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'Godless', el primer western de Netflix es una historia feminista y emocionante
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Aloña Fernández Larrechi

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Aloña Fernández Larrechi

'Godless', el primer western de Netflix es una historia feminista y emocionante

La plataforma de streaming estrena hoy una miniserie de siete capítulos con Jeff Daniels y Michelle Dockery como protagonistas

Foto: Merritt Wever y Michelle Dockery, dos mujeres dispuestas a todo para proteger su localidad. (Netflix)
Merritt Wever y Michelle Dockery, dos mujeres dispuestas a todo para proteger su localidad. (Netflix)

Alice Fletcher llegó a La Belle con apenas diecisiete años, para casarse con el hijo de un socio de su padre. El joven, que se llamaba Henry, le regaló un vestido amarillo antes de su primer encuentro, para poder reconocerla en la estación. Tras bajarse del tren, y montarse en la carreta de su nuevo esposo, Alice divisó una nube muy oscura, que no tardó en disiparse. Con la misma velocidad, descargó litros y litros de agua sobre el desierto polvoriento, que terminaron convirtiéndose en una riada que destruyó todo a su paso. Como la carreta de Henry y Alice, que no volvieron a verse nunca más. Ella apareció, ocho días después, a kilómetros de distancia, siendo viuda de un matrimonio que apenas había dado sus primeros pasos. Una crueldad que el destino repetiría, poco después, con su segundo marido.

Fletcher vive a las afueras de La Belle con su hijo adolescente Truckee y su suegra, una nativa americana que solo se expresa en indio y cierra heridas de bala con pólvora. Lo sabe bien Roy Goode, el joven que inesperadamente aparece en las tierras de Alice y no es capaz de obedecerle cuando le pide que se marche. La mujer no duda en dispararle, y Goode cae tendido sobre el suelo. Horas después recobrará la conciencia mientras tratan de sanar sus heridas, pero no será hasta una semana después de su llegada cuando confiese quién es. El hombre que busca el sheriff de la localidad, el sujeto que persigue el marshall del condado, el indeseable ser al que el forajido Frank Griffin persigue sin descanso para dar muerte. Una particular cacería que será determinante para el futuro de La Belle y de todos sus habitantes. O más bien, de todas.

Foto: Jessica Biel, en el papel de Cora Tanetti, tras cometer un homicidio. Opinión

Este es el punto de partida de 'Godless', el primer western de Netflix que, desde las nueve de la mañana, sus abonados ya pueden encontrar en la plataforma de streaming. Una miniserie de siete episodios, con Steven Soderbergh como productor ejecutivo y Scott Frank, uno de los guionistas de 'Logan', a cargo de la historia. Tras 'The Knick' y 'The Girlfriend Experience' el responsable de 'Sexo, mentiras y cintas de video' se interesó por la creación de Frank, en la que había invertido dos años de su carrera. Y logró convencerle para convertir el libreto que aspiraba a ser una película en una miniserie. Un cambio que habitualmente tiene consecuencias inesperadas pero que, en el caso de 'Godless', sirve para enriquecer una historia que, en pleno siglo XXI, viaja casi doscientos años en el tiempo para recuperar lo mejor de un género tan tradicional y norteamericano como el western.

Con el propio Frank a cargo de la dirección, una de las bazas más importantes de 'Godless' es su reparto. Michelle Dockery, conocida por su trabajo en 'Downton Abbey', cambia el verdor de la campiña inglesa por la aridez del lejano oeste para convertirse en la sufrida Alice Fletcher. Para interpretar al fugitivo Roy Goode el elegido ha sido el también británico Jack O'Connell ('This is England') mientras que el reconocido Jeff Daniels ('The Newsroom') es el encargado de ponerse en la piel del malvado Frank Griffin. Aunque el personaje que merece todos los aplausos y alabanzas (y los conseguirá) sea el que interpreta Merritt Wever, una viuda llamada Mary Agnes.

placeholder Jeff Daniels interpreta al forajido que busca vengarse de un antiguo compañero.
Jeff Daniels interpreta al forajido que busca vengarse de un antiguo compañero.

El pueblo que perdió a sus hombres

Agnes, al igual que muchas mujeres de La Belle, perdió a su marido hace dos años, en el accidente que ocurrió en la mina de plata situada a la entrada del pueblo. Una explosión sepultó a 83 hombres y desde entonces, son ellas las que se arremangan el bajo del vestido para dotar a la comunidad de las infraestructuras necesarias para la vida diaria. Los pocos hombres que sobrevivieron han tenido que multiplicar sus dedicaciones, mientras que otras mujeres experimentaron un inesperado cambio de profesión. Como la maestra de la escuela, que cuando le preguntan si lleva mucho tiempo en el mundo de la enseñanza no tarda en confesar que, hasta el accidente, ella se dedicaba a la prostitución.

