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En España no tenemos el ADSL que nos merecemos
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Esteban Viso

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En España no tenemos el ADSL que nos merecemos

El problema del ADSL en España es que es caro, lento, y no llega a toda la población. La realidad es que pagamos más en España que en Europa

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El problema del ADSL en España es que es caro, lento y no llega a toda la población. Ahora empezarán todos los matices sobre esta primera frase que ya desarma, pero la realidad es que pagamos más dinero en España que en Europa (me refiero a la media europea), por menor velocidad y con un mapa de cobertura menor.

Es cierto que las ciudades a partir de cierta población tienen acceso al ADSL tradicional, al menos al básico, pero ¿qué pasa con nuestro campo, con nuestro entorno rural?

El ADSL es caro porque venimos de una herencia que comenzó con un monopolio durante el cual una sola empresa poseía toda la infraestructura de comunicaciones del país. Telefónica tenía bajo su control todo el cobre, necesario para la red de telefonía fija, y posteriormente el medio por el cual se ofrecían servicios de datos.

Desde aquellos tiempos en los que nos conectábamos a través de un ruidoso módem que nos privaba de servicio telefónico cuando lo conectábamos hasta hoy, se ha producido un enorme cambio de cara a los usuarios. Pero todavía hoy, en pleno siglo XXI, las cosas no son tan fáciles para el resto de operadoras. Eso sí, los tiempos cambian y ya empezamos a tener de verdad un mercado repleto de competencia.

Un mercado en constante cambio

Con la crisis económica y con la proliferación de otros operadores con red propia, la cosa está cambiando. Hoy, el ADSL crece en velocidad, pero no en precio, y existen muchas ofertas combinadas de ADSL+ fijo+móvil que consiguen reducir las facturas individuales con bastante facilidad.

Aglutinar servicios bajo una misma factura tiene ventajas, pero esas ventajas solo son posibles si se dispone de una red propia

Aglutinar servicios bajo una misma factura tiene ventajas, pero esas ventajas solo son posibles si se dispone de una red propia. En caso de no tenerla, como les pasa a las OMV, la cosa se complica. Alquilar infraestructura supone tener una base de precios menos competitiva que quien sí tiene el medio físico.

Es muy curioso ver cómo se ha pasado en unos años de tener una sola compañía de teleco que marcaba el ritmo y la evolución del mercado a su antojo, a tener una serie de proveedores nacionales y otros cuantos regionales, que compiten y ofrecen servicios de mucha calidad.

Lo mejor que le puede pasar al mercado es que haya competencia feroz. Beneficia a los consumidores y a la evolución tecnológica y de servicios. Tenemos hoy mucha oferta. Tanta, que a veces es necesario pararse un tiempo para analizar y decidir la mejor oferta de ADSL posible, comparándola con otras equivalentes o explorando la posibilidad de los combinados.

A la caza de las mejores ofertas

A un cliente lo que le preocupa es tener el mejor servicio posible, al mejor precio. Y cada vez más, afortunadamente, le preocupa menos atarse a una compañía durante años, si otra llega y le ofrece algo mejor. La crisis económica, además, espolea a los usuarios para buscar la mejor factura, para ahorrar unos euros sin que el servicio se resienta. Y también pone en alerta a las compañías porque el crecimiento en líneas instaladas ya no es el que era.

Hasta hace relativamente poco tiempo (unos cuatro o cinco años), Telefónica tenía una gran ventaja porque un 40% del territorio español solo podía servirse de sus ofertas. Las demás operadoras alquilaban a Telefónica servicios y accesos, y sus precios no podían ser competitivos, al menos en términos de calidad/precio.

La inercia de una compañía tan grande y tan acomodada, a pesar de los esfuerzos reguladores que se realizaron (y se siguen realizando) dilataba en el tiempo lo que debe ser inevitable: disponer de una amplia oferta global y de calidad, para que la competencia fuese real y beneficiosa para el cliente. El ADSL indirecto era una práctica muy común hasta que las demás compañías vieron que no era algo rentable y empezaron a invertir en su propia red.

Internet en el campo, una auténtica odisea

Si nos vamos al campo, como decíamos al principio, nos podemos echar a llorar. En la mayor parte de los casos o no llega, o llega pero con una velocidad de descarga de menos de 512 kbps (eso con suerte). El problema está ahí, porque no podemos decir que el entorno rural sea minoritario, ni mucho menos, o que allí tengan menos necesidad de conectarse a la red, y menos con el aparente éxodo paulatino desde las ciudades a los núcleos de población más pequeños.

¿La solución? Que el mercado sea realmente el caldo de cultivo de muchas operadoras independientes y con libertad total

¿La solución? Primero que el mercado sea realmente el caldo de cultivo de muchas operadoras independientes y con libertad total. Segundo, que en las grandes operadoras se apueste por la modernización de la infraestructura y por llevarla a donde no ha llegado, ofreciendo más velocidad a los clientes. Los precios tampoco hay que tocarlos mucho, ¿verdad?

En resumen, el ADSL en España es caro y lento, y no llega a todas partes. El cable o la fibra óptica necesitan mayores inversiones para proporcionar mejor servicio, pero cada vez vemos más zonas con esta tecnología disponible. Lo conseguiremos, lentos pero esperamos que seguros.

De momento lo que deseamos es que cada vez haya más oferta, más compañías y más (y mejor) infraestructura para que, de verdad, internet sea un motor fundamental en el desarrollo de nuestro país.

El problema del ADSL en España es que es caro, lento y no llega a toda la población. Ahora empezarán todos los matices sobre esta primera frase que ya desarma, pero la realidad es que pagamos más dinero en España que en Europa (me refiero a la media europea), por menor velocidad y con un mapa de cobertura menor.

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