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Índice de Gestión Pública (II)

En una entrega anterior comentamos las bondades de estudiar la evolución de la deuda pública respecto del Producto Interior Bruto (DP/PIB) como baremo general sobre la

En una entrega anterior comentamos las bondades de estudiar la evolución de la deuda pública respecto del Producto Interior Bruto (DIB) como baremo general sobre la buena gestión pública, vimos su evolución por áreas económicas dentro de la OCDE y terminamos usando el caso de Japón, que siempre ha de tenerse presente, para ilustrar el punto de no retorno fiscal, que es hacia donde se encamina Estados Unidos, la zona euro y la OCDE en su conjunto. Hoy veremos ese mismo indicador por países, agrupándolos por sus similitudes económicas y culturales, y matizaremos lo anterior.

La primera agrupación de países de la OCDE que veremos es aquella que incluye a los países pertenecientes de lo que ha venido a denominarse La Angloesfera, que desde la presidencia de Clinton nunca habían actuado tan coordinadamente en tiempos de “paz”; la evolución de su ratio DIB pueden verla en el gráfico siguiente. Todos estos países, que representan casi un tercio del PIB mundial, están entre las economías más libres y con mayor seguridad jurídica del planeta, además de ser de una naturaleza muy dinámica y capaz de adaptarse y superar las situaciones más difíciles. Tienen en común que sus economías, en el período considerado, tras encontrar los límites del Estado de bienestar, optan por orientarse cada vez más hacia el sector financiero y por el éxito inicial de sus políticas contra la recesión de la primera crisis, consiguiendo disminuir su ratio DIB; eso, que en principio podría parecer un indicador de buena gestión pública, se vio truncado en el 2007 cuando afloraron sus déficits de gestión en el área de regulación y supervisión financiera.

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Descontado el peculiar caso irlandés, que además tiene la particularidad de pertenecer a la zona euro y ya lo comentamos aquí en su momento, de los países de la Angloesfera es el Reino Unido el que mejor representa lo peor de la mala gestión pública en ese período. Tras recibir un país con una economía en forma después de la dura purga realizada por Thatcher y mientras Blair intentaba corregir los déficits sociales de ese ajuste, como el del sector sanitario, y se abocaba a una agresiva política exterior, su alter ego Gordon Brown impulsaba cual aprendiz de brujo una madeja fiscal populista y una regulación y supervisión financiera muy al gusto de sus amigos de la City que se concretó en la inútil y disfuncional FSA, a emulación de los economistas de Clinton y de la FED; una madeja que contó con el silencio culposo de Mervyn King, y que han terminado poniendo al Reino Unido al borde de la insolvencia. Solo puede decirse en favor de Brown que al menos actuó a tiempo recapitalizando  los bancos con problemas -ya no cabían inventos de amateur-, y a resultas de ello podríamos encontrarnos con que alguno de esos bancos estatalizados adquiriera alguna caja española sin cumplir el ratio gore de nuestro (des) Gobierno, que cosas. Gordon Brown y Mervyn King serán dos nombres que pasaran a la historia de la economía británica como los responsables de dilapidar los sacrificios hechos por los británicos en la modernización de su economía durante la era Thatcher. El double dip británico  podría haber empezado ya.    

Aunque España esté algo mejor situada a nivel global para la inversión internacional, el daño que se le ha hecho y se le está haciendo a La Marca España por la mala gestión pública que padecemos está pesando como una losa sobre vuestra posición internacional; tema grave en el que podríamos retroceder a niveles como los que vi al estudiar el mercado Europeo para Seat, allá a finales de los 80

El caso de los Estados Unidos, fuerte dentro de la gravedad (enlace a video CNBC), es muy similar al británico y, una vez crucen ese punto de no retorno fiscal, estarán a merced de que la reforma de su malogrado Sistema Financiero haya sido correcta y responda adecuadamente en la financiación de nuevas fuentes de crecimiento, y esa es la gran duda que nos acucia a todos para ellos y para nuestros países; veremos si han conseguido que se cambien las formas de gestión utilizadas hasta ahora o si seguirán, como en Japón en su momento, business as usual. Con un presupuesto fuera de control, los USA tienen además el agravante presupuestario de que en su reciente y abortada reforma sanitaria pública no se atajó la escalada de costes de su Sanidad pública (de nuevo junio vuelve a ser un mes clave) Tanto en USA como en GB ha surgido el convencimiento de la necesidad de recuperar el sector industrial, algo que podría convertirles en competidores temibles de la UEM, sobre todo si vieran que el ignorado (gravísimo error en su momento) vínculo entre solvencia del sistema financiero y del país se encaminara a situaciones extremas.

