hace no te votan, y eso me provoca náuseas
Cuando leí que Bildu había elegido un perfil “moderado” para las elecciones vascas, puse en marcha mi cronómetro sádico particular: a ver cuánto tarda el candidato Pello Otxandiano, me dije, en demostrar a toda España qué es exactamente la moderación en el entorno psicológico o psiquiátrico de la antigua Batasuna. Y, ahora, a unos días de las elecciones, bastó una pregunta de Aimar Bretos en la SER para que el aseado becario de Otegi diera una lección ejemplar de lo que Bildu entiende por moderación.
La pregunta detonadora no pudo ser más clara, concisa y precisa, y la formuló Bretos con su legendario tono ASMR o suavorro: “¿ETA fue un grupo terrorista?”. La respuesta, por fascículos, supuso un viaje interminable por el páramo intelectual sobre el que se construye Bildu. Allí iba colocando Otxandiano palabras como postas, en tono igualmente satisfyer, hacia ninguna parte. El diálogo fue más o menos así:
“¿ETA fue un grupo terrorista?”. Respuesta: “ETA fue un grupo… armado… Las denominaciones pueden ser diversas. La violencia del Estado también puede tener diferentes títulos”. Tras mucha morralla, Bretos: “¿No considera grupo terrorista a la banda terrorista ETA?”. “No me parece que sea la cuestión fundamental”. Total, Otxandiano situó en el mapa la moderación de Bildu.
Pensando y repensando la forma de sacar por el desagüe sentimental la náusea profunda que me provoca el hecho de que al menos un 30% de los vascos esté dispuesto a votar a un partido que no puede decir que ETA fue terrorista, porque si lo hace no te votan, decidí que a veces la angustia se quita cocinando. Y, como en Euskadi hay más cocineros que personas, elaboré una receta. La presento hoy en sociedad.
Receta: Moderadito de Bildu a la bilbaína
Ingredientes: un etarra de 829 gramos, 200 gramos de hipocresía, kilo y medio de relativismo moral, un bote de idioma indoeuropeo fresco, especias de “todas las violencias” y retórica marxista, 100 mililitros de jabón histórico.
Preparación:
Cogemos el etarra, lo limpiamos y, si es necesario, desescamamos. Se le retira la txapela con un pelapatatas y la capucha blanca con cuidado, para no dañar la cara. Si debajo de la capucha encontramos una expresión homicida o empieza a amenazarnos en español o euskera, frotamos con aceite de oliva de Huelva hasta lograr un rostro angelical de becario del Banco de Vizcaya.
Se pasa por el microondas a baja potencia un minuto y medio para quitar el frío y la humedad del monte, y luego retiramos cuidadosamente la ropa Decathlon, la posible rasta, el mullet y el flequillo cortado con hacha hasta conseguir una mezcla candorosa. Si lleva pistola escondida, se arranca con pinzas, pero lo normal es que la hayan retirado en el comercio. Se le pueden colocar gafas y chaqueta para darle aire intelectual.
Una vez que tenemos al etarra limpio y con pinta de yerno perfecto, lo apartamos. Ponemos su discurso en la tabla de cortar y retiramos la grasa, la justificación del asesinato de guardias civiles en el contexto de una guerra de liberación nacional y las llamaradas étnicas. Colocamos en su lugar condenas a “todas las violencias”, salpimentamos con los GAL y cebamos bien la mezcla con especias marxistas.
Si el discurso sigue oliendo a ETA, yo recomiendo añadir 100 gramos de “pasar página” y 200 de “cambio de ciclo”, aunque otros chefs utilizan el “ETA ya no existe” y “construir el futuro”. Al final el sabor va a ser el mismo.
Una vez que tenemos el etarra preparado y el discurso en su punto, juntamos todo en una sartén, removemos bien hasta que no se distinga el bien y el mal, dejamos reposar para que la gente se olvide de que hay 300 casos sin esclarecer y emplatamos, de forma que cualquier militante del Partido Socialista pueda tragar el condumio y digerir el discurso. Y así reinará en Euskadi por siempre la paz y la libertad.
Cuando leí que Bildu había elegido un perfil “moderado” para las elecciones vascas, puse en marcha mi cronómetro sádico particular: a ver cuánto tarda el candidato Pello Otxandiano, me dije, en demostrar a toda España qué es exactamente la moderación en el entorno psicológico o psiquiátrico de la antigua Batasuna. Y, ahora, a unos días de las elecciones, bastó una pregunta de Aimar Bretos en la SER para que el aseado becario de Otegi diera una lección ejemplar de lo que Bildu entiende por moderación.
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