Es noticia
Noticias políticas para el consejo de administración
  1. Economía
  2. Tribuna
Juan Luis Manfredi

Tribuna

Por

Noticias políticas para el consejo de administración

Ni la economía ni el derecho operan en el vacío, sino que responden —a menudo con lentitud— a la concatenación de cambios estructurales de origen político

Foto: Foto: Pixabay/Gerd Altmann.
Foto: Pixabay/Gerd Altmann.

La incorporación de los asuntos políticos a los análisis económicos se ha convertido en una prioridad para la dirección general, más acostumbrada a las hojas de cálculo y las predicciones de mercado y/o a los exámenes jurídicos de la realidad. Hoy esta visión de la economía de la firma es pobre, incompleta. Ni la economía ni el derecho operan en el vacío, sino que responden —a menudo con lentitud— a la concatenación de cambios estructurales de origen político. En la agenda de dirección, el conocimiento de los proyectos políticos de Estados Unidos, China, India o Rusia debería ser objeto de debate, ya que su despliegue en la próxima década modificará para siempre sus cuentas de resultados. En perspectiva internacional, la ola desglobalizadora viene acompañada de barreras al comercio, sobrerregulación, expulsión de los mercados y autarquía. Así, se observan 10 tendencias de la arena internacional inteligibles para los consejos de administración y los directivos.

La calidad de la democracia. La protesta y los movimientos sociales señalan las deficiencias del sistema, que presenta un cierto déficit democrático de representación, problemas de desigualdad, creciente polarización, ausencia de diversidad en las elites dirigentes, pulsiones populistas y mesiánicas y otros comportamientos similares. La inestabilidad social impacta en la demanda y dispara los costes de transacción. La empresa debe preocuparse por la estabilidad social, que incluye seguridad social y salarios, para recuperar la confianza. De otro modo, sin empleos y con desafección, los países se descomponen a gran velocidad. Veremos qué tiempo toma la recuperación tras las presidenciales chilenas, la vida normal tras el Brexit o la polarización peruana.

Foto: Biden habla ante el panel de invitados de la Conferencia para la Democracia. (EFE/Tasos Katopodis)
TE PUEDE INTERESAR
¿A quién considera Estados Unidos una democracia?
Carlos Santamaría. Nueva York

La regulación tecnológica de las 'big tech'. De importante ha pasado a estratégico. Tiene una vertiente económica, que comprende la fiscalidad, y otra jurídica, que piensa cómo romper el oligopolio de los datos. La dimensión democrática es la gestión de los 'data politics', esto es, el manejo de la información personalizada con fines distintos a los autorizados. En el consejo de dirección, hay que trabajar con los escenarios de ruptura de los monopolios por presiones del Congreso de EEUU y de la Comisión Europea. Veremos cómo se ejecuta dicha decisión de que los GAFAM ocupan el imaginario de las siete hermanas del petróleo.

El futuro de la Unión Europea. Tras la crisis del euro (2008), Ucrania (2014), los refugiados (2015), el Brexit (2016), el trumpismo (2017) y covid-19 (2019), las instituciones comunitarias han pasado las pruebas de estrés y tensión. Ahora toca construir un proyecto político apoyado en el despliegue de los Fondos Next Generation y el Marco Financiero Plurianual. Macron ya ha anunciado el interés de Francia por suavizar el Pacto de Estabilidad. Scholz debe definir el rol de una Alemania ya sin la credibilidad de Merkel. Italia persigue su sitio con el Pacto del Quirinale y Draghi quiere hacer valer su trayectoria. En el consejo, este asunto debe leerse como la redefinición del espacio europeo, hasta ahora basado en normas y regulación, y ahora pendiente de explicar en qué consiste el Strategic Compass, la autonomía estratégica y toda la palabrería geoestratégica. La industria militar crecerá con y a través de la tecnología y la digitalización.

Foto: El Secretario General de la Unión Por el Mediterráneo, Nasser Kamel (EFE/ Ángel Díaz)

Vidas híbridas. La oficina y el empleo no son el centro de gravedad de una sociedad pendiente de los problemas de salud mental y emocional. El fenómeno de la Gran Dimisión nos deja atónitos. Podemos encontrar un mercado laboral exhausto, sin motivación ni proyecto a largo plazo. Las tasas de abandono son muy relevantes en Estados Unidos… y ya amenaza a Europa. Habrá que considerar cómo desplegar una cultura corporativa de nuevo cuño, sin presentismos, con derecho a la desconexión y fuerte equilibrio personal.