De este grupo quedan Canadá y los australes, menos afectados por los daños del sector financieros y más dependientes del sector primario, beneficiándose los tres del buen momento de las commodities lo que les hace muy atractivos a nuestro comercio exterior mientras continúe el crecimiento económico mundial; a resaltar la excelente gestión pública de Australia y Nueva Zelanda (¡quien tuviera sus políticos!), gracias a la cual ahora pueden afrontar adecuadamente los desastres naturales que han sufrido, que en eso también ha de pensarse.

Pasemos a ver ahora un grupo de países de la OCDE que estarían en la orilla opuesta de los anteriores, hablo de las economías emergentes del este de la UE. He incluido a Austria en este grupo pues su sistema financiero tiene fuertes compromisos en estos países y, dado el tamaño de la economía austríaca y el vínculo de solvencia ya comentado, la economía austríaca podría seguir una suerte similar a la de esta área al este de la UE.

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Austria, Eslovaquia, y Eslovenia, pertenecen al euro, y se supone que el resto está haciendo esfuerzos por cumplir los criterios de Estabilidad del euro tal y como se comprometieron al incorporarse en su momento en la UE, cualquiera que sea el valor que aún tenga las fechas de compromiso de aquellos acuerdos. A este grupo la segunda crisis les ha afectado en proporción similar a la Angloesfera pero, con excepción de Austria y Hungría, en el resto sus niveles de DIB aún no son tan preocupantes y podría esperarse que consiguieran impulsar su crecimiento. Los países que no están el euro aprovechan este hecho para intentar amortiguar los efectos de la segunda crisis, en un vano intento por reducir el peso de su deuda sobre el PIB nominal y por cerrar su brecha en la cuenta corriente, vean en este enlace las  previsiones (página 4); del estudio del cuadro citado y de la evolución del ratio DIB puede deducirse que es una zona de alto riego por su deficiente gestión pública, sobre todo en Hungría, y por el peligro del efecto contagio sobre Austria e incluso la eurozona; adicionalmente, algunos de estos países tienen un alto nivel relativo de corrupción

Aunque este grupo de países esté en la otra orilla de los anteriores tienen un gran interés para España ya que son y serán fuertes competidores nuestros en la captación de inversiones alemanas (tema sobre el que también nos referimos en su momento) o de países como Japón, o incluso Francia, cuyas pirámides de población les empuja a la deslocalización empresarial a fin de mantener su facturación y defender sus cuotas de mercado internacional. Aunque España esté algo mejor situada a nivel global para la inversión internacional (enlace para ver informe), el daño que se le ha hecho y se le está haciendo a La Marca España por la mala gestión pública que padecemos está pesando como una losa sobre vuestra posición internacional; tema grave en el que podríamos retroceder a niveles como los que vi al estudiar el mercado Europeo para Seat, allá a finales de los 80. Parece mentira que con la cantidad de señales de alarma, como los casos de empresas que nos han abandonado para establecerse allí, y de los buenos estudios disponibles al respecto, nuestros políticos sigan perdidos en su bucle melancólico deteriorando aún más nuestra situación. En el 2008 este grupo fue el primero que despertó temores de un efecto dominó sobre el resto del Sistema Financiero Global y el hecho de que dicha desconfianza se desplazara a los PIIGs es un signo claro de que como área económica están haciendo una mejor gestión pública que nosotros.

La semana que viene terminaremos esta serie con los países que hacen la mejor gestión pública de su Economía y veremos que aunque la crisis es internacional se pueden hacer bien las cosas a nivel nacional. También trataremos nuestro país y su agrupación económica e incluiremos un ranking de aquellos países que, a priori, nos ofrecen mejores perspectivas como mercados objetivo para la exportación.

*Luis Riestra Delgado es economista

En una entrega anterior comentamos las bondades de estudiar la evolución de la deuda pública respecto del Producto Interior Bruto (DIB) como baremo general sobre la buena gestión pública, vimos su evolución por áreas económicas dentro de la OCDE y terminamos usando el caso de Japón, que siempre ha de tenerse presente, para ilustrar el punto de no retorno fiscal, que es hacia donde se encamina Estados Unidos, la zona euro y la OCDE en su conjunto. Hoy veremos ese mismo indicador por países, agrupándolos por sus similitudes económicas y culturales, y matizaremos lo anterior.

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