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Los 850 ojos digitales que lo ven todo en los Juegos de Río de Janeiro
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Valeria Saccone

Río por no llorar

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Los 850 ojos digitales que lo ven todo en los Juegos de Río de Janeiro

Desde las 104 pantallas del Centro de Operaciones de Río de Janeiro (COR) se observa todo lo que sucede en la ciudad olímpica

Foto: (FOTOS: Valeria Saccone)
(FOTOS: Valeria Saccone)

Río de Janeiro, 7 de agosto. Los Juegos Olímpicos acaban de empezar y los ojos de todo el planeta observan Brasil con una mezcla de expectación y escepticismo. El riesgo de que la delincuencia endémica o un ataque terrorista empañen los JJ.OO. es real y por ello la ciudad ha sido blindada con 85.000 agentes de las fuerzas de seguridad del Estado.

Sin embargo, hay otro enemigo silencioso e imprevisible que puede arruinar la gran fiesta olímpica: la climatología tropical, que hace que las lluvias torrenciales, las inundaciones y los deslizamientos estén a la orden del día. Desde las 104 pantallas del Centro de Operaciones de Río de Janeiro (COR), Pedro Junqueira observa cómo el viento sacude los árboles en varios puntos de la ciudad.

El joven director de este instituto, que aplica tecnología punta para mejorar hasta un 30% la respuesta municipal en los accidentes, está preocupado. Las rachas de viento, que en Río pueden alcanzar los 100 km/h, amenazan la prueba femenina de ciclismo, que se desarrolla cerca de las célebres y populares playas de Ipanema y Copacabana. La alerta es máxima porque están cayendo ramas, vallas y carteles, lo que podría causar heridas a los ciclistas.

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“Ese día arrancamos nuestro protocolo de seguridad para limitar los daños lo máximo posible. Avisamos al alcalde, Eduardo Paes, y a todas las instituciones responsables de este tipo de emergencias. A través de nuestro grupo operativo de Telegram, el alcalde de la ciudad pidió que todas las personas que estuviesen en las inmediaciones del circuito retirasen los objetos caídos. El mismo Paes levantó alguna valla”, cuenta Junqueira, de 35 años. Finalmente, todo transcurrió con normalidad. El equipo del COR controló en todo momento la previsión del tiempo y compartió la información en tiempo real.

800 observadores

El COR es un centro de alta tecnología creado a principios de 2011 en colaboración con la empresa estadounidense IBM. La idea surgió después de las fuertes inundaciones de 2010, en las que 70 personas perdieron la vida en diversos accidentes y corrimientos de tierra. “Fue la primera gran crisis que Paes tuvo que enfrentar como alcalde. En aquellos momentos la información fue lo que más faltó. De ahí surgió la necesidad de crear un centro integrado para responder a este tipo de emergencias con más eficiencia”, recuerda Junqueira.

Diseñado por IBM, el COR cuenta con 850 cámaras y más de 800 personas que observan día y noche la ciudad desde una sala de control gigantesca. Allí, unos 30 departamentos del Ayuntamiento de Río están representados e interconectados. Además de la imagen de las cámaras, el COR se nutre de la información que llega desde aplicaciones como Waze y Moovit.

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“Waze es una app increíble porque combina los datos del GPS con los datos que proporcionan los usuarios. Moovit nos permite llegar a más de 600.000 personas con un solo mensaje de texto. También usamos el Twitter, que nos permite establecer una comunicación directa con los 6,5 millones de cariocas. Cada vez más personas nos tuitean a nuestra cuenta cuando hay algún accidente. Esta información es muy valiosa”, señala el director del COR. Además, llevan a cabo búsquedas selectivas por palabras negativas para recuperar el testimonio de las personas que no tuitean al COR porque no lo conocen, como es el caso de las decenas de millares de turistas que visitan Río de Janeiro durante los JJ.OO.

