No sabía qué pensar de lo de Parla, hasta que he decidido estar a favor. Lo de Parla es un tren, un AVE, un transporte relámpago que tendrá allí parada y estación, como si Parla fuera Barcelona o Sevilla y media España llevara años reclamando que se llegara más rápido. Ahora podremos llegar a Parla muy rápido.
Ustedes deben preguntarse qué hay en Parla, desarmadas por un tren las excusas para no visitarla en Semana Santa con toda la familia. Nada, eso hay en Parla. Absolutamente nada. Por este motivo, estoy a favor de que pongan en medio de la nada una estación del AVE.
Incluso si no tiene sentido, estoy a favor.
En Madrid hay fronteras psicológicas que funcionan con más eficacia que el muro que dividía Berlín. Nadie que no viva al sur del Manzanares pisa nunca Carabanchel, Usera o Villaverde. Nadie conoce la diferencia entre Alcorcón y Móstoles. Según nos vamos alejando, nadie sabe ya qué hay allí, en aquel Madrid hondo, sin sierra, sin nieve, sin árboles, sin pantano, pues hasta la naturaleza ha decidido que en el sur de la región no se localice ni un solo rizo de belleza. Todo está en el norte, la montaña, Patones, la casa de Gran Hermano y la tumba de Franco. Hay siempre muchos motivos espectaculares para ir al norte de Madrid y ni uno sólo para ir al sur.
Entonces, cuando casi te terminas el sur de la Comunidad de Madrid, en ese exceso cardinal, después de pasar por ciudades a las que tampoco va nadie nunca salvo para ingresar en un hospital (Fuenlabrada), está Parla. Parla se halla tan lejos de Madrid que parece ficción, un topónimo de Dickens, y hasta deben de tener minas allí, y niños picando en las minas. Parla es Nicolas Cage tomando el desvío equivocado. Sólo un madrileño con problemas con los mapas ha visitado alguna vez esta ciudad. Y lo sigue contando, de lo impresionado que se quedó.
Para que la gente vaya al sur hay que poner algo. En Humanes pusieron una discoteca y la localidad es conocida en toda Europa. Óscar Puente lo de la discoteca lo vio demasiado obvio, y prefirió despistar proyectando una estación de AVE. Ahora trenes bonitos y modernos pararán en Parla, y lo que irá en ellos no serán pasajeros. Será respeto.
Parla se halla tan lejos de Madrid que parece ficción, un topónimo de Dickens. Parla es Nicolas Cage tomando el desvío equivocado
Asociamos Parla al fracaso, a la lejanía de las ilusiones, al fin del mundo dispensado en ripios. "A mamarla a Parla" es toda la aportación de esta ciudad de 140.000 habitantes al acervo cultural español. Lepe y Parla ahí se andan. Topónimos malditos, destinos desastrados.
Yo he estado en Parla dos veces y necesitan el AVE, el aire de los trenes, las pisadas de los forasteros, y que compren un café, un menú, un recuerdo de Parla. Un piso entero en Parla. Fíjense si estarán mal allí que votan todos al PSOE.
Recuerdo la fama de Tomás Gómez como alcalde más votado de España, y el tranvía que recorría Parla como si, en efecto, la hubiera diseñado Dickens. Parla era un tranvía, socialismo y no ir nunca. Ahora seguirá siendo socialista, pero habrá que ir por imperativo ferroviario, mirarla al menos desde la ventanilla.
No compro que Puente ponga allí un tren para ganar votos, cuando los tiene todos. Sale más barato llevar a cantar a Rosalía
Por eso no compro que Puente ponga allí un tren para ganar votos, cuando los tiene todos. Sale más barato llevar a cantar a Rosalía, a Parla, y seguro que te cambia el voto hasta alguno de Falange. El tren es monumental, lento de construir, nadie se acuerda de quién lo puso, cuando por fin pasa; los ingenieros y técnicos no se dedican a trazar una red ferroviaria como quien va uniendo los puntos del triunfo electoral. Es difícil imaginarse a Puente soñando cada noche con que le voten en Parla, y decidir entonces, sólo por eso, poner a lo tonto una estación del AVE.
Por fin Parla será algo, eso es lo que pienso. Dejará de ser la nada, el ripio mamón, el lugar donde se acumula la tristeza (ya les digo que he estado allí dos veces), y podrá asociarse con una cosa tan exclusiva como una red de trenes de alta velocidad. La gente se bajará en Parla y comprará lotería. Perderá una conexión en Parla. Quedará en el lobby de la estación de tren de Parla. Hará cosas en Parla y eso es mucho, amigos, mucho dinero y mucha dignidad.
Quién sabe si no estaremos asistiendo a los primeros pasos de una megalópolis, de Parlópolis. Entonces será más difícil hacer rimas desaseadas y denigrantes, no me digan.
No sabía qué pensar de lo de Parla, hasta que he decidido estar a favor. Lo de Parla es un tren, un AVE, un transporte relámpago que tendrá allí parada y estación, como si Parla fuera Barcelona o Sevilla y media España llevara años reclamando que se llegara más rápido. Ahora podremos llegar a Parla muy rápido.