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Españoles, el 'villarato' no ha muerto: vuelven hasta las famosas 'injerencias' del Gobierno
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Kike Marín

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Españoles, el 'villarato' no ha muerto: vuelven hasta las famosas 'injerencias' del Gobierno

La marcha de Ángel María Villar de su presidencia después de casi tres décadas no ha valido para que en la Federación Española de Fútbol en modus operandi sea el mismo... O incluso peor

Foto: El expresidente de la Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, durante una rueda de prensa. (EFE)
El expresidente de la Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, durante una rueda de prensa. (EFE)

Después de los casi 30 años de Ángel María Villar como presidente y el esperpento inaugural vivido en el Mundial de Rusia, nada bueno se cernía sobre lo que fuera a pasar con la nueva directiva de la Federación Española de Fútbol (RFEF). Así, en su primer verano en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas empezaron a tomar decisiones como que la Supercopa de España que tenían que disputar el FC Barcelona y el Sevilla FC, campeones de Liga y Copa, respectivamente, se jugara a partido único en lugar de a ida y vuelta como era habitual. Para colmo, el lugar elegido fue Tánger. Sí, Marruecos en pleno mes de agosto. Resultado: las gradas semivacías y un caos organizativo.

Además, el Sevilla FC mostró "su absoluta disconformidad" y dejó clara que la decisión le era "perjudicial". Denunció una "falta de respeto" y lamentó que la RFEF tuviera "la intención exclusiva de solucionar los problemas" a su rival, casualmente el FC Barcelona, uno de los dos grandes que en Las Rozas siempre tienen un trato, digamos preferencial, por no decir reverencial. Pero si esto fuera poco, no faltó incluso algún medio que aseguró que el presidente de la RFEF declaró el encuentro de "no oficial" con el fin de permitir la alineación de tantos jugadores extracomunitarios como los equipos quisieran. De locos.

Foto: La presidenta del Consejo Superior de Deportes (CSD), Irene Lozano, en la Comisión de Cultura y Deporte del Congreso de los Diputados. (EFE) Opinión

Ya entonces el presidente del club sevillano, a quien su homólogo de la RFEF invitó "a sacar los whatsApps que tenemos entre los dos" para dejarle, según él, por mentiroso, desveló que se trataba "de una decisión puntual para esta temporada, porque la RFEF piensa seguir organizando la competición a doble partido en las próximas campañas". Efectivamente, fue puntual, pero tampoco para volver a ser como él dijo, sino con un nuevo formato de cuatro equipos, tres partidos y una normativa que prácticamente asegura que la jueguen siempre Barcelona y Real Madrid, al anteponer el palmarés histórico para los casos dudosos

Esto fue lo que pasó en 2019, cuando la RFEF se sacó de la manga una Supercopa de España con FC Barcelona, campeón de Liga, Valencia, campeón de Copa, Atlético de Madrid, segundo en la Liga, y el Real Madrid, ¡como tercero!, al ser el subcampeón de Copa el mencionado Valencia. Curiosamente, el equipo de Mestalla fue el que menos dinero recibió, de ahí sus quejas. Su presidente recordó que "somos el campeón de Copa, ganamos al Barcelona de Messi y yo no puedo aceptar condiciones diferentes que considero injustas. ¿Cómo voy a justificar esto ante la afición o ante la propiedad?".

Según el reparto de la RFEF, el FC Barcelona y el Real Madrid partían de una cantidad fija de 6,8 millones de euros, por los 4 del Atlético de Madrid y los únicamente 2,5 del Valencia, quien firmó "no conforme" con este reparto y finalmente, tal y como había amenazado, presentó una demanda por daños y perjuicios ante la justicia ordinaria. Efectivamente, más trabajo para los abogados de la RFEF, ya sean internos, externos o mediopensionistas...

placeholder Javier Imbroda, Consejero de Deportes de la Junta de Andalucía, en el 'sorteo' de la Supercopa. (EFE)
Javier Imbroda, Consejero de Deportes de la Junta de Andalucía, en el 'sorteo' de la Supercopa. (EFE)

Y llegamos a este momento, cuando la segunda edición de la nueva Supercopa con cuatro equipos afortunadamente no podrá disputarse en Arabia, sino que vuelve a su lugar natural y lo hará en Andalucía. Pero, claro, como parece que nada puede ser normal en todo lo que se hace desde la Ciudad de Fútbol de Las Rozas, en esta ocasión la disputarán el Real Madrid como campeón de Liga, el Barça como subcampeón y la Real Sociedad y el Athletic como finalistas de una Copa que aún no se ha disputado. Con esta excusa, es decir, que aún no hay campeón y subcampeón de Copa, la RFEF se sacó de la manga un sorteo —si como tal se puede considerar— en el que el Real Madrid y el FC Barcelona no podían verse en semifinales. Ni bolas calientes para disimular...

