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Crecimiento sostenible, la solución a la crisis
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Kike Vázquez

Perlas de Kike

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Crecimiento sostenible, la solución a la crisis

La salida de la crisis será a través del sector exterior o no será; lo bueno es que ya lo hemos interiorizado y preguntémosle a quien

La salida de la crisis será a través del sector exterior o no será; lo bueno es que ya lo hemos interiorizado y preguntémosle a quien le preguntemos dirá lo mismo. Exportar, exportar y después… ¡seguir exportando! Los números empiezan a demostrarlo y en el mes de marzo hemos conseguido un superávit comercial de 634,9 millones. A pesar de que ya lo han dicho todos los medios nacionales e internacionales, hay que repetirlo: NUNCA desde que existen registros, ESPAÑA + SUPERÁVIT COMERCIAL fueron juntos en la misma frase. Es la primera vez en la historia que conseguimos exportar más de lo que importamos. Un pequeño paso para nuestro presente, pero ¡un gran paso para nuestro futuro!

 

¿Se puede decir que todo lo que estamos sufriendo no sirve para nada? Lo sé, ya hemos perdido la cuenta de los millones de personas que soportan el drama del paro, y en la economía real aún no se ve luz alguna al final del túnel. Pero al igual que eso es cierto también lo es que, por primera vez en la historia, España está mejorando su posición comercial sin recurrir a la devaluación monetaria, es decir, por primera vez este país está mejorando su competitividad de forma real, sin atajos efímeros recurrentemente aplicados en nuestro pasado. Y esto, por muchos sesgos negativos que se le quieran dar, es algo positivo porque es nuestra única esperanza para salir de esta crisis.

 

 

Vamos con los datos. Hace poco nos enteramos de que nuestra cuenta corriente obtuvo superávit en el segundo semestre de 2012, ahora que en marzo conseguimos nuestro primer superávit en la balanza comercial representados por los 634,9 millones ya mencionados, y también que dicho superávit sin contabilizar la energía ya es algo estandarizado, como parece intuirse tras ver esta gráfica de BBVA Research. Eso no es todo, ya que la Comisión Europea cree que lideraremos las exportaciones dentro de la Eurozona en 2013 con un crecimiento del 4,2%, y además esto se produce gracias al aumento del comercio de fuera de la Unión Europea, que ya supone un 41,5% del total y crece a un ritmo del 20,8% interanual según el informe mensual de COMEX. Sí se puede, sí se puede…

 

Claro que no todo son luces. El principal motivo de crítica por parte de quienes son escépticos es que esto se produce por el desmantelamiento del consumo interno, y es que, si las exportaciones crecieron un 2% interanual, las importaciones cayeron un 15%, un +5,5% y -10,6% respectivamente en términos reales. Esto es, obviamente, el reflejo del pésimo estado de la economía real de nuestro país pero constituye, también, algo inevitable en una corrección de este tipo. “Countries don’t export themselves out of recession” y gráfica comparativa entre PIB y cuenta corriente aquí.

 

Que caiga el PIB y las importaciones en una corrección de la cuenta corriente y la balanza comercial es lo más normal del mundo, ¡lo raro sería lo contrario! Pero así como eso es esperable y está pasando, lo que tiene margen de ser mejor o peor, y lo que está sorprendiendo para bien, son las exportaciones. En otras palabras, cuanto mejor vayan estas menor será el ajuste necesario para salir de esta crisis. Por ello, ¿debemos mirar la caída en las importaciones? ¡Claro, pero el partido está en el otro lado del campo: lo importante son las exportaciones!

 

 

 

 

Aunque por otra parte, como vimos hace algunas semanas, tenemos que “la clave del desapalancamiento es que el crecimiento nominal se sitúe por encima del coste de la deuda”, idea esta vez acompañada por dos interesantes gráficas, una de David Beckworth y otra de M&G Investments.  Concluíamos por aquel entonces que “existe una importante disyuntiva entre buscar el crecimiento para que la deuda pública no se desboque, y refundar el modelo de crecimiento del país para que no dependa del dinero del exterior”.

 

Es decir, por una parte necesitamos corregir nuestra deuda exterior neta, que es de las más negativas del mundo al superar el 90% del PIB, y por la otra nos exigen crecimiento para eliminar el fantasma de la “insolvencia”, siendo ambas cosas imposibles de cumplir a la vez en el corto plazo. Si volvemos a crecer sin dejar germinar las reformas necesarias, la conclusión será que volveremos a depender como antaño de la financiación exterior y estaremos igual que al principio, o peor, porque ya tendremos muchos años de sufrimiento a nuestras espaldas y porque ya no habrá margen de maniobra.

 

Así que, el único camino viable para salir de esta crisis es el de las reformas que permitan aumentar nuestra competitividad y corregir nuestros desequilibrios en la cuenta corriente y la balanza comercial. Camino que debe proseguir en un segundo momento con un crecimiento 'sostenible', sostenible en el sentido de no depender del dinero exterior, de no depender de aumentar nuestra deuda externa neta para aumentar unos puntos el PIB, lo que a su vez podría reducir el desempleo. O lo que es lo mismo, o se hacen las reformas necesarias y estas funcionan, definiendo funcionar como que se produzca el efecto que bauticé como “1,2,3”, o no habrá salida a la crisis. No hay otro camino, digan lo que digan, no lo hay.

 

Si bien es cierto que, a pesar de que se dan los primeros datos de optimismo en la cuenta corriente y en la balanza comercial, existe una variable que debe preocuparnos: el tiempo. No me preocupa que caigan las importaciones, pero sí me preocupa que el tiempo que tenemos para alcanzar el crecimiento sostenible sea limitado. Lo es porque la deuda pública no dejará de aumentar hasta que lo consigamos, y tiene un límite, y lo es porque algún día, aunque hoy nos parezca lejano, los tipos de interés volverán a subir, lo que nos obligará como país deudor a aumentar nuestros pagos al exterior haciendo saltar por los aires gran parte de la mejora registrada. En otras palabras, el cambio vivido aún no es estructural, y debe serlo.

 

Pero también debemos ser optimistas porque, como ha dicho Bernanke este sábado, “tanto la capacidad humana para innovar como los incentivos para hacerlo son hoy mayores que en cualquier momento de la historia”. España no es una excepción: si en algún sitio hay talento que puede dar mucho más de sí, y si en algún sitio se han roto los mecanismos tradicionales para alcanzar el bienestar dejando como única opción el emprendimiento, esa es España. Tenemos una nueva generación de millennials con la palabra 'adaptación' clavada entre ceja y ceja, tenemos empresas que se han lanzado al exterior con rotundo éxito, y tenemos un país que, digan lo que digan los sentimientos cortoplacistas, tiene todo el potencial para ser de los mejores lugares de nuestro globo. Hay que creer, porque poder sí se puede.

La salida de la crisis será a través del sector exterior o no será; lo bueno es que ya lo hemos interiorizado y preguntémosle a quien le preguntemos dirá lo mismo. Exportar, exportar y después… ¡seguir exportando! Los números empiezan a demostrarlo y en el mes de marzo hemos conseguido un superávit comercial de 634,9 millones. A pesar de que ya lo han dicho todos los medios nacionales e internacionales, hay que repetirlo: NUNCA desde que existen registros, ESPAÑA + SUPERÁVIT COMERCIAL fueron juntos en la misma frase. Es la primera vez en la historia que conseguimos exportar más de lo que importamos. Un pequeño paso para nuestro presente, pero ¡un gran paso para nuestro futuro!