'Florentino somos todos': así son y funcionan las cloacas del fútbol español

'Vinícius somos todos. Basta ya'. Con esta pancarta recibió el Estadio Santiago Bernabéu a los jugadores del Real Madrid antes del partido contra el Rayo Vallecano. Después de lo sucedido el pasado domingo en Mestalla, tanto la afición como sus compañeros, que saltaron al campo con su nombre y el dorsal número 20 a la espalda, quisieron de este modo mostrar su apoyo al brasileño, que siguió el partido desde el palco de honor, sentado a la derecha del 'padre' Florentino Pérez.

Quizás porque, como dijo Nelson Mandela, "nadie nace odiando por el color de la piel, sino que se aprende a odiar", y en contra de lo que creyó el dramaturgo francés Jean Giraudoux, "el deporte es el esperanto de las razas", el fútbol tiene un grave problema de educación, donde el insulto, ya sea al rival, al árbitro e incluso a tus propios jugadores, parece formar parte del espectáculo e ir incluido en el precio de la entrada. De ahí que en ocasiones, como la que ahora sufre Vinícius, desemboque en racismo. Un asunto del que, como se encargó de demostrar su presidente, la única institución que se ha preocupado y ocupado de combatirlo hasta donde puede es LaLiga. "Sin pico y con pala", como dice Javier Tebas, en una clara alusión a quienes solo hablan, protestan o directamente no hacen nada.

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Kike Marín

Siendo este un tema relevante, sobre todo en una sociedad cada vez más radicalizada e intransigente, es verdad que la dimensión de lo sucedido con Vinícius hay que enmarcarla en el hecho de que el brasileño juega en el club más prestigioso del mundo como es el Real Madrid, además del poder que precisamente por ello aglutina su presidente, algo que en el caso de Florentino Pérez es excepcional y de lo que siempre se ha aprovechado. Aunque también en su imagen internacional, especialmente en lo que al fútbol español se refiere. Esto ha quedado patente estos últimos días con el ruido mediático y político que ha generado su enfado con lo sucedido en Mestalla, pero especialmente en la Federación Española de Fútbol (RFEF) que preside "un admirador, un amigo, un esclavo, un siervo", que diría José Luis López Vázquez.

La dimensión del caso hay que enmarcarla en que Vinícius juega en el Madrid y el poder que aglutina su presidente en el palco del Bernabéu

El palco de honor del Bernabéu, donde precisamente Florentino prefirió tener sentado el miércoles a Vinícius, a pesar de que el brasileño podía haber jugado ante el Rayo tras retirarle Competición la tarjeta roja que vio ante el Valencia CF, es un reconocido lugar de encuentro de empresarios, políticos, jueces y periodistas. "Un auténtico nido del poder, donde se decide el futuro de España", como ha llegado a decir el ex director del diario El Mundo, David Jiménez, a quien dignifica, al igual que él ha dignificado la profesión, dar testimonio de cómo "Florentino utiliza el club para presionar a los periodistas". Ya saben, el perverso 'conmigo o contra el Madrid'.

Es por esto que para entender lo que sucede en las cloacas del fútbol español no hay que fiarse de quienes opinan sin saber, confundiendo, por ejemplo, la Federación con LaLiga, ni creerse al pie de la letra lo que dicen aquellos que se suponen que saben, pero no siempre se atreven a contarlo. Por ello, lo realmente importante es saber leer entre líneas. "Sorpresa en la Federación por el indulto de Competición a Vinícius. En el entorno federativo no se esperaba el cariz de la decisión tomada respecto a la expulsión del brasileño", podía leerse en el diario Marca en referencia a la inverosímil decisión de retirar la roja al delantero del Real Madrid, pues, como bien dijo Xavi Hernández, "es impepinable que hubo agresión y me sorprende que le quiten la roja. Una cosa no tiene que ver con la otra".

Hay que leer entre líneas, sin fiarse de quienes opinan sin saber, ni de aquellos que se supone que saben, pero no siempre se atreven a contarlo

"Gran malestar de Luis Rubiales por la resolución de Competición. La decisión del órgano disciplinario ha provocado un enfado importante en el presidente de la RFEF, al que ha sorprendido sobremanera", escribían en la misma línea en el As. Conscientes de que el asunto se les iba de las manos, primero con la purga en el estamento que depende del Comité Técnico de Árbitros (CTA) y luego con la controvertida resolución, en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas pretendieron desmarcarse filtrando que "el máximo mandatario del fútbol español se quedó perplejo y sorprendido por la resolución emitida por los tres miembros del órgano disciplinario".