La efectividad de la tecnología

El director del COR reconoce que el potencial de estas plataformas colaborativas es enorme. “Con el presupuesto que tengo, jamás podría contratar servicios de alta tecnología. Por otra parte, somos un centro municipal y no una incubadora de aplicaciones. Es mucho más interesante asociarnos con las empresas líderes en el mercado y fomentar esta colaboración e interdisciplinariedad entre lo público y lo privado”, aclara.

Información y comunicación son los dos pilares de este centro tecnológico, que fue concebido por IBM como el prototipo de un proyecto más amplio llamado ‘Smarter Cities’. La idea original era mostrar lo efectivo que puede resultar aplicar la tecnología a las operaciones diarias de una urbe. IBM pretendía testar el buen funcionamiento de este sistema en una ciudad como Río, que iba a recibir varios macro-eventos, como la visita del Papa, el Mundial de Fútbol y los JJ.OO, para después exportarlo a otras ciudades.

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“Para mí la ciudad más inteligente es la que es capaz de reconocer el valor de su equipo. Nuestra tecnología punta es la gente. La tecnología pura y dura nos puede ayudar a llegar lo antes posible a la información, pero el factor humano es esencial para analizarla y producir lo que en la jerga técnica se llama big data”, explica Junqueira.

La maleta de James Bond

En cinco años y ocho meses de vida, el COR ha duplicado su equipo. Durante el periodo olímpico han incluso montado un dispositivo especial que cuenta con 120 personas, en su mayoría funcionarios públicos especializados en diferentes áreas, desde barrenderos hasta bomberos. También han inaugurado una maleta a lo James Bond desarrollada por la empresa Cisco para crear puntos de observación en las áreas de la ciudad donde no hay cámaras. “En ella hay varios tipos de hardware y software, como una suite, una auténtica estación de wifi, teléfonos inalámbricos y otros dispositivos que nos permiten hacer lo que mejor sabemos: observar”, relata Junqueira.

Río de Janeiro, 19 de agosto. Faltan dos días para que se acaben los primeros JJ.OO. de América Latina y parece que todo, o casi todo, ha ido bien. A pesar de las dos balas perdidas y del incendio en la sede olímpica de Deodoro, de dos autobuses de periodistas apedreados, de algunos accidentes de coche y unos pocos atracos a atletas, no ha habido que lamentar ninguna incidencia realmente grave. En casi dos semanas, la red de transporte público ha registrado algo más de dos millones de viajes dentro de la más absoluta normalidad.

Una ciudad renovada

Cuando se acaben los Juegos Olímpicos, Brasil va a sumergirse en el proceso de ‘impeachment’ de Dilma Rousseff.En octubre, en la ciudad de Río también va a producirse un cambio de Gobierno. Eduardo Paes, que ya acumula dos mandatos, no podrá presentarse a las elecciones. Criticado por sus obras faraónicas y que han costado mucho más de las estimaciones iniciales, Paes deja en herencia una ciudad renovada, sobre todo en la zona portuaria, con la Praza Mauá y el Boulevard Olímpico como guinda.

El tiempo dirá si el COR, su niña bonita, resistirá a las embestidas de la peor crisis financiera de las últimas dos décadas y del cambio de ciclo político. “Yo creo que el COR continuará porque es un proyecto muy barato. Desmantelarlo sería un gran error”, advierte Junqueira. “Nuestra función no tiene nada que ver con la política. Somos un centro de operaciones parecido a la sala de emergencias de un hospital. Es simplemente necesario”, añade.

Río de Janeiro, 7 de agosto. Los Juegos Olímpicos acaban de empezar y los ojos de todo el planeta observan Brasil con una mezcla de expectación y escepticismo. El riesgo de que la delincuencia endémica o un ataque terrorista empañen los JJ.OO. es real y por ello la ciudad ha sido blindada con 85.000 agentes de las fuerzas de seguridad del Estado.

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