Es noticia
La Humanidad no existe (y otras ideas salvajes)
  1. Cultura
  2. Mala Fama
Alberto Olmos

Mala Fama

Por

La Humanidad no existe (y otras ideas salvajes)

John Gray firmó en 'Perros de paja' uno de los ensayos más brutales y desconcertantes denuestro siglo; recientemente se ha reeditado en España

Foto: La orangutana Sandra, que en 2014 se convirtió en el primer animal reconocido como "persona no humana" en Argentina. (EFE)
La orangutana Sandra, que en 2014 se convirtió en el primer animal reconocido como "persona no humana" en Argentina. (EFE)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

En Reino Unido, en clase de Sociales no les hablan de golondrinas. Es lo que he pensado leyendo Perros de Paja (Sexto Piso), el ensayo del filósofo británico John Gray. Recuerdo perfectamente cierta página de nuestro libro de Sociales, allá en los años 80, donde aparecían dos viñetas. En la de la izquierda, se veían unas golondrinas volanderas en una vivienda del siglo (pongamos) XVI: habían hecho su nido en los bajos del tejado. En la viñeta de la derecha, aparecían las mismas golondrinas (o sea, dibujadas exactamente igual), y el mismo nido (dibujado exactamente igual), pero adherido ahora al alero de un tejado moderno, de una casa hecha con ladrillos y aluminio, y no con adobe. Las estampas querían hacernos ver que los humanos progresamos, hacemos casas distintas, cosas variadas, mientras que las golondrinas harán por siempre el mismo puñetero nido. A partir de ahí, los niños entendíamos que no éramos golondrinas.

John Gray cree que somos golondrinas, o un tipo de golondrina. O un tipo de mosca o de perro o de jirafa. Lo dice en su ensayo "animista", original de 2002. Lo reeditó a finales de 2023 Sexto Piso, y hemos de aclarar que nada tiene que ver con la película del mismo título de Sam Pepkinpah (1971) ni con un autor también llamado John Gray que firma mamarrachadas como Los hombres son de Marte y las mujeres de Venus (1992). Es otro John Gray (John N. Gray, en concreto), y otras las mamarrachadas.

Es muy fuerte, Perros de paja. Su subtítulo dice: "Reflexiones sobre humanos y otros animales". Los perros de paja del título somos los humanos. Para Gray, no somos nada. Esto quiere Gray que lo tengas muy claro: no eres nada sobre la faz de la tierra, apenas una sombra, un muñeco de paja, una voluta de humo que se disipa.

Un resumen instantáneo del libro sería verlo como una impugnación completa de todo lo que yo les conté el otro día en mi columna titulada Lo que usted tendría que haber entendido en 2023. Es decir, la Ilustración, la razón y el progreso son puras chorradas. Escribe Gray: "El humanismo liberal actual tiene el poder persuasivo que antaño poesía la religión revelada. A los humanistas les gusta creer que manejan una perspectiva racional del mundo, pero su fe fundamental en el progreso es una superstición más alejada de la verdad sobre el animal humano que ninguna de las religiones del planeta".

placeholder Portada de 'Perros de paja', de John Gray.
Portada de 'Perros de paja', de John Gray.

Ustedes deben leer sin falta este ensayo, porque algún día les dirán que la vida de sus hijos vale menos que la de un perro, y matarán a sus hijos y no al perro, y no sabrán de dónde viene esa nueva concepción del mundo. Pues viene de ensayos como éste. "Se aferran a dogmas incuestionables", leemos. Yo me aferro a "un hombre, un voto" y "la vida de mi hijo vale más que la de un perro", sí.

La tesis central de Perros de paja es que los humanos y los animales somos animales por igual, y, por tanto, las personas no tienen más derechos, más dignidad ni más complejidad que los pájaros o las serpientes. El "animismo" se opone al "humanismo". "La sensación humanista de abismo entre nosotros y los demás animales es una aberración. Lo normal es el sentimiento animista de compartir el mismo lugar". Habría que preguntarle a Gray si cree que entre él y Donald Trump hay un abismo, y también si cree que comparte con Trump el mismo lugar. Ya verán cómo mágicamente abismos hay, y de compartir, muy poco.

Algún día les dirán que la vida de sus hijos vale menos que la de un perro, y matarán a sus hijos y no al perro

Con todo, uno no sabe si Perros de paja es hippie, nazi, socialdemócrata o de extrema derecha. Dice Gray: "La humanidad no existe. Solo hay seres humanos movidos por necesidades e ilusiones contradictorias y sujetos a toca clase de trastornos de voluntad y juicio". Es lo mismo que afirmó Margaret Thatcher sobre la sociedad en 1987, y aún se lo tienen en cuenta.

