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Por qué gastarse 8 millones de euros en tres años
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Alberto Olmos

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Por qué gastarse 8 millones de euros en tres años

Sólo el despilfarro te convierte en leyenda: Kiko Rivera con Jordi Wild

Foto: Kiko Rivera.
Kiko Rivera.

En una nueva lección de periodismo, Jordi Wild entrevistó a Francisco Rivera en su canal de Youtube. Nos habíamos olvidado de Francisco Rivera, hijo de Isabel Pantoja y del torero Paquirri, porque los hijos de los demás son lo primero que nos agrada olvidar. El buen periodismo corrige este despropósito y, si algo aporta, si algo nos regala, es información crucial sobre linajes desatendidos. No se hace periodismo si antes los ricos, famosos y poderosos no han hecho hijos; y tampoco si esa progenie no da grandes problemas y extraordinarias entrevistas. Prácticamente todos los titulares del periódico van de hijos que nacieron para ser noticia, normalmente nunca tuyos.

Dos millones y medio de visualizaciones lleva en tres semanas la pieza de Jordi Wild, como es natural. Siempre es atractivo volver a la copla y a la cornada, al hijo trágico; a las peluquerías.

Como Kiko no tiene prácticamente nada que decir sobre nada, estuvo tres horas y media hablando de eso mismo. Si multiplicamos dos millones y medio de visualizaciones por tres horas y media de nada, tenemos algo así como el infinito de la información. Ya quisiera El Confidencial o cualquier otro periódico ser para ustedes un infinito de información.

El caso es que me saltó un corte de esta interviú en Instagram; un corte muy bien cortado, debo reconocer. Decía Francisco Rivera: “Yo con 18 años ganaba 100.000 euros a la semana”. Enseguida la aritmética se nos arrebata, y se rompe por sus propias costuras: “Tenía 8 millones de euros en el banco, y los gasté en dos o tres años”. A mí esto me ha impresionado incluso demasiado. No el derroche en sí, sino la incapacidad de recordar si al tercer año estabas gastando todavía varios millones de euros o no tenías ya nada. En tu memoria, resultan indistinguibles una suite del Palace por dentro y un puente por debajo.

Despilfarrar es así, una superación del espacio-tiempo. Sólo despilfarrando te vuelves leyenda.

Uno gana más dinero si trabaja más, pero gana más si logra cruzar la meta del no trabajo, siendo por ejemplo heredero o secretario de Estado

La entrevista, asimismo legendaria, nos habla de muchas cosas que, lejos de lo que pensamos, afectan a nuestra filosofía. Si uno lo que desea es no trabajar, dense cuenta de lo mucho que hay que no trabajar para ingresar cien mil euros a la semana. Este esfuerzo en la pereza se nos antoja inalcanzable. Uno gana más dinero si trabaja más, pero todavía gana más si consigue cruzar la meta del no trabajo, siendo por ejemplo heredero o, también, secretario de Estado. Es ese lugar en el tejido de transferencias bancarias el que buscamos en la vida, el punto exacto donde se junta estar necesitado de una “paguita” y que la paguita sea de 100.000 euros a la semana. Hay que hilar muy fino con las herencias, las carencias y las decencias para llegar hasta ahí.

No se nos escapa que Kiko es, en fin, hijo de, y que los hijos de penan su propio infierno. De primeras, les odiamos por no hacer nada y que les salga tan bien no hacer nada; luego, madurando, comprendemos que tener la vida demasiado fácil quizá la haga más difícil todavía. Kiko, en realidad, pasados los años, es mirado por el vulgo como una persona que vivió en desgracia. La desgracia de la fortuna excesiva.

Por eso mismo, su planteamiento en la entrevista es totalmente erróneo. Dice Kiko que le pusieron demasiado dinero en las manos sin la compañía de un manual de instrucciones, y que ahí la lió. Añade que a sus hijos, “si tienen la suerte de hacer tanta pasta”, les va a educar para gestionarla con más cabeza que la que él tenía recién cruzada la línea de sombra, esos 18 años herederos. No: él hizo bien.

placeholder Francisco Rivera, Paquirri, en una foto de archivo tomada en la feria de San Isidro de 1970. (EFE/GDU)
Francisco Rivera, Paquirri, en una foto de archivo tomada en la feria de San Isidro de 1970. (EFE/GDU)

Lo que hay que entender es que el despilfarro es sacrificial: sólo quemando tu apellido, tu patrimonio, tu suerte, puedes ser tú mismo. O sea, puedes ser DJ. Dentro de Francisco Rivera había un DJ pidiendo salir (da lo mismo si es un pinchadiscos excelente o del montón: ahí estaba), y la música de la familia no le dejaba hacer su propia música. Ocho millones de euros estorban la vocación de cualquiera, son como los Rolling Stones del dinero: pueden estar sonando, esos ocho millones, hasta el fin de tus días. Por eso, matar al padre, matar a los Rolling Stones, era necesario. Había que irse de fiesta.

“La noche, la droga, mujeres”. En eso gastó ocho millones de euros este muchacho, cuando entonces. Y añade: “Etcétera, etcétera”, por no decir otra vez: la noche, la droga, mujeres. Imaginación no tenía mucha, eso es verdad. Por lo que sea, si le das a cualquier hombre joven varios millones de euros, siempre se lo gastará en lo mismo. Tenemos alma de futbolista.

Foto: Rafa Mora y Kiko Rivera, en 'Sálvame'. (Mediaset España)

Puede objetarse que, si la cosa va de quemar el dinero, bien podría Kiko haberlo regalado. Mendigos y autónomos hay muchos; y ONGs. Sin embargo, lo cierto es que para librarse del dinero hay que gastarlo, pues sólo el gasto genera desapego. Si lo regalas, no te hundes: te elevas, eres moralmente divino. La gente te quiere por tu dinero, y te querrá más si se lo das. Lo que busca el heredero es precisamente que la gente deje de quererle por su dinero.

“No te gastes ocho millones de euros en tres años, como hice yo”. Eso le dirá Francisco Rivera a sus hijos. Y le querrán mucho.

En una nueva lección de periodismo, Jordi Wild entrevistó a Francisco Rivera en su canal de Youtube. Nos habíamos olvidado de Francisco Rivera, hijo de Isabel Pantoja y del torero Paquirri, porque los hijos de los demás son lo primero que nos agrada olvidar. El buen periodismo corrige este despropósito y, si algo aporta, si algo nos regala, es información crucial sobre linajes desatendidos. No se hace periodismo si antes los ricos, famosos y poderosos no han hecho hijos; y tampoco si esa progenie no da grandes problemas y extraordinarias entrevistas. Prácticamente todos los titulares del periódico van de hijos que nacieron para ser noticia, normalmente nunca tuyos.

Kiko Rivera
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