Vamos, más de lo mismo. Si primero fue el Sevilla y luego el Valencia, ahora son los dos principales equipos vascos quienes han visto cómo el presunto sorteo les obligará a ganar a Madrid o Barça y después a Barça o Madrid para ganar una Supercopa en la que, aunque no se diga, en la RFEF están deseando que jueguen los dos grandes Esto ya sucedió en la Supercopa de Arabia, en cuyo contrato no sería de extrañar que los árabes valoraran el torneo en función de si están o no Barça y Madrid, aunque el Atlético de Madrid les aguó la fiesta al eliminar al Barça y plantarse en la final contra el Madrid, quien ganó este trofeo sin haber sido ni campeón de Liga ni de Copa. Fantástico.

Solo importa "la industria del fútbol"

Sirva esta retahíla de despropósitos que, como bien dijo Ernesto Valverde en Arabia, son la consecuencia de "estar metidos en la industria del fútbol, que está buscando fuentes de ingresos, por eso estamos aquí", para confirmar que la RFEF no sigue siendo más de lo mismo, sino peor. Podíamos empezar hablando del VAR, que lejos de acabar con las suspicacias arbitrales, en muchos momentos las ha agravado, pues ahora no existe el error humano. Sin embargo, todo lo que se hace es consecuencia del habitual modus operandi de lo que en tiempos de Villar se dio en llamar 'villarato' y que Florentino Pérez tuvo muy presente cuando tuvo que respaldar al nuevo presidente.

placeholder Reunión de Irene Lozano con los clubes para la profesionalización del fútbol femenino. (EFE)
Reunión de Irene Lozano con los clubes para la profesionalización del fútbol femenino. (EFE)

Su propio autor, Alfredo Relaño, explicó que acuñó la palabra ‘villarato’ "en referencia a la forma ‘sui generis’ de Villar de ejercer el poder y mantenerse en él". El ex director del diario AS se refería a cosas como llevar un partido de la Selección a una ciudad de una territorial afín al presidente de la RFEF o con la que existiera algún tipo de interés, algo que en el caso del heredero de Villar cantó demasiado en el caso de Elche, donde se sacó la carrera en el CEU viviendo en Madrid como presidente de AFE. O, como también escribió Relaño, "ese fasto cutre del avión lleno de gorrones de aquí para allá, con la Selección adonde vaya, para recibir el retorno en votos". El famoso clientelismo, ya saben.

Foto: Velasco Carballo, actual presidente del Comité Técnico de Árbitros de la RFEF Opinión

En el repertorio de Villar nunca faltaron tampoco las amenazas al Gobierno de turno por unas presuntas "injerencias" que podían provocar el enfado con el fútbol español de la FIFA o la UEFA, de la que al igual que ahora su heredero era vicepresidente. Hasta en eso el 'villarato' sigue vivo. Y si alguien no se lo cree, que le pregunte a la secretaria de Estado para el Deporte, a quien, tal y como adelantó 'Onda Cero', el actual presidente de la RFEF no solo levantó la voz y faltó al respeto en su despacho del Consejo Superior de Deportes, sino que le 'avisó' de que si sigue adelante con la profesionalización del fútbol femenino, FIFA o UEFA podrían tomar algún tipo de represalia. Claro que con buena se ha topado, si piensa que con amenazas va a poder amedrentar a Irene Lozano...

Después de los casi 30 años de Ángel María Villar como presidente y el esperpento inaugural vivido en el Mundial de Rusia, nada bueno se cernía sobre lo que fuera a pasar con la nueva directiva de la Federación Española de Fútbol (RFEF). Así, en su primer verano en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas empezaron a tomar decisiones como que la Supercopa de España que tenían que disputar el FC Barcelona y el Sevilla FC, campeones de Liga y Copa, respectivamente, se jugara a partido único en lugar de a ida y vuelta como era habitual. Para colmo, el lugar elegido fue Tánger. Sí, Marruecos en pleno mes de agosto. Resultado: las gradas semivacías y un caos organizativo.

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