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El tráfico de los operadores se dispara, pero la verdadera razón no es la que cuentan
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El tráfico de los operadores se dispara, pero la verdadera razón no es la que cuentan

Cada vez utilizamos más dispositivos conectados, pero eso solo es una explicación superficial de este aumento constante del tráfico. Y debemos profundizar mucho más

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(Foto: Reuters)

¿Por qué crece continuamente el tráfico (digital) en las redes de las operadoras? Es una pregunta que cualquiera podría hacerse, y muchos pensarán que la respuesta es igual de lógica, pero yendo más allá de lo ya intuido de que cada vez hacemos más uso de los dispositivos conectados, surgen preguntas del tipo: ¿Cómo se gestiona su crecimiento?, ¿Es un problema el ritmo al que crece el tráfico?, ¿Qué tipo de problema?, ¿Cómo solventarlo?, ¿Cómo afecta a los usuarios de las redes de los operadores y a los de las aplicaciones (sociales o no) que todos usamos?, ¿Alguien saca beneficio de su crecimiento?

Hoy las infraestructuras de los operadores (fijos y/o móviles) son redes basadas en tecnologías digitales. Y son digitales, porque el mundo analógico se ha convertido en digital a fin de aprovechar las ventajas de transmitir señales basadas en ceros y unos (bits), que son fáciles de computar por los procesadores y las memorias (digitales) que están en el interior de nuestros terminales y dispositivos, y en los equipos de las propias redes de los operadores. Nuestra voz, una foto, una serie, etc., se han convertido en bits de tráfico (digital), de ceros y unos.

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La tecnología que lo ha posibilitado es el IP (Internet Protocol). Cualquier dispositivo dotado de una dirección IP (al igual que nuestros teléfonos analógicos tenían un número asociado) puede encauzar su tráfico. Estamos hablando del PC, la SmartTV, la 'tablet', el smartphone, la cámara de videovigilancia, el altavoz inteligente, el coche conectado, el robot, el sensor de la fábrica, el reconocedor de voz, etc.

Pero, cuando nació internet el siglo pasado, nadie imaginó que se iban a conectar tantos dispositivos. Las direcciones de IP se han regido hasta hace poco por un sistema de numeración llamado IPv4 que llegaba hasta 4.000 millones de direcciones, un número que parece gigante, pero que ya se ha quedado corto. Sí, hemos agotado las direcciones.

Para solventarlo, se ha introducido el sistema de numeración IPv6, que esperamos no se desborde pues llega hasta 340 sextillones (2 elevado a la potencia de 128) direcciones. En estos momentos, entre dispositivos humanos (por ejemplo, el móvil o la televisión inteligente) y máquinas (la tarjeta SIM del sistema de seguridad del hogar) hay unas quince mil millones de direcciones IP en uso.

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(Foto: EFE)

El tráfico depende de cuántos dispositivos lo generan, y de cuánto generan per cápita. Pues bien, los dispositivos generan tráfico en reposo. Sí, no sólo cuando hablamos por el móvil o vemos un partido en 'streaming', sino cuando están asegurándose de que están conectados con la red del operador, cuando chequean si tenemos un email o un 'wasap', cuando actualizan el sistema operativo, cuando sincronizan el disco en la nube, etc. El tráfico que generamos no siempre nos resulta intuitivo y percibible, pero existe.

La Sociedad Digital (humanos y máquinas) genera hoy miles de PB al día (un PB es un uno seguido de quince ceros). Una estadística promedio mundial dice que un móvil genera 3 GB (uno seguido de nueve ceros) al mes, y un hogar 150 GB al mes. Se habla de la inminente Sociedad Digital del GB diario per cápita. Pensemos cuando en la primera mitad de la próxima década se generen entre 3 y 4 ZB (uno seguido de veintiún ceros) al año. Sólo un coche conectado generará miles de GB al día.

