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Los riesgos de inteligencia artificial: ¿qué pasará cuando se vuelva consciente?
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Los riesgos de inteligencia artificial: ¿qué pasará cuando se vuelva consciente?

En las próximas décadas será posible diseñar y fabricar genomas, células, tejidos, órganos y organismos complejos. Es algo que nos hará repensar qué significa ser humano

Foto: Científica del Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM). (EFE / Nacho Gallego)
Científica del Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM). (EFE / Nacho Gallego)

La inteligencia artificial nos superará en casi todo. Ya es capaz de realizar tareas tan humanas como imitar una voz dramática, componer un texto poético o crear un dibujo artístico. Nos gana detectando tumores en imágenes médicas, anticipando el tiempo meteorológico o prediciendo la estructura tridimensional de las proteínas. Algún día será consciente, tendrá aspiraciones y querrá perpetuarse.

Mientras siga siendo solo una herramienta tecnológica, tenemos la oportunidad de aprovechar las extraordinarias posibilidades que nos ofrece, y la responsabilidad de minimizar sus riesgos. Cuando empiecen a ser conscientes de su existencia, entidades con inteligencia artificial podrán llegar a ser sujetos políticos con personalidad jurídica. Así, emergerán nuevos escenarios de cooperación entre humanos y máquinas y nos enfrentaremos a retos de convivencia y gobernanza inimaginables hoy.

Foto: Una imagen simulando la Revolución francesa, tomada con GoPro y creada mediante IA. (MidJourny)

La biología es la tecnología más poderosa que conocemos para crear organismos autónomos inteligentes. El proceso evolutivo ha sido capaz de transformar materia inerte en vida inteligente con propiedades todavía inalcanzables para la inteligencia artificial: sostenibilidad, sabiduría, espiritualidad, confianza y compasión.

Los ejemplos más exitosos de inteligencia artificial están inspirados en el funcionamiento de las redes de neuronas biológicas que descubrió Santiago Ramón y Cajal, utilizando componentes electrónicos y algoritmos digitales diseñados para aprender, evolucionar y reproducirse. La tecnología artificial ha contribuido al avance de las neurociencias y nuestra comprensión de la inteligencia natural y, pronto, integrará biosensores, archivos de información en ADN y organoides inteligentes con redes de neuronas vivas.

Las neurotecnologías pueden ayudar a personas con discapacidad y tendrán utilidades de consumo masivo que hoy parecen magia, como la telepatía y la grabación de nuestros sueños. También será posible leer o modificar nuestros pensamientos, recuerdos, deseos, creencias e identidad. En la era del capitalismo de vigilancia y la monetización de la atención, tenemos que ser conscientes de los riesgos para la humanidad; por eso, se están proponiendo neuroderechos humanos que garanticen nuestra privacidad, identidad, libertad, inclusión y equidad.

placeholder Imagen de un escáner cerebral tras ser analizada por una red neuronal creada por Google. (Google)
Imagen de un escáner cerebral tras ser analizada por una red neuronal creada por Google. (Google)

La revolución digital que impulsa la inteligencia artificial también está transformando nuestra capacidad de comprender, modificar y diseñar sistemas vivos. En el último siglo, hemos descubierto la estructura del ADN y aprendido a leer nuestro genoma, pero en las próximas décadas será posible diseñar y fabricar genomas, células, tejidos, órganos y organismos complejos.

Ahora que empezamos a comprender, transformar y diseñar nuestra propia inteligencia y biología, traspasando límites que nos hacen repensar qué es ser humano, ¿qué vamos a hacer con estos nuevos superpoderes?

Foto: Helena Matute, catedrática de Psicología en la Universidad de Deusto. (Cedida)

Impulsamos la biotecnología para prevenir enfermedades, diagnosticar antes y curar mejor; se puede tener la tentación de utilizarla para crear “personas mejores” por puro capricho o por intereses políticos, económicos, militares o industriales. El documental 'Make People Better' desvela que ya han nacido personas con un genoma modificado artificialmente. Es urgente que seamos conscientes de las ilimitadas posibilidades y riesgos de la biología sintética.

Se ha abierto la caja de Pandora. Desatada nuestra capacidad de crear vida e inteligencia autónomas, ¿cómo nos gustaría seguir conviviendo con la naturaleza?

El abanico infinito de posibilidades virtuosas que nos ofrece la tecnología se fusiona con posibles escenarios distópicos y aberrantes. Si conseguimos cooperar y superar desafíos descomunales, como la emergencia climática y la desigualdad social, tal vez podamos sobrevivir y progresar como especie. La alternativa para algunos puede ser escapar a oasis de efímera prosperidad, seguir escalando la pirámide de la injusticia o disfrutar inconscientemente mientras nuestra civilización se desmorona. Ojalá estemos a tiempo de construir una sociedad que nos permita progresar siendo mejores personas.

*Juanjo Rubio es ingeniero biomédico y director de la Unidad de Innovación Social en Navarra

La inteligencia artificial nos superará en casi todo. Ya es capaz de realizar tareas tan humanas como imitar una voz dramática, componer un texto poético o crear un dibujo artístico. Nos gana detectando tumores en imágenes médicas, anticipando el tiempo meteorológico o prediciendo la estructura tridimensional de las proteínas. Algún día será consciente, tendrá aspiraciones y querrá perpetuarse.

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