"Ha sido difícil, todo el mundo trata de aprovecharse de nosotras" confiesa otra viuda a unos inversores que tratan de convencerles de que si les permiten reabrir la mina, la prosperidad regresará a La Belle. Promesas insuficientes para Agnes, que trata de hacer ver a sus vecinas que no necesitan vender su alma al diablo para salir del agujero en el que están metidas. "Perdimos a nuestros hombres y unos cuantos caballos, pero seguimos aquí, la plata sigue aquí y somos más fuertes de lo que nadie cree". Un alegato cargado de razón, pero menos provechoso que el cheque de veinte mil dólares que la Quicksilver Company pone sobre la mesa para explotar la mina gracias a los hombres que ellos mismos traerán a las calles de La Belle.

placeholder Jack O'Connell en el papel de Roy Goode.
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Griffin, la amenaza imparable

Uno de los pocos que continúan viviendo en La Belle es Billy McNue, el sheriff de la localidad. Viudo desde que perdió a su esposa en el parto de su segunda hija, McNue es un hombre que afronta su destino con resignación. Son pocos los vecinos que creen que es el mejor defensor de la ley con el que podría contar la localidad, y muchos los que se ríen de su torpeza y su falta de dedicación. McNue, sin embargo, guarda un secreto que se resiste a revelar, pero que condiciona su trabajo al frente de la comisaría. Afortunadamente, a su lado está Whitey Winn, un joven aficionado a ensayar frente al espejo su habilidad para desenfundar las pistolas con las que carga en su cintura. Armas con las que es capaz de sorprender a cualquier forajido que ose perturbar la paz de La Belle.

Hasta allí llega el marshall John Cook, para advertir al sheriff del terrible suceso que ha ocurrido a pocos kilómetros. En Creed, una banda de asaltantes hizo descarrilar el tren que transportaba una gran cantidad de dinero. Tras acabar con la vida de todos los viajeros menos una mujer, el pueblo entero sufrió la ira del jefe de la banda, y todos sus habitantes fueron asesinados. Cook todavía trata de olvidar al niño que vio ahorcado a pocos metros de la vía, cuando le relata a McNue que en el terrible suceso, de alguna manera, está involucrado Roy Goode. El fugitivo al que deben de encontrar antes de que lo haga Frank Griffin, el temido forajido que tras arrasar Creed pretende acabar con todo a su paso hasta localizar a Goode. Un hombre que, a pesar de su gatillo fácil y su carácter violento, siempre tiene la Biblia como libro de referencia. Aunque sus citas las acompañe con frases como "el mismo Dios que nos hizo a tí y a mí también creó las serpientes de cascabel. Eso no tiene sentido".

placeholder Las habitantes de La Belle son, tras un accidente minero, mayoritariamente mujeres.
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El western inesperado

A pesar de que cinco de sus siete episodios superan la hora de metraje, algo que puede desalentar a más de uno, cada uno de los minutos que 'Godless' invierte en contar la historia de los habitantes de La Belle merecen la pena. Con tranquilidad, Frank construye un relato complejo en el que la diversidad de personajes en los que apoya la historia ofrecen un retrato que, si bien no está falto de clichés, no cae en los tópicos propios del género. La fotografía de la que se sirve para narrar una historia cuidada al milímetro, el montaje, o incluso las secuencias en las que el interés lo acaparan una manada de caballos que cruza un río, son la prueba de que, en el viaje que va desde un largometraje a una ficción serializada, el guionista y director ha sabido aprovechar la confianza que Soderbergh y Netflix han depositado en él.

Junto al excelente trabajo de Dockery, Daniels o Wever, que termina siendo más interesante que su compañera británica, en el reparto de la miniserie también encontramos otros intérpretes habituales en la pequeña pantalla. El veterano Sam Waterston, que ya persiguió a su manera a Jeff Daniels en 'The Newsroom', interpreta al marshall Cook, mientras que el joven Thomas Brodie-Sangster (Jojen Reed en 'Juego de Tronos'), es el ayudante del sheriff Whitey Winn. Kim Coates, como Ed Logan, el arrogante matón de la compañía Quicksilver, o Jeremy Bobb en el papel del editor del Santa Fe Daily Review, un hombre obsesionado con banda de Griffin, son otros de los rostros que encontramos en esta producción, que muy probablemente logrará colarse en las nominaciones a los Globos de Oro que se entregarán el próximo mes de enero. Y si los prejuicios propios del género se lo permiten, también logrará colarse en los corazones de aquellos espectadores que encontrarán en la creación de Scott Frank el western que no sabían que necesitaban. Compruébenlo ustedes mismos, háganse el favor.

Alice Fletcher llegó a La Belle con apenas diecisiete años, para casarse con el hijo de un socio de su padre. El joven, que se llamaba Henry, le regaló un vestido amarillo antes de su primer encuentro, para poder reconocerla en la estación. Tras bajarse del tren, y montarse en la carreta de su nuevo esposo, Alice divisó una nube muy oscura, que no tardó en disiparse. Con la misma velocidad, descargó litros y litros de agua sobre el desierto polvoriento, que terminaron convirtiéndose en una riada que destruyó todo a su paso. Como la carreta de Henry y Alice, que no volvieron a verse nunca más. Ella apareció, ocho días después, a kilómetros de distancia, siendo viuda de un matrimonio que apenas había dado sus primeros pasos. Una crueldad que el destino repetiría, poco después, con su segundo marido.

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