España is not Spain
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Nacho Cano peloteó al líder equivocado
Imaginemos ahora que en España gobernase el PP, que en la Comunidad de Madrid gobernase el PSOE, y que Nacho Cano hubiera manifestado su amor incondicional por un político progre. ¿Qué estaríamos leyendo hoy?
Siempre es un buen momento para recordar esas palabras de Fernando Savater que habré parafraseado ya un millón de veces: en el mundo del artisteo español, lo vital no es que seas de izquierdas, sino que no parezcas de derechas. Y las reacciones del “mundo de la cultura” al extraño movimiento policial en torno a Nacho Cano han sido la constatación número 4.369.062.
Protestas airadas de la “gente de la cultura” cuando un movimiento policial con posible sede en la Moncloa se cerca sobre un artista: cero. Comentarios de chufla porque Cano es facha: un trending topic.
Que quede claro esto, de entrada: para mí la relación correcta entre un artista y los políticos es la de Albert Pla: criticar sin piedad, faltar al respeto y aprovecharse sin que se note. El artista que habla bien de un político, en general, me produce desconfianza, porque los poetas al servicio del poder hace siglos que no producen una Eneida.
Me pareció en su día penoso el revoloteo de polillita de Nacho Cano alrededor de Ayuso, pero también la lista, demasiado larga para reproducirla aquí, de escritores, actores, directores, dibujantes, cantantes etcétera que le bailan el agua a Sánchez, Colau, Montero o Yolanda Díaz. Lo único positivo que puedo decir de la relación entre Nacho Cano y Ayuso es que él pelotea a contracorriente.
Y todo tiene un precio, como hemos visto. Esto es lo que sabemos: Nacho Cano emplea en su musical 'Malinche' a estudiantes becados de México cuyas prácticas incluyen trabajo en el escenario, según la compañía. La policía investiga, sin embargo, una supuesta explotación laboral de inmigrantes ilegales.
Llevaron a comisaría a 17 de estos estudiantes: todos respaldaron la versión de Cano y además contaron que los retuvieron de mediodía a la madrugada, que les miraron los móviles y que trataron de arrancarles testimonios sobre una supuesta explotación laboral y hasta sexual del director. Esto último es directamente aterrador.
Habría desencadenado la investigación el testimonio de una estudiante que, según Cano y los 17 restantes, era conflictiva. El martes, la policía tomó declaración al artista en la comisaría de Leganitos y lo soltó. Tras una conveniente filtración a la SER, se publicó que Cano estaba “detenido”, pero en la rueda de prensa que ofreció el artista el mismo día aseguró que no pesan cargos contra él.
Alguien miente. Ahora los 17 estudiantes interrogados han denunciado a la Policía por coacciones. Cano está convencido que todo forma parte de una cortina de humo del Gobierno por su cercanía con Ayuso. ¿Puede ser cierto? ¿Cruz de navajas por una mujer, en concreto la del presidente?
Podría ser. Desde que periódicos y jueces empezaron a cercar la trama Koldo y a la mujer de Sánchez, el goteo de noticias sobre el entorno de Ayuso ha sido constante. Titulares sobre el novio, el ex, el padre fallecido, la madre y el hermano han sembrado el debate público de agitación sin que por el momento nada haya llegado lejos en los tribunales. ¿Apuntan ahora a Nacho Cano por Ayuso?
Ante la duda sobre la dirección de la propaganda, yo siempre acudo a El Plural. Allí han publicado cuatro noticias sobre Cano estos días: la primera transcribe la información de la SER y menciona a Ayuso dos veces. La segunda: “Óscar Puente evoca a Milei como recado a Ayuso tras la detención de Nacho Cano”. La tercera, “Nacho Cano, tras su detención: Van a por mí por apoyar a Ayuso". La cuarta: “Los vínculos de Nacho Cano con Ayuso y la ultraderecha y sus problemas con 'Malinche”.
Bien: de acuerdo con una lectura de El Plural, podríamos afirmar, al menos, que el interés del Gobierno por relacionar la detención de Nacho Cano con Ayuso está ahí. Más todavía cuando Renfe (es decir: Óscar Puente; es decir: Sánchez), ha roto su acuerdo de colaboración con el artista y en la tarde de La Sexta no se ha hablado de otra cosa. Que la investigación policial también esté motivada por el interés del Gobierno me parece más dudoso. Aunque vaya usted a saber.
El caso es que no deja de asombrarme la poca indignación que, entre el mundo cultureta, ha provocado este movimiento. Imaginemos ahora que en España gobernase el PP, que en la Comunidad de Madrid gobernase el PSOE, y que Nacho Cano hubiera manifestado su amor incondicional por un político progre. ¿Qué estaríamos leyendo hoy? ¿Qué estaría publicando El Plural?
Pues tendríamos manifiestos, artículos sobre la represión de los artistas por parte de un Gobierno con aroma franquista y minutos reservados desde ya en los comentarios de la próxima gala de los Goya, que no sé ni cuándo es. Pero lo que tenemos es un mundo cultural dominado por el sectarismo, la panza y el acomodo partidista. Eso es lo que delata el caso de Nacho Cano.
Siempre es un buen momento para recordar esas palabras de Fernando Savater que habré parafraseado ya un millón de veces: en el mundo del artisteo español, lo vital no es que seas de izquierdas, sino que no parezcas de derechas. Y las reacciones del “mundo de la cultura” al extraño movimiento policial en torno a Nacho Cano han sido la constatación número 4.369.062.
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