Socialmente hablando, cada vez nos comunicamos más (aunque podemos estar más aislados humana y personalmente, pues las redes no entienden de sentimientos implícitos en la naturaleza del tráfico). Hoy hacemos la declaración de la renta online, nos comunicamos en grupos de mensajería, jugamos partidas online, geolocalizamos coches y maletas, contratamos las vacaciones en portales web, recibimos sms de verificación de cuentas, mandamos emoticonos espasmódicamente, sufrimos el spam, etc. “Pienso luego existo (creo tráfico digital)”.

Pensemos cuando en la primera mitad de la próxima década se generen entre 3 y 4 ZB al año

El tráfico depende también de qué uso hacemos de los servicios de la red. Somos animales audiovisuales. Preferimos hablar a teclear (dar instrucciones por reconocimiento de voz), y ver a escuchar (videoconferencia frente al teléfono). Pero el contenido en vídeo convertido en ceros y unos es de los más pesados, requiere muchos más que otras fuentes de tráfico como puedan ser la voz o un email. Hoy más de 2/3 del tráfico mundial de IP está asociado al vídeo (TV, series, deportes, YouTube...), y se espera que a principios de los 2020 sea el 80% del tráfico IP mundial.

El tráfico generado no es homogéneo en el espacio ni el tiempo. Y por ello supone un reto añadido al mero volumen de tráfico para las redes. El tráfico creado en un estadio de fútbol o en un día de elecciones suponen un esfuerzo de adaptación de los recursos de las redes al momento y lugar en que se producen los picos. Recordemos las felicitaciones de fin de año (antes de voz, ahora de mensajería con todo tipo de vídeos).

¿Cómo se reparte el tráfico dentro de las redes? Todos sabemos que el tráfico lo generamos en movilidad (en redes móviles e itinerancia), en el ámbito fijo residencial/empresarial (en redes fijas con 'router') o en uso nómada (en redes wifi y públicas). Pues bien, de nuevo la estadística mundial dice que generamos el tráfico según sigue: redes móviles un 19%, redes fijas un 30%, y redes wifi un 51%.

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(Foto: Reuters)

¿Quién despliega las redes y quién las usa? Los operadores (Vodafone, Telefónica, AT&T...) las diseñan y construyen para sus clientes. Sin embargo, las usan también los nuevos operadores llamados OTTs ('Over The Top'), aquellos que no tienen la propiedad de los activos de infraestructura de las redes de telecomunicación como pueden ser los cables, los emplazamientos de antenas... (Google, Skype, Amazon, Instagram, Netflix, Facebook, Apple, Alibaba o Spotify), y todos los que tienen ecosistemas de aplicaciones de ámbito mundial ('apps').

Por suerte, mientras tanto, silenciosamente, se producía una revolución en las redes, que nos ha llevado desde las redes analógicas a las redes IP, y a las redes fotónicas, desde el ADSL hasta la fibra, desde el 3G de los 2000, al 4G de los 2010 y al 5G de los 2020. Lo cual supone poder gestionar “razonablemente” el tráfico de crecimiento de dos dígitos anuales, pero a un coste inversor creciente mientras parte del portfolio de los operadores se canibalizaba por las OTTs.

La simultaneidad del éxito de los OTTs y la mejora en la cobertura de las redes fijas y móviles con el paso de estos primeros años del siglo actual ha provocado un crecimiento del tráfico que desacopla los ingresos y las inversiones de los Operadores. Pero como no todo es blanco o negro, y el 90% del tráfico de internet mundial se encamina por los cables submarinos, desde hace algunos años hay nuevos cables submarinos en co-propiedad entre los operadores y los OTTs.

La simultaneidad del éxito de los OTTs y la mejora en la cobertura de las redes ha provocado un crecimiento del tráfico

¿Quién genera el tráfico y qué vale generarlo? Pues todos somos productores y consumidores de tráfico ('pro-sumidores'). Al hablar por el móvil o enviar un email lo generamos, pero lo consumimos al descargar un documento de la nube, o al ver un contenido en 'streaming'. El primero es gratis, el segundo tiene seguramente derechos de uso (pensemos en las series de moda, o en la final de la Champions).

