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Aviso a navegantes: los de siempre os están dando gato por liebre
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Alberto Artero

Valor Añadido

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Aviso a navegantes: los de siempre os están dando gato por liebre

Las yieldcos son ejercicio de oportunismo como cualquier otro. ¿Qué quiere el mercado, rentabilidad? Pues toma dos tazas. Pero ¿compensa el elevado riesgo operativo y financiero?

No, no nos estamos refiriendo a la bajada de pantalones de los dirigentes de Syriza el viernes (Valor Añadido, “Capitulación incondicional de Grecia ante la troika”, 21-02-2015). Ni siquiera a los efectos que la misma puede tener sobre las expectativas cuasi mesiánicas que muchos votantes tienen en Podemos que, vistas las encuestas, van a ser entre cero y nada.

Qué va.

Desde que la semana pasada inauguramos nuestro particular directo de los mercados –un buen resumen del cual pueden encontrar en el siguiente enlace–, nuestro pensamiento está puesto en las finanzas personales de los ciudadanos y en cómo proteger a nuestros lectores de determinadas maniobras que buscan beneficiar a algunos y perjudicar a los de siempre.

En este caso la liebre en la carta del restaurante bursátil recibe el nombre de yieldco, mientras que lo que se sirve al cliente en forma de nueva compañía cotizada es gato sin pedigrí. Lo han hecho ya Abengoa y ACS y, en breve, seguirá sus pasos Acciona.

Y no, no es una exageración.

Al final, veamos en qué consiste una yieldco. Una segregación de activos, altamente apalancados y sujetos a negocios regulados, que repartirán la mayor parte de su beneficio en forma de dividendos una vez pagados los intereses de la deuda asociada.

La liebre en la carta del restaurante bursátil recibe el nombre de yieldco, mientras que lo que se sirve al cliente en forma de nueva compañía cotizada es gato sin pedigrí. Lo han hecho ya Abengoa y ACS y, en breve, seguirá sus pasos Acciona

Un ejercicio de oportunismo como cualquier otro. ¿Qué quiere el mercado, rentabilidad? Pues toma dos tazas. No en vano, las proyecciones de retorno las convierten en firmas extraordinariamente atractivas en el entorno actual salvo… que volvamos a la descripción que antes hemos hecho.

Como hemos dicho, a nivel operativo se trata de proyectos que participan de un altísimo riesgo legislativo donde en muchos de los casos los ingresos son subvencionados, de un modo u otro, amén de taponados al alza y revisables, al menos en el caso español. Cualquier cambio en el sesgo regulatorio puede dar al traste con las previsiones de flujos de caja y entonces.... Es verdad que España y su falta de seguridad jurídica son diferentes, gracias a PP y PSOE por partes iguales, pero es en nuestro territorio donde radican la mayoría de los elementos que las integran.

Pues bien, si no se cumple el esquema de generación de fondos, todo el entramado se puede tambalear. No en vano se trata, concepto original, de activos muy apalancados ya que requieren un elevado grado de inversión inicial. Sus costes de servicio de la deuda son elevados. Y aunque esquema financiero de cobros y pagos está fijado de antemano, en unas condiciones actuales de tipos óptimas, cuidadín. Echen un vistazo a los quebrados fotovoltaicos, si no, y me cuentan.

¿Cuál es, entonces, la realidad?

Se trata de un instrumento para que las empresas ‘segregadoras’ maten tres pájaros de un tiro. Consigan caja real, desconsoliden deuda contablemente (aunque es verdad que buena parte de los proyectos son sin recurso, qué mentirosa es la contabilidad: la diferencia entre el 51% y el 49% son miles de millones de euros en endeudamiento que se ‘volatilizan’) y, por último, tengan una herramienta para poder jugar con determinadas inversiones en función de su interés (dentro o fuera de la yieldco, algo en lo que Abengoa se está probando un hacha). Puede incluso servir de gancho, como ha hecho Acciona, para atraer a determinados socios financieros que les acompañen en la aventura y mejorar marca y prestigio.

Sin embargo, experiencias pasadas tanto en el ámbito hotelero como en el de las telecomunicaciones llevan a pensar que será un viaje de ida y vuelta. Es lo que tienen las modas pasajeras. Al principio, sirven para poner en valor una parte de tu cartera. Con el tiempo desaparecen y la segregación complica y perjudica. Es el momento de recomprar a la baja.

¿A qué les suena?

Denles tiempo.

No quiero ser agorero pero la historia tiende a repetirse. En cuanto el entorno de tipos a nivel global cambie de sesgo, algo que, cierto es, llevará tiempo, quedarán fuera de juego si es que antes no ocurre algún sobresalto imprevisto que cuestione su viabilidad, si no total, sí al menos parcial.

Pero, de momento, que les quiten a los emisores lo bailao.

No aprenderemos.

Buena semana a todos, les espero en #losmercadosendirecto.

No, no nos estamos refiriendo a la bajada de pantalones de los dirigentes de Syriza el viernes (Valor Añadido, “Capitulación incondicional de Grecia ante la troika”, 21-02-2015). Ni siquiera a los efectos que la misma puede tener sobre las expectativas cuasi mesiánicas que muchos votantes tienen en Podemos que, vistas las encuestas, van a ser entre cero y nada.

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