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Me llamo Lady Dynamite, soy bipolar y quiero contaros mi historia
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Aloña Fernández Larrechi

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Aloña Fernández Larrechi

Me llamo Lady Dynamite, soy bipolar y quiero contaros mi historia

'Lady Dynamite' y otros retratos televisivos introducen los trastornos mentales en sus tramas

Foto: 'Lady Dynamite'.
'Lady Dynamite'.

“La esquizofrenia no es, claramente, mi enfermedad mental. Soy bipolar tipo II. La esquizofrenia es, por supuesto, escuchar voces, no hacer voces”. Con estas palabras, la cómica y actriz estadounidense Maria Bamford corrigió a un locutor que, para explicar el tipo de humor que utilizaba, la describió como esquizofrénica. Han pasado dos décadas de esa sincera aclaración, tiempo durante el cual la actriz ha sido capaz de hacer reír a su público con temas tan poco edificantes como su bipolaridad o las disfuncionalidades de su entorno familiar. Ahora Bamford, con su estilo surrealista y algo extremo, llega a Netflix para adaptar a la ficción sus vivencias con el título de 'Lady Dynamite'.

La producción, que mañana estará a disposición de los usuarios de la plataforma, narra con el estilo propio del 'mockumentary' la carrera interpretativa de Bamford, las hospitalizaciones a las que ha sido sometida a causa de su desorden y su vida en Los Ángeles. En su rutina nos encontraremos con su mánager y su agente, sus amigas o sus padres, pero también con el trastorno bipolar, considerado como uno de los más importantes trastornos psicopatológicos que afectan al estado de ánimo. Y con importantes y reconocidos representantes de la comedia norteamericana, entre los que aparecerán estrellas invitadas de la talla de Sarah Silverman, Tig Notaro, Patton Oswalt y John Cryer.

Tráiler de 'Lady Dynamite'

El particular estilo de Bamford lleva a pensar que es poco probable que 'Lady Dynamite' vaya a convertirse en una referencia fundamental entre las ficciones que se preocupan por las enfermedades mentales. Pero este retrato de la bipolaridad creado por el padre de 'Arrested Development', Mitchell Hurwitz, se une inevitablemente a una lista de producciones interesadas en ficcionar la realidad de los trastornos mentales. Un repertorio que ha crecido notablemente en los últimos años, y que, afortunadamente, se preocupa cada vez más por ofrecer una imagen seria y próxima a la realidad, que no caiga en la banalización ni sea irrespetuosa con los enfermos.

Sobre la tristeza

Entre las enfermedades mentales a las que más recurren los guionistas, se encuentra la depresión. Este trastorno del estado anímico en el que la tristeza, la ira o la frustración trastocan la rutina del que la padece ha llegado a las series de televisión a través de todo tipo de personajes. Pero el más certero fue sin duda el que hace unos meses pudimos ver en la comedia de FX que en España emite Comedy Central, 'Eres lo peor'. La serie, que volverá en agosto con su tercera temporada, se centra en una peculiar pareja formada por un egocéntrico escritor inglés, Jimmy, y una autodestructiva relaciones públicas, Gretchen.

Tráiler de 'You're the worst'

En la mitad de la segunda entrega, ella se encuentra atravesando un momento complicado, que le impide ser ella misma y borra su mayor 'virtud', esa capacidad crítica que le permite ver lo peor de otras personas y sacarlo a la luz. Su actitud errática, su escaso interés por compartir su tiempo con otros y su continuo pesimismo terminan haciendo mella en la pareja. Pero lejos de alejarse, Jimmy se esfuerza por comprenderla y arreglar el problema. Solo que no se puede arreglar y tendrá que aprender a manejarlo. Al igual que trata de hacer con el desorden de estrés postraumático que sufre su compañero de piso, que combatió en la guerra de Irak.

El protagonista de 'BoJack Horseman' es algo tan marciano como un caballo antropomórfico

Con la depresión también lidia el protagonista de la serie de animación 'BoJack Horseman', aunque habitualmente trata de ahogarla en todo tipo de sustancias. A pesar de que el protagonista es algo tan marciano como un caballo antropomórfico, la serie consigue ofrecer un punto de vista menos dramático que 'Eres lo peor', pero igualmente acertado. Lejos de banalizar la enfermedad, la creación animada que emite Netflix la añade, con la mayor dignidad posible, a la lista de obstáculos que BoJack debe derribar para llevar una vida normal.

Tráiler de 'My Mad Fat Diary'

Otras producciones han optado por combinar la depresión con episodios de ansiedad, un apartado en el que podemos encontrar dos planteamientos muy diferentes a partir de un personaje femenino. Entre 2013 y 2015, la cadena británica E4 emitió 'My Mad Fat Diary', basado en la autobiografía de Rae Earl. Ambientada en la Inglaterra suburbial de mediados de los años noventa, la serie describe la adolescencia de Rae, una joven con problemas de sobrepeso y autoestima, que acostumbra a autolesionarse y sufrir episodios de ansiedad.

Por otro lado, esta temporada, el canal juvenil The CW estrenó 'Crazy Ex-Girlfriend', una 'dramedia' musical que, en tono satírico, narra el nuevo rumbo que toma la vida de Rachel, una abogada que abandona una firma de prestigio de Nueva York, y su medicación, para mudarse al pueblo de California en el que vive un amor de la adolescencia. Ambas producciones encuentran en el excelente trabajo de sus protagonistas el vehículo necesario para transmitir el desasosiego y la inquietud que produce la crisis personal que atraviesan sus personajes.

