Es noticia
‘The Great Reset’, el sueño de los ‘unicornios’ llega a su fin
  1. Mercados
  2. Valor Añadido
Alberto Artero

Valor Añadido

Por

‘The Great Reset’, el sueño de los ‘unicornios’ llega a su fin

Los ‘unicornios’ son aquellas compañías que en una o varias rondas privadas de financiación han sido valoradas por encima de los 1.000 millones de dólares

Foto: Foto: Corbis Images.
Foto: Corbis Images.

Valor Añadido se ha hecho eco en varias ocasiones del llamado ‘fenómeno Unicornio’.

Para los legos en esta materia, les diré que los ‘unicornios’ son aquellas compañías que en una o varias rondas privadas de financiación han sido valoradas por encima de los 1.000 millones de dólares.

Es verdad que nuestra aproximación a este perfil de empresa ha sido, las más de las veces, excesivamente crítica, como, por ejemplo, en ‘La extinción de los unicornios o cuando 1.000 millones son (literalmente) nada’, 'post' que vio la luz el pasado 28 de octubre.

Acepto que ha sido así.

Pero para quienes vivimos de primera mano la gestación y estallido de la burbuja puntocom, era y es casi imposible no establecer analogías entre una y otra época, entre la moda entonces del incipiente internet y la eclosión ahora de las redes sociales y la economía colaborativa.

Puesto que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, cuánto más el inversor, al menos avisemos a los navegantes para que minimicen los potenciales daños.

Esa ha sido siempre la finalidad de esta columna.

Buena parte de las dudas que veníamos sosteniendo ya desde junio, han encontrado su refrendo en una masa cada vez mayor de partícipes en el capital riesgo

Pues bien, con el arranque de 2016, buena parte de las dudas sobre estos seres fantásticos que veníamos sosteniendo ya desde junio, han encontrado su refrendo en una masa cada vez mayor de partícipes de la industria del capital riesgo. De hecho, según 'Business Insider', se ha generalizado la expresión entre los mismos de ‘The Great Reset’, o ‘El Gran Reinicio’, para bautizar esta nueva era.

¿Por qué?

Por la necesidad de volver a unos fundamentales que parecían olvidados y que son tan sencillos como viabilidad y escalabilidad del negocio, capacidad de los equipos directivos, valor diferencial o múltiplos razonables sobre la base de los comparables cotizados (NYT, 'The rise and fall of the Unicorn', 12-02-2016). Adiós a las promesas de negocio de incierta concreción, a las rondas de capitalización basadas en expectativas que ni se han empezado a cumplir o a las sociedades que no ofrecen una salida más allá de ‘tonto el último’. En muchos casos, lo prioritario ha pasado de ‘ganar’ a ‘no palmar’.

De la fantasía del ‘unicornio’ se ha pasado a las llamadas ‘cucarachas’ como oscuro objeto de deseo del 'private equity'

Conceptos tan ‘extravagantes’ hasta hace poco como clientes, ingresos y hasta margen -oh, qué ordinariez- vuelven a estar encima de la mesa como criterio principal de decisión. Año 2000 en estado puro, misma realidad, mismo ajuste. De hecho, del sueño onírico del ‘unicornio’ se ha pasado a las llamadas ‘cucarachas’ como oscuro objeto de deseo del 'private equity', "empresas con modelos de negocio sostenibles capaces de ser líderes en su segmento de negocio y sobrevivir a cualquier entorno". Uber o AirBnB se encontrarían dentro de esa categoría.

Aun así, buena parte del daño está ya hecho. En un entorno como el descrito, salir a bolsa puede llegar a ser la única opción, con la correspondiente dosis de rebaja de expectativas. Sería mal menor. Sin la liquidez que ofrecen los mercados, obtener financiación adicional se convertiría, para algunos actores hasta ahora destacados, en una quimera. Por más que los fondos trabajen con horizontes de largo plazo, el daño que a su TIR puede hacer un fiasco de calado es un riesgo a minimizar, por lo que serían los primeros en impulsar esa decisión.

Vamos terminando.

Aunque es verdad que no se puede generalizar ni tomar la parte por el todo, hay muchas compañías de este tipo que pueden entrar en una fase autodestructiva que termine con ellas en un plazo inusualmente corto de tiempo. Fuega de capitales y, sobre todo, de personal clave. No en vano, buena parte de su modelo de retención de talento se basa en la expectativa de sus trabajadores de convertirse en millonarios, vía acciones u opciones. En un entorno de deterioro de tal previsión, su salida, voluntaria o forzosa, puede ser su puntilla, más allá del componente económico.

Como hemos señalado en tantas otras ocasiones, nos vamos a divertir.

Valor Añadido se ha hecho eco en varias ocasiones del llamado ‘fenómeno Unicornio’.

Capital riesgo