El a mí no me miren de Rubiales

Además de coincidir en transmitir la presunta sorpresa y el presunto enfado del presidente, también se intentó colar que "en la Federación no se esperaba el cariz de la decisión tomada respecto a la expulsión del brasileño, pero nadie tiene capacidad para influir en lo que decida el órgano presidido por Carmen Pérez", la representante de la RFEF, sin olvidarse de recalcar que también hay un miembro designado por LaLiga y un tercero elegido por el Consejo Superior de Deportes (CSD), para añadir que "sus decisiones son tomadas en base (sic) a criterios que van más allá de lo que pensamos es la justicia deportiva".

Desde la RFEF se intentó hacer ver que Rubiales no había tenido nada que ver con la resolución de Competición y lo enfadado que estaba...

Pero ahí no quedó la cosa. Después de intentar hacer ver que Rubiales no había tenido nada que ver con la resolución del Comité de Competición, cuando esa misma noche ya rodaron cabezas en el VAR, se quiso vender que "Rubiales se cierra en banda a la petición de Florentino Pérez". "El presidente de la RFEF no hará caso a la demanda del mandatario madridista para que cambie la estructura arbitral", podía leerse en AS, mientras que, de nuevo en una nada casual sintonía, Marca aseguraba que "Rubiales no cede y no piensa cambiar la estructura arbitral que demanda el Real Madrid". ¿Recuerdan los Cuentos de Calleja? Pues algo así.

Tebas pide las competencias

Efectivamente, aunque esto sí que resulte sorprendente, la demanda realizada por Florentino coincide por una vez con el deseo de LaLiga y del resto de clubes que la forman —a falta de conocer la postura del FC Barcelona post Negreira, aunque Laporta siga siendo su presidente—, quienes desde hace tiempo vienen reclamando que el colectivo arbitral sea un estamento independiente, que no dependiente de LaLiga. En lo que sí quiere todas las competencias Tebas es precisamente en este asunto del racismo. "Con competencias, estamos seguros de que en seis meses resolvemos este problema. Es más fácil que lo del control económico", se atrevió a decir el presidente de la patronal.

A diferencia de Rubiales, que ni dijo nada ni admitió preguntas, Tebas demostró que LaLiga es la única que ha denunciado el racismo

Casualmente, como si hiciera falta un gesto neroniano de Florentino, es decir, poner el dedo pulgar hacia abajo, solo a raíz de lo sucedido en Mestalla y el gran revuelo que provocó, el pasado martes la Policía detuvo a cuatro miembros del Frente Atlético, grupo ultra del equipo rojiblanco, acusados de un presunto delito de odio por colgar en el puente de Valdebebas una muñeca con la camiseta de Vinícius y una pancarta con el lema 'Madrid odia al Real'. Un hecho que sucedió hace cuatro meses, aunque no hubo mejor momento para hacerlo, con imágenes de las detenciones incluidas, por si alguien tenía alguna duda. El Valencia CF fue el otro que pagó el pato.

A diferencia de Rubiales, que se limitó a leer "una declaración institucional" para decir obviedades, sin admitir preguntas y únicamente aprovechar el jardín en el que se había metido Tebas con Vinícius para lanzarle una puya, el presidente de LaLiga ofreció una rueda prensa en la que, con datos, no solo dejó en mal lugar a la RFEF, sino al CSD e, incluso, al Real Madrid. Tras una introducción en la que explicó sus actuales competencias en esta materia, las denuncias presentadas y otras acciones en la lucha contra la violencia y el racismo, Tebas respondió hasta completar la hora y media de comparecencia a todas las preguntas que pudieron hacerle los 75 periodistas de 50 medios diferentes que estuvieron presentes, con un total de 70 de medios internacionales entre presencial y online, de ellos 30 brasileños.

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"¿Por qué sorprende tanto que un periodista quiera contar la verdad?", se preguntaba el mencionado David Jiménez. Pues porque desgraciadamente hacerlo se ha convertido en una profesión de riesgo. La verdad molesta al poderoso, incomoda al que descuelga el teléfono y deja en evidencia a quienes viven del postureo y la mentira. Está muy bien que el enfado de Florentino Pérez por lo sucedido en Mestalla, que no tardó en llegar de Kaunas a Valencia a través de la conexión Ferreras-Galeano, haya servido para agitar el árbol de la lucha contra el racismo. Claro que hay que proteger a Vinícius, pero ¿y quién nos protege del presidente del Real Madrid? Sí, 'Florentino somos todos', y Rubiales el primero...