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El Gobierno confía en que un éxito de España en el Mundial blanquee la imagen de Rubiales
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Kike Marín

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El Gobierno confía en que un éxito de España en el Mundial blanquee la imagen de Rubiales

Aunque los aficionados no asocian la Selección de Luis Enrique con la RFEF, esta es la estrategia de los Franco, Iceta y, por supuesto, Sánchez para sostener a su presidente

Foto: Iceta y Rubiales, con los jugadores de España. (EFE/Pablo García)
Iceta y Rubiales, con los jugadores de España. (EFE/Pablo García)

"¿En qué se parece el fútbol a Dios?", preguntó Eduardo Galeano (Montevideo, 1940-2015) en un artículo titulado '¿El opio de los pueblos?'. "En la devoción que le tienen muchos creyentes y en la desconfianza que le tienen muchos intelectuales", respondió el uruguayo, quien recordó cómo en 1880 el escritor británico Rudyard Kipling se burló del fútbol y de "las almas pequeñas que pueden ser saciadas por los embarrados idiotas que lo juegan" y, un siglo después, a Jorge Luis Borges se le ocurrió dar una conferencia sobre la inmortalidad el mismo día, y a la misma hora, en la que Argentina estaba disputando su primer partido del Mundial 78.

Según Galeano, "el desprecio de muchos intelectuales conservadores se funda en que el instinto animal se impone a la razón humana, la ignorancia aplasta a la Cultura, y así la chusma tiene lo que quiere". Para añadir que "en cambio, muchos intelectuales de izquierdas descalifican al fútbol porque castra a las masas y desvía su energía revolucionaria. Pan y circo. Hipnotizados por la pelota, que ejerce una perversa fascinación, los obreros atrofian su conciencia y se dejan llevar como un rebaño". En resumen, la cantinela del opio del pueblo vista desde la perspectiva de un escritor que nunca ocultó su pasión por el fútbol e, incluso, presumió de ella.

Foto: Luis Enrique, en una rueda de prensa. (EFE/JuanJo Martín)

Sirva este magnífico análisis sociopolítico-futbolístico para intentar explicar el caso Rubiales, el cual, después de escuchar al ministro de Cultura y Deporte de España, parece claro que solo se resolverá en los tribunales, con el descrédito que conlleva para el Gobierno de Sánchez. Así, al ser preguntado por las numerosas denuncias que ha recibido el presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Miquel Iceta dijo que "por la información de la que nosotros disponemos, no hay motivos de reproche penal en absoluto", para a continuación reconocer que "hay cosas que a los que no entendemos se nos escapan un poco". Para qué decir más.

Lejos queda cuando al poco de empezar a publicarse los Supercopa Files, el secretario de Estado para el Deporte dijo que no le parecía "ético ni estético" todo lo que se estaba revelando sobre Rubiales y Piqué. Que después de todo lo que ha conocido sobre la gestión de 'Rubi' al frente de la RFEF y la interminable lista de denuncias que tarde o temprano le sentarán delante de un juez, José Manuel Franco no haya hecho nada, deja claro que todo está orquestado desde Moncloa, hasta el punto de que su estrategia se basa ahora en confiar que un éxito de España en el Mundial de Qatar blanquee la imagen de Rubiales. O sea, el opio del pueblo...

placeholder El rey Felipe VI felicita a Luis Enrique tras la goleada a Costa Rica. (EFE/Ballesteros)
El rey Felipe VI felicita a Luis Enrique tras la goleada a Costa Rica. (EFE/Ballesteros)

Claro que quizás lo que los asesores de Sánchez no saben es que una de las preocupaciones de Rubiales y los directivos que se dieron cita en la famosa y polémica 'convivencia' de Salobreña, es que los aficionados no asocian a la Selección de Luis Enrique con la RFEF, sino que la ven como el equipo que representa al fútbol español y, por extensión, a sus clubes. De ahí su inversión en 'branded content', una técnica de marketing que consiste en crear contenidos vinculados a una marca que permitan conectar a esta con el consumidor. En este caso, a la RFEF con los aficionados de la llamada Roja, con todo lo que, dadas las circunstancias, tiene de nocivo.

La visita del Rey a Qatar... sin Iceta

Todas las innovadoras técnicas de propaganda, atrezo y oportunismo benefician a Rubiales. Quizás porque como exfutbolista, Qatar es lo más cerca que va a estar de jugar un Mundial, pues en el de Rusia, tras 'decapitar' a Lopetegui, el horno no estaba para bollos, el presidente de la RFEF no se cansa de dejarse ver en chándal e, incluso, "paños menores", como calificó a las futbolistas en pantalón corto. A pie de campo, en pleno entrenamiento e interactuando con los jugadores, algo que quienes conocen a Luis Enrique saben que no es de su agrado. Si algo ha logrado el seleccionador es aislar a su equipo de todos los problemas que rodean al presidente de la RFEF, a quien defendió en su condición de asambleísta, algo que le honra.

La visita de Felipe VI al vestuario de la Selección tras la goleada a Costa Rica fue aprovechada para vender normalidad. Al monarca no le acompañó el ministro Iceta, sino Franco, quien ha cogido el gusto a los palcos. Da igual que sea en estadios de países como Arabia Saudí, donde se disputa la Supercopa de España, o Qatar. Tal y como recordó Galeano, "algunos dirigentes socialistas denunciaron al fútbol como una maquinación de la burguesía destinada a evitar la huelgas y enmascarar las contradicciones sociales, y su difusión fue el resultado de una maniobra imperialista para mantener en la edad infantil a los pueblos oprimidos". Sobran comentarios.

Foto: La princesa Leonor y la infanta Sofía, junto a Miquel Iceta y Rubiales. (EFE/RFEF) Opinión

Casualmente, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ha fijado las primeras intervenciones sobre las enmiendas contra la derogación de la sedición para este jueves sobre las 19:00 horas. Por lo que, entre réplicas, contrarréplicas y votaciones, este pleno coincidirá con el España-Japón. Vamos, como hizo Borges, pero no por desprecio al fútbol, sino para aprovecharse de él. Lo mismo que en Moncloa pretenden hacer con un hipotético éxito de la Selección de Luis Enrique. Si Rubiales ha sido capaz de ir a ver a Sánchez con la medalla de campeona del mundo Sub 17 colgada al cuello, imagínense lo que podría hacer si España gana el Mundial de Qatar. Ni Penélope Cruz y su famoso "¡¡¡Pedro!!!!".

"¿En qué se parece el fútbol a Dios?", preguntó Eduardo Galeano (Montevideo, 1940-2015) en un artículo titulado '¿El opio de los pueblos?'. "En la devoción que le tienen muchos creyentes y en la desconfianza que le tienen muchos intelectuales", respondió el uruguayo, quien recordó cómo en 1880 el escritor británico Rudyard Kipling se burló del fútbol y de "las almas pequeñas que pueden ser saciadas por los embarrados idiotas que lo juegan" y, un siglo después, a Jorge Luis Borges se le ocurrió dar una conferencia sobre la inmortalidad el mismo día, y a la misma hora, en la que Argentina estaba disputando su primer partido del Mundial 78.

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