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Juanfran y los verdaderos motivos que le llevan a dejar el Atlético de Madrid
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Antonio Sanz

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Juanfran y los verdaderos motivos que le llevan a dejar el Atlético de Madrid

Juanfran Torres ha dado todo lo que tenía dentro por el Atlético de Madrid y, siendo una de las personas más honradas con las que se puede topar uno, tiene argumentos para cambiar de aires

Foto: La liga santander - atletico madrid v celta vigo
La liga santander - atletico madrid v celta vigo

Dicen de él que es una de las personas más honradas con las que te puedes topar en un vestuario. De tal manera, que para todos es un jugador respetado, por los de su escudo y por los que portan cualquier otro; un jornalero del que se enaltecen sus méritos deportivos… y sociales; un veterano ya célebre entre la afición rojiblanca; en definitiva, estamos ante un hombre que luce con honor la camiseta del Atleti, la misma que se encontró en el camino del fútbol, y de la que se prendó. Hablamos de Juanfran Torres, el mismo que hoy debate si seguir un curso más corriendo la banda del Metropolitano. El mismo que duda si despedirse en lo alto o bien pasar un año más pero ya con el rol reconocido de suplente en lugar de pisar con más frecuencia la hierba. Pero es que la edad no perdona a nadie. Ni siquiera a quienes lo han dado todo y se observan en la frontera del adiós.

En el invierno de 2011, el Atleti buscaba una alternativa para la banda derecha. García Pitarch, el entonces director deportivo, afrontaba la recta final de su estancia en el Manzanares. Antes de irse se terminaría apuntando un tanto con quien resultó ser su último fichaje. En la ventana de verano de 2010, el club había apuntalado la defensa con las adquisiciones de Godín y Filipe Luis, había ‘robado’ al Arsenal al prometedor Fran Mérida y terminaba de incluir en la plantilla a un delantero que era toda una incógnita por el tránsito realizado, Diego Costa. También aparecía en el grupo un imberbe llamado Koke. Pues bien, pasarían seis meses más para que desde Osasuna se firmase a Juanfran, quien aterrizó de puntillas porque el fichaje estrella de ese mercado llevaba el nombre de Elías, un brasileño de nulo bagaje.

Extremo del Real Madrid de Queiroz

El currículum futbolístico de Juanfran obligaba a cualquier seguidor atlético a seguir con lupa el fichaje. Un extremo de la época de Queiroz en el Bernabéu permitía al aficionado desconfiar de quien debía redoblar esfuerzos para tapar su pasado por Concha Espina. Los inicios no resultaron satisfactorios: cumplió más suplencias que titularidades con Quique, quien supuestamente había avalado el fichaje. Pero Manzano sí dejó herencia. Una mañana, tras un entrenamiento, se juntó con sus dos ayudantes. Vizcaíno y Baraja, más Baraja que Vizcaíno, propusieron al técnico probar al alicantino de lateral. Se trataba de aprovechar su velocidad y su desdoblamiento en banda. Gregorio lo vio claro y nació otro jugador. Simeone terminó de moldear a su gusto las condiciones de quien más tarde sería internacional y campeón con España.

“Tengo una oferta de renovación para seguir un año más en el Atlético, pero no tomaré la decisión hasta que termine la temporada. Es algo personal mío. Es una buena oferta, con las mismas condiciones que tengo ahora. Veremos lo que es mejor para mí, para el club y para mi familia”. Son palabras recientes de Juanfran. Pronunciadas en rueda de Prensa el pasado fin de semana. En las mismas deja abierta una puerta que, sin embargo, parece ya cerrada. Unos meses antes, la propiedad, con el visto bueno del entrenador, decidió proponerle la continuidad. Pero el futbolista era un mar de dudas. Como sería la cosa, que Simeone se vio obligado a bajar a la arena y a dialogar con él. Le hizo ver que los años pasan y que la titularidad se antojaba difícil, pero que son muchos partidos y que sería importante para el grupo contar con un jugador de su experiencia.

Juanfran quiere seguir dando patadas

Esa reunión con el Cholo no aclaró nada. El discurso del técnico no caló. Es más, Juanfran se siente todavía con piernas suficientes como para seguir jugando al máximo nivel. Admite en privado que su deseo es mantenerse activo y que ese conocimiento de la vida y del fútbol no debe ser la razón principal para permanecer un curso más vestido de rojiblanco. Ha peleado con varios compañeros por la posición -Silvio, Gámez, Vrsaljko, Arias- y ha terminado siempre ganador. Incluso, cuando las circunstancias lo han necesitado ha habitado en el otro lateral en un servicio irrefrenable a los colores. Son más de 350 partidos oficiales con la camiseta del Atleti que merecen una reflexión mayor.

El cambio de guardia que afronta el vestuario este próximo verano es otro punto que invita a partir a Juanfran. La marcha de Antonio López o Raúl García dejó huella, más tarde Torres, pero especialmente doloroso resultó el adiós de Gabi. Todos ellos han marcado el pensamiento del lateral rojiblanco. A eso une que Godín y Filipe Luis también harán las maletas. La conclusión es que es el momento de tomar la puerta de salida a sus 34 años. En la memoria siempre quedará el cariño incontrolable de la afición colchonera aquella fatídica tarde de Milán. Ese poste rompió todas las ilusiones, pero abrió un camino que será interminable entre Juanfran y los atléticos. Se va el último mohicano de un vestuario que ha doblado la rodilla por el líder, por el técnico, por quien les ha conducido a tanto éxito. Si al final decidiera quedarse, habrá podido el corazón…una vez más. Como en aquella jornada cuando abrochó la maleta para irse al Arsenal, doblaba su sueldo, para finalmente terminar de deshacerla.

Dicen de él que es una de las personas más honradas con las que te puedes topar en un vestuario. De tal manera, que para todos es un jugador respetado, por los de su escudo y por los que portan cualquier otro; un jornalero del que se enaltecen sus méritos deportivos… y sociales; un veterano ya célebre entre la afición rojiblanca; en definitiva, estamos ante un hombre que luce con honor la camiseta del Atleti, la misma que se encontró en el camino del fútbol, y de la que se prendó. Hablamos de Juanfran Torres, el mismo que hoy debate si seguir un curso más corriendo la banda del Metropolitano. El mismo que duda si despedirse en lo alto o bien pasar un año más pero ya con el rol reconocido de suplente en lugar de pisar con más frecuencia la hierba. Pero es que la edad no perdona a nadie. Ni siquiera a quienes lo han dado todo y se observan en la frontera del adiós.