La Supercopa de Rubiales ya no es una pachanguita de verano

La Supercopa de España ha dejado de ser una pachanga de torneo de verano y ha pasado a ser una competición atractiva para los clubes que la disputan y sus aficionados. La modificación de la competición realizada la temporada pasada por Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol, fue todo un acierto y se ha consolidado con la edición de esta campaña que anoche ganó el Athletic de Bilbao (2-3), después de haber visto tres partidazos en las dos semifinales y la final.

La nueva forma de competir por ser Supercampeón de España llegó rodeada de polémica. No gustó al principio que se ampliaran los equipos que optasen al título ni que se cambiara la fecha para disputar la competición. El ruido del debate se hizo más grande con la decisión de que se jugara en Arabia Saudí, en una crítica basada en razones políticas por el sistema de gobierno del país que acogía el torneo. Pero tras la experiencia del año pasado la inmensa mayoría de la gente del fútbol quedó satisfecha porque el nuevo formato superó todas las expectativas y tuvo la emoción y la intensidad que requiere todo campeonato.

Este año, sin la polémica de jugarse en Arabia Saudí, ha vuelto a tener alicientes. La sede ha sido en Andalucía y, por supuesto, se ha echado en falta a los aficionados, como en la Liga, pero el desarrollo ha contribuido para que todos los equipos peleen por jugar la Supercopa de España. Aunque la final no ha sido el esperado Madrid-Barça, la Supercopa no ha perdido el atractivo y provoca además que los clubes grandes no tiren la Copa del Rey por ser la mejor vía para disputar la Supercopa, que además de prestigio, también supone ingresos importantes para los equipos que la disputan.

Rubiales ha buscado una de vía de financiación en potenciar una competición que no era nada atractiva ni para los equipos ni para los aficionados. Al margen de los vaciles de los aficionados, que dan valor a los títulos en función de si lo ganan sus equipos (el año pasado los del Barça decían que era una copita cuando la ganó el Madrid y este curso los del Madrid le restaban importancia al caer eliminados ante el Athletic), es una evidencia que la Supercopa de España ha adquirido un lugar importante en la agenda del fútbol español. También prestigiada por las retransmisiones televisivas de Movistar+ (salvo el lunar por el error, reconocido y asumido por el propio Rubiales, de no repetir una posible mano en el área del Athletic al final del partido ante el Madrid, cometido por Víctor Santamaría, el mejor realizador de España).

Opinión

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Además, también se ha hecho lo propio con la Supercopa de España femenina donde este año se ha proclamado campeón el Atlético de Madrid tras eliminar al Barça en la semifinal y ganar 3-0 al Levante, en una final que pasará a la historia por la preciosa y emocionante imagen de la entrega del trofeo cuando Amanda Sampedro, capitana colchonera, subió a Virginia Torrecilla a recoger la Copa, en un gesto generoso hacia su compañera que se recupera de la operación de un tumor.

El cambio del sistema de competición de la Supercopa de España, unido también a la vuelta a eliminatorias a partido único en la Copa del Rey, a la que sumará la nueva categoría, Segunda B Pro, que se estrenará en el fútbol español la próxima temporada, son decisiones de Rubiales basadas en criterios futbolísticos y que buscan hacer más atractivas las competiciones y buscar a su vez ingresos económicos para todo el fútbol español. Desde su llegada a la Federación, el principal objetivo de Rubiales es buscar mejorar el fútbol español y sus competiciones, siempre con criterios futbolísticos, como ha hecho con la Supercopa y la Copa de Rey, que ya se pueden poner de ejemplo.

El fútbol profesional funciona bien a través de LaLiga, pero también necesita modificaciones estructurales y en el modelo de competición para hacerlo más atractivo, y el cambio más necesario es la reducción de equipos tanto en Primera como en Segunda división. Es necesario, sobre todo, por el bien del calendario y para preservar la salud de los futbolistas, que son los artistas de este negocio que se desarrolla en torno al deporte más maravilloso inventado por el ser humano: el fútbol.