Lo que sí caracteriza a Gray es el nihilismo: todo es para nada. Mayormente, la ciencia y la tecnología le parecen poca cosa. "Las ciudades no son más artificiales que las colmenas de las abejas. Internet es tan natural como una tela de araña". Gray quiere decirnos que todo el progreso humano es simplemente actividad animal, como cuando las urracas roban cosas que brillan o los jabalíes se afilan los colmillos contra un tronco. Hombre, no sé.

Como decían en el libro de Sociales de mis 11 años, las golondrinas siguen haciendo los mismos nidos, pero nosotros no hacemos las mismas casas. Que millones de mujeres hayan dejado de morir en los partos, como avance, quizá sea un poco más admirable que la rutinaria ventaja que las aves obtienen de sus migraciones a territorios cálidos. La esperanza de vida de un elefante es la misma que hace mil años; la de los humanos es el doble. Que internet sea un invento no muy superior a la tela de araña no se lo vamos a discutir. No se me ha ocurrido un buen chiste todavía.

placeholder Golondrinas hambrientas en un nido. (EFE)
Golondrinas hambrientas en un nido. (EFE)

Gray niega también tanto la conciencia humana como la existencia de la verdad, así como la importancia del intercambio de ideas. Dice: "La verdad no cuenta con ninguna ventaja evolutiva sistemática sobre el error". Bueno, si levantas un puente basándote en errores y no en cálculos verdaderos, la ventaja es que el puente no se caerá sobre una excursión escolar o, lo que sería muchísimo peor, sobre un par de perros que copulan ahí debajo. Si una vacuna es "verdad", salvará vidas; si es un error, no las salvará.

Lo que más me ha impresionado de este libro es que parece que su autor sólo hubiera visto animales en las series de dibujos animados donde los animales son de colorines y hablan. Nos pide (bajo la noción de Gaia, la Tierra como madre indistinta de todos los seres vivos) "restablecer nuestros vínculos con los animales". No sé muy bien qué vínculo tiene John Gray con un gorila, sobre todo porque, dejado a solas con el gorila, el animal le sacaría las tripas con los dientes y tiraría su cadáver a una poza.

placeholder El filósofo John Gray, durante una charla. (Universidad de Oxford)
El filósofo John Gray, durante una charla. (Universidad de Oxford)

Recuerdo que en mi pueblo, de niños, un amigo y yo nos acercamos a un caballo que estaba atado. El caballo le dio una coz en la cabeza a mi amigo y casi lo mata. Menos suerte tuvo una mujer cuyo perro pilló la rabia, y la mató a mordiscos en el patio de su casa. Perdonen mis traumas infantiles, y que prefiera que los animales estén allí lejos, y yo por aquí, a ser posible con muchas vallas y barrotes de por medio.

Perros de paja, al contrario de lo que pueda parecer por todo lo que llevo escrito, es un texto estupendo, inteligente y de lectura obligada. Tiene veinte años encima, y uno diría que se escribió ayer. Sus ideas son muy provocadoras, lo que siempre es bueno. Pero creo que está totalmente equivocado.

El motivo es muy sencillo: nada existe sin los seres humanos. No hay registro, Historia, recuerdo ni creación si no hay personas. Ningún animal salvo el animal humano va a dudar nunca ni, sobre todo, poetizar. Sólo la Humanidad hace que exista la poesía, es decir, un paisaje más bonito que otro, un animal simpático, una estrella que es algo más que una estrella o una nevada que es algo más que una nevada. Los animales viven una vida de piedras y asesinatos: no viven otra cosa.

La Tierra, sin seres humanos, es la que no existe. Nadie diría: esto es la Tierra.

Otra cosa buena de los seres humanos es que aún podemos rezar para que estas ideas brillantemente cavernícolas no acaben llevándoselo todo por delante.

En Reino Unido, en clase de Sociales no les hablan de golondrinas. Es lo que he pensado leyendo Perros de Paja (Sexto Piso), el ensayo del filósofo británico John Gray. Recuerdo perfectamente cierta página de nuestro libro de Sociales, allá en los años 80, donde aparecían dos viñetas. En la de la izquierda, se veían unas golondrinas volanderas en una vivienda del siglo (pongamos) XVI: habían hecho su nido en los bajos del tejado. En la viñeta de la derecha, aparecían las mismas golondrinas (o sea, dibujadas exactamente igual), y el mismo nido (dibujado exactamente igual), pero adherido ahora al alero de un tejado moderno, de una casa hecha con ladrillos y aluminio, y no con adobe. Las estampas querían hacernos ver que los humanos progresamos, hacemos casas distintas, cosas variadas, mientras que las golondrinas harán por siempre el mismo puñetero nido. A partir de ahí, los niños entendíamos que no éramos golondrinas.

Libros Ensayo Animales
El redactor recomienda