En el diván

En 'My Mad Fat Diary' juega un papel muy importante Kester, el terapeuta de Rae. A él es a quien acude cuando siente que se acerca una nueva crisis o no tiene claro el camino que debe seguir. Un figura que también es utilizada en otras producciones en que los personajes protagonistas sufren alguna enfermedad mental. La Dra. Melfi es quizás una de las representantes televisivas más conocidas del gremio gracias a su paciente Tony Soprano. A través de las visitas del mafioso a la especialista, los espectadores tuvimos la oportunidad de conocer las múltiples aristas del personaje interpretado por James Gandolfini. Al igual que la obsesiva relación de Elliot Anderson con su psiquiatra, la Dra. Gordon, sirve para hacerse una idea de la particular visión de su entorno que le provocan sus desordenes mentales.

Escena de la serie 'Girls'

Otro de los roles que hemos podido ver sentados en cómodos sofás convenientemente colocados en asépticas consultas es Hannah Horvath, la protagonista de 'Girls'. Al final de la segunda temporada, la ansiedad que le provoca un encargo literario y la próxima visita de sus padres provocan que sufra un trastorno obsesivo compulsivo. Una repentina aparición de un mal que, si bien el personaje podía haber sufrido previamente, no llega acompañado de las conductas habituales de este tipo de trastornos. Un vehículo para expresar las excentricidades propias de la autora, más que por acercar el trastorno a los espectadores.

Las posibilidades narrativas que ofrecen la psiquiatría y la terapia también han sido aprovechadas por la televisión para construir una ficción en torno a ella. Primero fue una cadena israelí, con 'BeTipul', después la HBO la adaptó para emitir durante tres temporadas 'In Treatment', y en 2012 la televisión pública argentina hizo lo propio bajo el título de 'En terapia'. En todas ellas, el hilo conductor era un psicoanalista que, semanalmente, recibía la visita de cinco pacientes, aquejado cada uno de ellos de sus propios males. Y todas, más que profundizar en los trastornos, aprovechaban de una forma muy particular el gusto televisivo por la medicina, concediéndole un lugar propio a la psiquiatría.

Discurso sobre el síndrome de Asperger en 'Parenthood'

Personajes notables y personajes visibles

El deseo de algunos creadores de dotar a sus personajes de una enfermedad mental ayuda a que el espectador se familiarice con las particularidades propias de cada mal. En algunas ocasiones, ese interés viene dado por las circunstancias personales de los propios guionistas. Tal y como sucede en la serie de NBC 'Parenthood'.

La producción, que se mantuvo seis temporadas en antena, es un drama familiar, y una de sus tramas se centra en Max, un preadolescente que empieza a tener problemas de comportamiento. Para encontrar la causa, Kristina y Adam, sus padres, visitan a varios especialistas que diagnostican que padece Asperger. Ellos viven el miedo y la incertidumbre propios de no saber cómo comunicarse con su propio hijo, mientras Max trata, sin ninguna prisa narrativa, de asumir que es diferente a los demás, y que debe trabajar duro para ser aceptado por la mayoría.

Los guionistas nunca han reconocido que Sheldon Cooper sea Asperger, pero muchas de sus características llevan a pensar que sí lo es

La evolución del personaje con el paso de los años, y el sincero retrato que la serie hace de las dificultades y los abismos a los que se enfrentan los familiares del enfermo, que Jason Katims construyó a partir de sus experiencias, han llevado a aquellos que están familiarizados con el síndrome a decir que Max es uno de los mejores representantes que los enfermos pueden encontrar en televisión.

Sin embargo, no es el enfermo de Asperger más conocido del medio. Un honor que, dudosamente, ostenta Sheldon Cooper, el personaje interpretado por Jim Parsons en 'The Big Bang Theory'. Los guionistas nunca han reconocido que el brillante científico sea Asperger, pero son muchas las características del personaje que llevan a pensar que sí lo es. El resultado puede ser menos realista que el de Max, pero le ha concedido una visibilidad al alcance de pocas campañas de sensibilización.

Max Braverman en 'Parenthood'

La trascendencia de la serie es fundamental para que el rol tenga una mayor exposición, y al igual que muchos hombres pudieron verse animados por Tony Soprano para acudir a la consulta de un especialista, también habrá quien espere encontrar en todos los Asperger un 'cerebrito', cuando no tiene por qué ser así. Es aquí donde la responsabilidad de los creadores tiene que servir para ayudar a los enfermos, y no para estigmatizarlos con manidos estereotipos. Tanto si la enfermedad es una característica del personaje como si forma parte de las tramas de la producción.

Porque al igual que la ficción televisiva esta avanzando en la representación de las diferentes razas que componen la sociedad norteamericana, también debe seguir trabajando para construir roles que representen respetuosamente a los enfermos mentales. Porque ya tienen bastante trabajo con enfrentarse a los estigmas y la incomprensión que sufren, día tras día, en la vida real.

“La esquizofrenia no es, claramente, mi enfermedad mental. Soy bipolar tipo II. La esquizofrenia es, por supuesto, escuchar voces, no hacer voces”. Con estas palabras, la cómica y actriz estadounidense Maria Bamford corrigió a un locutor que, para explicar el tipo de humor que utilizaba, la describió como esquizofrénica. Han pasado dos décadas de esa sincera aclaración, tiempo durante el cual la actriz ha sido capaz de hacer reír a su público con temas tan poco edificantes como su bipolaridad o las disfuncionalidades de su entorno familiar. Ahora Bamford, con su estilo surrealista y algo extremo, llega a Netflix para adaptar a la ficción sus vivencias con el título de 'Lady Dynamite'.

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