Laissez faire
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¿Cuánto recaudará la reforma de Escrivá contra los autónomos?
El nuevo régimen de cotización de los autónomos no solventa el agujero financiero de las pensiones públicas: tan solo servirá para desangrarlos
En el artículo anterior analizamos si realmente el 66% de los autónomos va a salir beneficiado con la reforma del régimen de cotizaciones propuesta por el ministro Escrivá: y la respuesta es que no; que, como mucho, se librará del rejonazo el 50% de los autónomos y el porcentaje final probablemente se acerque más al 25% que al 50%. Sin embargo, hay otro asunto a dilucidar: si en términos generales estamos ante una fuerte subida de cotizaciones contra los autónomos, ¿en cuánto se incrementarán los ingresos de la Seguridad Social merced a ella?
Nuevamente, y como ya indicamos en el artículo anterior, las fuentes accesibles para efectuar esta estimación son precarias, pero lo vamos a intentar a partir de los datos del IRPF de 2017 (los últimos disponibles con el suficiente nivel de desagregación). En la siguiente tabla hemos agrupado (aproximadamente) el número de declarantes de IRPF con ingresos por actividades profesionales en los 13 tramos de renta que ha establecido el Ministerio de Seguridad Social como referencia para determinar la cuota de autónomos; y, a su vez, hemos multiplicado la cotización anual en 2031 (cuando el sistema esté plenamente en vigor) por el número de declarantes para así obtener los ingresos públicos que, en 2017, se habrían recolectado bajo el nuevo régimen de cotizaciones.
Como vemos, la Seguridad Social habría obtenido en 2017 unos 16.500 millones de euros con la propuesta Escrivá en vigor: dado que los ingresos del RETA en 2017 fueron de 11.200 millones de euros, estaríamos hablando de un crecimiento de los ingresos públicos de casi el 50%: entre 5.000 y 6.000 millones a día de hoy, equivalentes al 0,5% del PIB. Al respecto, empero, conviene hacer varios comentarios.
Primero, la estimación de 16.500 millones de euros es, probablemente, una estimación bastante inflada, puesto que presupone que todas las personas que declaran ingresos por actividades económicas se darán de alta en el régimen de autónomos y no intentarán subestimar sus ingresos reales. Démonos cuenta de que si, por ejemplo, la mitad de las personas que ingresan menos de 600 euros anuales no se dieran de alta (hay 300.000 personas que declaran ingresos anuales inferiores a 1.500 euros), la recaudación caería en más de 1.000 millones de euros. Por el contrario, si los autónomos que se acogen al sistema de módulos tuvieran que cotizar por sus ingresos reales, muy probablemente los ingresos del RETA se ubicarían ampliamente por encima de los 16.500 millones.
Segundo, si el incremento neto de la recaudación se ubica en unos 5.500 millones y se dejan de recaudar unos 1.500 millones de euros en los dos primeros tramos de cotización, estamos hablando de que se pretenden obtener unos 7.000 millones de euros adicionales a costa del millón y medio de autónomos que pasarán a pagar más por cotizaciones sociales. Eso significa que cada autónomo con ingresos superiores a 13.500 euros anuales tendrá que aportar, como media, casi 5.000 euros adicionales por año en cotizaciones a la Seguridad Social (evidentemente, con una dispersión muy grande entre tramos).
Y tercero, un incremento neto de la recaudación del 0,5% del PIB es una cifra importante, pero ni mucho menos imposible de aflorar por otros medios. Sin ir demasiado lejos, hace unos días tuve ocasión de comentar en estas mismas páginas el más que discutible compromiso del Ejecutivo de destinar a ayuda oficial al exterior el 0,7% del PIB en el año 2030: aproximadamente medio punto del PIB más de lo que se gasta hoy durante un ejercicio (año 2030) en el que la reforma Escrivá contra los autónomos se hallará casi plenamente implementada. Por supuesto, estamos hablando de administraciones distintas, pero precisamente este Gobierno ya está sobradamente habituado a transferir recursos de los presupuestos generales del Estado a la Seguridad Social (bajo la excusa de que la está compensando por gastos impropios): ¿realmente merecen los autónomos este rejonazo tributario habiendo alternativas en términos de recorte de gastos (si es que no se quiere de ninguna manera recortar los gastos de la Seguridad Social, claro)?
Sea como fuere, con una recaudación adicional del 0,5% del PIB, el nuevo régimen de cotización de los autónomos no solventa el agujero financiero de las pensiones públicas (máxime si, en contrapartida, también aumentan las pensiones devengadas por esos autónomos): tan solo servirá para desangrar a más de la mitad de estos profesionales para hacer algo de caja durante los próximos ejercicios electorales y electoralistas.
En el artículo anterior analizamos si realmente el 66% de los autónomos va a salir beneficiado con la reforma del régimen de cotizaciones propuesta por el ministro Escrivá: y la respuesta es que no; que, como mucho, se librará del rejonazo el 50% de los autónomos y el porcentaje final probablemente se acerque más al 25% que al 50%. Sin embargo, hay otro asunto a dilucidar: si en términos generales estamos ante una fuerte subida de cotizaciones contra los autónomos, ¿en cuánto se incrementarán los ingresos de la Seguridad Social merced a ella?
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