Números de tarificación especial: cuáles son y cuánto te 'clavan'

Los números 900, o mejor dicho 9xx, son unos números especiales que todos creemos conocer, pero que en realidad no tenemos demasiado claro cómo funcionan, ni cuánto nos cobran por su uso. Digo 9xx porque sabéis que existen los 900, los 901, 902,… y de hecho también deberíamos incluir los 8xx por el simpático hecho  de que la numeración se agota y existen hoy más alternativas.

En realidad deberíamos hablar también de números normales y números especiales, porque los números de tarificación especial tienen su equivalente en números normales como también sabéis. Veremos todos los grandes tipos de números especiales y, sobre todo, cómo evitar que nuestras facturas de teléfono se disparen. Como ya sabrá todo el mundo, y si no se lo recordamos, los números especiales no se acogen a nuestras amadas tarifas planas, así que hay que tener cuidado al marcar cualquiera de ellos.

Números 9xx y 8xx, cuidado

Los 9xx y 8xx tienen varios escalafones de cobro, que comienzan por los 900 y 800, números que son siempre gratuitos para el que llama. Llamar a un número 900 (u 800) es hacer una llamada a cobro revertido, ya que quien paga es quien la recibe, y se utiliza en ocasiones para dar atención al cliente y otro tipo de servicios, por lo que además es una buena estrategia para obtener ingresos indirectamente, solo por tener contento a quien llama.

Llamar a un número 900 (u 800) es hacer una llamada a cobro revertido, ya que quien paga es quien la recibe, y se utiliza en ocasiones para dar atención al cliente y otro tipo de servicios

Los 901 son números en los que las llamadas se pagan a medias entre el que llama y el que esllamado. No hay trampa ni cartón, pero hay diferencias entre los propios números 901. Existen dos niveles de 901, los números que son 901 Axx xxx (con A=1, 2 o 3), y un nivel 2, con números 901 5xx xxx. En el primer caso el precio es idéntico para cada interlocutor, mientras que en el segundo caso va a depender de si la llamada es dentro de la provincia o entre provincias, o bien si es llamada internacional. No vamos a hablar aquí de llamadas internacionales, pero tienen tarificación propia.

En el caso de llamadas dentro de la provincia, paga más proporción quien llama que quien es llamado, pero si la llamada es interprovincial se invierte la balanza. Ojo porque los precios son en cualquier caso iguales para quien llama. Esto ¿qué significa? Que aunque las llamadas a los 901 nos cuestan dinero (y no entran dentro de las tarifas planas) lo normal es que no nos disparen el consumo en factura. Y el que recibe la llamada siempre paga.

El caso de los 902: nunca desde el móvil 

Es el más conocido y más flagrante, más que nada porque muchos pensamos que es un timo para el consumidor. Timo puede no ser la palabra, pero es cuanto menos un número que utilizan las empresas para ofrecer un servicio a los clientes como puede ser el servicio técnico o el de atención al cliente. Y cobran al cliente, en ocasiones buenos picos. Pero para entender el porqué de estos picos en la factura debemos saber antes algo.

Si llamamos a un 902 desde un móvil Orange, por ejemplo, nos saldrá a 0,15 euros el establecimiento y 0,48 euros el minuto, más IVA, así que sumándolo todo la misma llamada va a costarnos 0,7623 euros. Eso es 3,6 veces más que la llamada desde el teléfono fijo

Los números 902 tienen un coste no superior a una llamada nacional normal, pero además tienen un establecimiento de llamada menor. Si llamamos a un 902 desde el fijo no nos saltarán las alarmas: el problema viene cuando llamamos desde el móvil, porque entonces sí que nos podemos encontrar con un cobro elevado por ese concepto. Todo depende de la tarifa que se aplique desde la operadora. Así, una llamada desde el fijo cuesta 0,102900 euros por establecimiento de la llamada más 0,074088 euros por minuto más IVA (Movistar), una llamada de un minuto sale por 21,42 céntimos, IVA incluido.

Si llamamos a ese mismo 902 desde un móvil Orange, por ejemplo, nos saldrá a 0,15 euros el establecimiento y 0,48 euros el minuto, más IVA, así que sumándolo todo la misma llamada va a costarnos 0,7623 euros. Eso es 3,6 veces más que la llamada desde el teléfono fijo. Quizás por el hecho de que los móviles están hoy en día tan extendidos entre la población no tenemos tanta conciencia de las diferencias de coste en llamadas a 902. Es más, me arriesgo a creer que la mayoría de nosotros no recordamos, para las últimas llamadas a 902, desde dónde las hemos hecho.

Tarificación adicional

Aclarado esto, existen otros números especiales, que se denominan números de tarificación adicional y son los que su propio nombre ya nos advierte de que son números en los que debemos aflojar. Estos son los grupos:

• 905: servicios de televoto y llamadas masivas. Aquí hay escalas de precios, desde lo más accesible hasta el atraco a mano armada.
• 803: contactos y eróticos. Servicios para adultos. Ya sabes de sobra que si llamas, debes apoquinar.
• 806: ocio y entretenimiento. Tarot, concursos de tv u otros medios. Tú te lo has buscado.
• 807: servicios profesionales. Psicólogos on-line, médicos, ... Sin comentarios.
• 907: acceso a internet con tarificación adicional.

Los 902 no son los números de teléfono más caros, eso está claro, pero sí que son los que más malestar generan entre las personas que los utilizan. Primero porque suelen ser números asociados a servicios, a departamentos que necesitamos por una avería, una emergencia o algo que no es ni ocio, ni lo hacemos por gusto. Segundo, porque muchas personas no diferencian entre llamar a los 902 desde el fijo o desde el móvil (con que nos pille la cosa fuera de casa, suficiente) y en el caso móvil sabemos que el minuto es muy caro.

Diremos que los números de contactos, los números de televoto o los de tarot son timos… y en realidad diría que no: la gente ya sabe perfectamente cuánto les cobran por llamar a esos lugares. El producto que se ofrece puede ser de dudosa calidad, moral o lo que queramos, pero siempre se dice lo que hay. El problema es cuando percibimos un número como un punto de apoyo, de información o un lugar al que recurrimos para solucionar algo, y vemos el facturón.