Sí, las redes han de tener capacidad de cursar el tráfico que se les encomienda, pero han de sacarle beneficio vía servicios: y la forma en que los operadores lo están haciendo son los paquetes de contratación múltiples (voz fija y móvil, internet fija y móvil, contenidos audiovisuales, juegos online...).

Como consecuencia de todo ello, se ha llegado a un punto en el que para maximizar el cociente resultante de hacer crecer los ingresos, disminuir el gasto (Opex) dedicado a las operaciones, y disminuir la inversión (Capex) dedicada a la infraestructura de red, el operador ha de: diversificar el portfolio con nuevos servicios y modelos de negocio, automatizar las operaciones y simplificar la infraestructura de sistemas y la red.

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(Foto: EFE)

El objetivo es llegar a ser un operador digital que avance en una senda de transformación, que reconozca la realidad de que tener una cobertura de red a unas altas velocidades (fibra en casa a 600 Mbps) es sólo ofertar conectividad para el tráfico, siempre sujeta a competencia en precios. Es entender que se necesita monetizar el 'big data' de las áreas comerciales (servicios y contratos de clientes), de las operaciones (interacciones con el cliente), y de la infraestructura (uso y consumo de red y dispositivos por el cliente) desarrollando nuevos productos y modelos comerciales.

Porque los OTTs están ya en el siguiente modelo que es la economía de las apps, consistente en monetizar el 'big data' dentro de un ecosistema de clientes y 'partners'. Sin olvidar que el siguiente (y próximo) estadio es la 'Economía de la Inteligencia Artificial', y el uso de los robots (los Siri, Alexa, Aura, Bixby o Cortana).

Y todo esto ha ocurrido ayer como quien dice: IP se adoptó en 1994, Google nació hace 20 años, el iPhone hace 10, LinkedIn en 2003, Facebook en 2004, Dropbox en 2007, WhatsApp en 2009... Y son las formas de comportarnos e interactuar que han impulsado las que están cambiando la forma en que vivimos.

Los OTTs no son sino el crudo reflejo de la nueva realidad que mostraba que entrábamos en el mundo del 'software'

Porque los OTTs, aquellas firmas que surgiendo de la ola “.com” se consolidaron, no son sino el crudo reflejo de la nueva realidad que mostraba entrábamos en el mundo del software. Un mundo que permite replicar servicios y funciones de red hasta entonces exclusivas de los operadores dentro de nuevos modelos de negocio basados en los ecosistemas, y que han demostrado tener la capacidad de influir en los hábitos y comportamientos sociales. Ya no nos citamos con otra persona igual (Whatsapp), ya no estudiamos igual (MOOCs), ya no ligamos igual (Tinder), ya no compramos igual (Amazon, eBay), ya no reclutamos igual (LinkedIn)... Y, todo lo hacemos ahora generando tráfico en las redes.

Y a más, no sólo es que son estos usos y dispositivos los que están promoviendo que el 'software' se esté comiendo el mundo (las redes sociales, las licencias de s/w en red, el almacenamiento en la red…), sino que ayudan a que se esté extendiendo la preferencia de los servicios al activo. De nuevo, generando aún más tráfico en las redes.

Bienvenido a la aceleración del todo (incluido el tráfico de las redes).

¡Feliz Tráfico!

* José Casado es ingeniero de telecomunicaciones / Chief Strategist – Digital Transformation en Nokia

¿Por qué crece continuamente el tráfico (digital) en las redes de las operadoras? Es una pregunta que cualquiera podría hacerse, y muchos pensarán que la respuesta es igual de lógica, pero yendo más allá de lo ya intuido de que cada vez hacemos más uso de los dispositivos conectados, surgen preguntas del tipo: ¿Cómo se gestiona su crecimiento?, ¿Es un problema el ritmo al que crece el tráfico?, ¿Qué tipo de problema?, ¿Cómo solventarlo?, ¿Cómo afecta a los usuarios de las redes de los operadores y a los de las aplicaciones (sociales o no) que todos usamos?, ¿Alguien saca beneficio de su crecimiento?

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