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Márquez quiere soltarse el pelo ahora que ya no importa la calculadora
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Juan Pedro de la Torre

Historias del paddock

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Márquez quiere soltarse el pelo ahora que ya no importa la calculadora

"¡Tal vez regrese un poco el viejo Márquez, sí!", dijo el piloto español en Australia. En Phillip Island volverá a verse la versión más atacante del triple campeón del mundo de MotoGP

Foto: Márquez ganó en Motegi su tercer título de MotoGP (Kimimasa Mayama/EFE-EPA)
Márquez ganó en Motegi su tercer título de MotoGP (Kimimasa Mayama/EFE-EPA)

Cuando peor pintaban las cosas para Honda, Marc Márquez decidió renovar con su equipo por dos temporadas más. No era un mero acto de fe. Formaba parte de un compromiso con el que Márquez y Honda prometieron adaptarse a las circunstancias y mejorar. “Recuerdo una reunión con los ingenieros de Honda a la que les dije que cambiaría mi mentalidad y sumaría puntos, pero que me tenían que ayudar y a mitad de temporada, como máximo, tenían que traerme algo. Han ido poco a poco, pero bien”, confesaba Márquez en Motegi.

Ambas partes cumplieron su trato. Marc fue cauto y no se la jugó a lo loco, y los ingenieros fueron mejorando. Llegaron los famosos alerones, tan de moda pero tan exigentes físicamente que resultan demoledores para el piloto –por eso Dani Pedrosa no los utiliza–. No es extraño que en determinadas pistas los hombres de Ducati hayan terminado machacados, como en Silverstone, donde las rapidísimas curvas enlazadas resultan terribles para los brazos por el sobreesfuerzo que requiere el pilotaje con estos elementos aerodinámicos. Bueno, no nos desviemos...

Decía que primero llegaron los alerones, y luego una nueva electrónica –probada en los entrenamientos privados realizados en Brno– que permitió a Márquez sacar el máximo provecho en las pistas favorables. Pero, mientras tanto, el piloto de HRC tuvo que aprender a nadar y guardar la ropa, y eso, quizás, haya sido la parte más complicada del trato. “Les prometí que cambiaría y no tenía claro que cambiaría”, reconoció el pasado fin de semana en Japón, en el momento de hacer un rápido repaso a la temporada. En definitiva, que el pícaro de Marc tendía una mano a HRC mientras que cruzaba los dedos en la otra.

Ahora, ese tiempo de contenerse ha quedado atrás y Márquez se ve libre de sus ataduras. Mr. Hyde lleva demasiado tiempo encerrado. En Silverstone estuvo a punto de volver a su antigua estrategia, pero se contuvo a tiempo. Ahora ya no hay motivos para reprimirse. "¡Tal vez regrese un poco el viejo Márquez, sí! Ahora, tenemos que tener cuidado, pero Phillip Island y Valencia son dos circuitos que me gustan mucho. Quizás llegamos y no podemos ganar, pero el viejo estilo regresará un poco", aseguraba en Australia, divertido, como siempre, en su charla con la prensa.

Phillip Island es un circuito donde se siente a gusto: es rápido y con más curvas a izquierdas que a derechas. Es un buen sitio para soltarse la melena, dentro de un orden, porque aunque el trabajo de 2016 ya está hecho, ya es campeón, no es cuestión de salir a lo loco. Se está encauzando la próxima temporada y tampoco conviene que surjan imprevistos. Bastante tiene Honda con la lesión de Pedrosa como para que Márquez se juegue hacerse daño por un exceso de ganas.

Bastante tiene Honda con la lesión de Pedrosa como para que Márquez se juegue hacerse daño por un exceso de ganas en lo que resta de Mundial

Y más en las condiciones que les esperan, porque las previsiones para este fin de semana en Phillip Island no son excesivamente buenas. El frío antártico llega con fuerza desde el sur, impulsado por un viento gélido que no encuentra más obstáculo que Tasmania, que puesta ahí, en medio de la inmensidad del océano, parece poca cosa. En estas condiciones volveremos a escuchar el recurrente debate sobre el traslado de la carrera a una fecha más propicia. Lo ideal sería marzo, como sucedía en el pasado, pero esa fecha ya está ocupada en Melbourne por la Fórmula 1.

Los neumáticos son el mayor temor de los pilotos

Ahora está empezando la primavera en Australia, y en Phillip Island hace mucho frío. Para colmo, las escasas referencias de entrenamientos son de un lejano mes de febrero, cuando el calor apretaba con ganas en la isla, aunque en esta ocasión llovió cuando los pilotos de MotoGP estuvieron haciendo sus pruebas, con lo que aquellos datos no van a ser de mucha ayuda.

En cualquier caso, los neumáticos han evolucionado mucho a lo largo de la temporada, y aunque la previsión habla de lluvia, frío y viento durante los próximos días, que no son precisamente las condiciones ideales para ir en moto, hay inquietud entre los pilotos por el tema de los neumáticos debido a la escasa información recogida en febrero. La lluvia incomoda, pero es la temperatura lo verdaderamente preocupante porque, además, hay otro detalle que no conviene tomarse a la ligera: la carrera será a las cuatro de la tarde, hora local, dos horas más tarde de lo habitual, dos horas más tarde que las sesiones de entrenamiento.

Esas es una de las mayores carencias de los neumáticos Michelin: cuando la temperatura entra en juego. El rango de utilización de los neumáticos es estrecho, y el margen entre un funcionamiento óptimo y la falta de agarre es muy ajustado. Ese es el mayor temor de los pilotos, porque en esas condiciones no hay avisos: no te das cuenta de que se pierde agarre hasta que ya ruedas por el suelo sin remedio.

Michelin ha preparado un compuesto específico para esta pista, totalmente nuevo. A las opciones de seco elegidas (delante: blando, medio y duro; detrás: medio y duro) hay que sumar un compuesto para agua extrablando en el tren delantero. Es decir, más trabajo que hacer en los entrenamientos. Y todos ellos serán neumáticos asimétricos, con el flanco izquierdo más duro, para soportar los tremendos esfuerzos a los que se somete al neumático en ese lado. Porque Phillip Island es, con diferencia, la pista más exigente con los neumáticos, donde las gomas se llevan al límite, especialmente en la comprometida y rapidísima curva de entrada en la recta de meta.

Cuando peor pintaban las cosas para Honda, Marc Márquez decidió renovar con su equipo por dos temporadas más. No era un mero acto de fe. Formaba parte de un compromiso con el que Márquez y Honda prometieron adaptarse a las circunstancias y mejorar. “Recuerdo una reunión con los ingenieros de Honda a la que les dije que cambiaría mi mentalidad y sumaría puntos, pero que me tenían que ayudar y a mitad de temporada, como máximo, tenían que traerme algo. Han ido poco a poco, pero bien”, confesaba Márquez en Motegi.

Marc Márquez