Los muñecos del ventrílocuo Florentino: "¿Mbappé? ¿Quién es Mbappé?"

Viajen en el tiempo e imaginen estar frente a uno de esos obsoletos teletipos, de los que no hace tanto llegaba información, teóricamente rigurosa: "Mbappé acaba contrato el 30 de junio y no lo renovará, a pesar de que desde el Paris Saint-Germain lo han intentado hasta el último momento con cifras mareantes" —STOP— "En la última le ofrecían 200 millones de euros por jugar dos años más" —STOP— "Su fichaje por el Real Madrid es cuestión de días" —STOP—

"Lo último que se conoce es que Mbappé y su equipo meditan cómo despedirse del PSG" —STOP— "La temporada de Mbappé acabó cuando el Real Madrid remontó en el Santiago Bernabéu en la Champions" —STOP— "En el Real Madrid han respetado siempre la decisión de Kylian Mbappé de tratar con tacto su marcha del PSG" —STOP— "Su temporada es para enmarcar, pues lleva dobles dígitos en goles y asistencias y se encamina a un nuevo récord antes de decir adiós" —STOP—

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Así, de manera telegráfica, cuando el periodismo deportivo era periodismo y deportivo, podría resumirse el ridículo que algunos 'comunicadores' —que no todos periodistas— han hecho durante los últimos meses con el presunto fichaje de Mbappé por el Real Madrid. Teniendo claro que detrás de ellos se esconde la alargada mano del ventrílocuo Florentino Pérez, éste se ha encontrado en el catarí Nasser Al-Khelaïfi a su alumno más aventajado a la hora de resolverlo todo a golpe de talonario. Lo apuntó el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin: "En el Real Madrid están indignados, pero, que yo sepa, su oferta fue la misma que la del PSG por Mbappé".

Eso sí, salvando aquel "tranquilos" con el que algunos interpretaron que Florentino tenía la operación controlada y así se lo hicieron ver a los aficionados como si manejaran información de primera mano, el presidente del Madrid nunca ha dicho públicamente que tuviera al francés fichado, de ahí que, una vez más, nadie podrá decirle que no ha cumplido su promesa. Con su director general, José Ángel Sánchez, trabajando en la sombra, a Florentino no le hace falta abrir la boca para colocar sus mensajes.

Su prioridad es acabar las faraónicas obras del Estadio Santiago Bernabéu, cuyo coste se ha disparado casi tanto como el retraso que acumulan. Sin embargo, lo que ilusiona a la afición del Madrid son los grandes fichajes, de ahí la necesidad de alimentar a esos 'comunicadores' que no ponen su credibilidad en juego por la sencilla razón de que no la tienen. Al menos para quienes se fíen de los medios mínimamente rigurosos y no auténticos panfletos digitales o shows televisivos que tienen todo el derecho a existir, faltaría más, pero sin confundir y, sobre todo, confundirse: no informan, entretienen.

Sin Haaland... y sin Mbappé

La noticia de la renovación de Mbappé por el Paris Saint-Germain fue un golpe para ese madridismo que ya contaba con verle la temporada que viene vestido de blanco. Sin embargo, los grandes culpables de esta decepción son quienes le han seguido el juego a Florentino, ya sea por servilismo o puro interés comercial. Ahora bien, que nadie olvide que no fichar a Erling Haaland, presuntamente porque se priorizó el fichaje de Mbappé, le ha supuesto quedarse sin los dos, algo que en cualquier otro club le habría costado el cargo al director deportivo. Aunque, como en el Real Madrid este puesto lo desempeña el presidente, resulta más sencillo acusar de traidor al francés.

Además de no esperar a que la renovación se hiciera oficial para empezar a filtrar el nombre del mediocentro del Mónaco Aurelien Tchouameni como recambio para Casemiro, fue curioso cómo desde "el Madrid", es decir, el entorno de Florentino Pérez, se empezó a vender que Vinicius tampoco tiene tanto que envidiar a Mbappé. Lo malo no es que el presidente tome por tontos a los madridistas, sino que haya 'comunicadores' —y desgraciadamente también algunos periodistas— que se presten a colocar ese mensaje como si, efectivamente, los madridistas fueran tontos. "¿Mbappé? ¿Quién es Mbappé?", les faltó decir en lugar de cargar su ira contra el francés.

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Después de las tres históricas remontadas ante PSG, Chelsea y Manchester City, el Real Madrid juega este sábado la final de la Champions. Y lo hace precisamente en París, donde seguirá viviendo y jugando Mbappé, Si los blancos caen ante el Liverpool, el ridículo que han hecho Florentino y sus muñecos será difícilmente olvidable. Ahora bien, si el Real Madrid de los ilustres Modric y Benzema gana y levanta su decimocuarta Copa de Europa, más de uno se la dedicará a Mpabbé. Ya saben, como diría Rockefeler, "¡toma, moreno!"...