El covid se ha naturalizado y ha legado una cultura de riesgos corporativos novedosa con miras a la incertidumbre global (salud, migraciones, movilidad, energía, agua). El futuro de la compañía no depende solo del acceso a los mercados y las materias primas, sino de la capacidad para asumir los problemas políticos. Porque vendrán. Las grandes compañías se fusionan para ganar peso e influir en la regulación global, pero, al mismo, el tamaño es un lastre para la competitividad.

Foto: iStock.

El siglo de China. El área de libre comercio China y ASEAN ya es mayor que entre el gigante y la Unión Europea o Estados Unidos. La vitalidad económica del Pacífico requiere inversiones, infraestructuras, bienes de consumo y servicios financieros, pero no todo es tranquilidad. Un posible conflicto bélico con India o Estados Unidos, la controversia de Taiwán, la apuesta por la circulación dual (más mercado interior chino frente a las exportaciones) o la idea de “prosperidad compartida” que regula la competencia y la riqueza generan multitud de dudas y riesgos políticos para inversores. El directivo global debe auditar las dependencias de la economía china con especial atención a la cuestión financiera (Evergreen, inflación, contagio a otras bolsas asiáticas), las operaciones ('reshoring' europeo, reducción de las distancias geográficas) y políticas (relación con terceros países, puntos de fricción, Ruta de la Seda).

Cambo climático, medio ambiente y entorno natural. Crece la demanda de responsabilidad, transparencia y rendición de cuentas. No es solo una cuestión social, con Greta Thunberg y las generaciones jóvenes, sino empresarial. Los estados frágiles en el antropoceno pagarán primas de riesgo más altas, dedicarán más partidas a infraestructuras, serán más sensibles al consumo doméstico y tendrán problemas de desigualdad. La financiación de la transición energética es un problema político de soluciones excluyentes. En el plano estratégico, las inversiones rusas en Europa y Oriente Medio aspiran a influir en el tipo de transición. Rentabilizar Nord Stream 2 no será rápido ni inmediato. Si se incrementa el precio de las 'commodities', la descarbonización se ralentiza y las inversiones se paran. ¿Qué carta jugará la empresa ante este escenario?

Foto: democratizar-sostenibilidad-medioambiental

La incógnita de América Latina. Sin industrias, pero con materias primas, la región necesita liderazgo político y empresarial al servicio del desarrollo democrático. Las infraestructuras influyen en la justicia social. Las inversiones necesitan atender colectivos olvidados. Sin estos esfuerzos coordinados, las tensiones entre el populismo y la deriva reaccionaria ahogarán el crecimiento económico y el bienestar social. Cuba, Venezuela, México, Perú, Brasil, Colombia o Argentina merecen atención política.

Las viejas nuevas guerras. Las zonas grises, amenazas irregulares, las migraciones como instrumento desestabilizador, la promoción editorial del caos, la trampa de Tucídides, la guerra líquida, la doctrina Gerasimov, la guerra híbrida y toda clase de nombres y conceptos aspiran a definir los conflictos y los enfrentamientos bélicos. Ni tan nuevos ni tan viejos. Para la empresa, el cambio de paradigma puede dificultar la internacionalización de las firmas, con problemas no reconocidos o sin capacidad de actuar o defender los intereses en el exterior. Crecerá la profesionalización de la diplomacia corporativa para generar confianza ante las partes en conflicto, incrementar la influencia y proteger activos (fábricas, cadenas de suministro, redes logísticas, materias primas) y personal.

Foto: Manifestantes prodemocracia en Hong Kong con la bandera de Estados Unidos. (Reuters)

La batalla por los hechos, en palabras de la Premio Nobel Maria Ressa, es el acontecimiento político del momento. Antes que la mentira, circula la imprecisión, que es el sustento del desorden informativo ('in dubio, pro dubio'). La desinformación ya afecta a los consumidores, los mercados y las acciones. El rumor, el bulo o la campaña de boicot se incorporan a los riesgos de ciberseguridad. La dimensión desglobalizadora sirve para perjudicar intereses de inversores extranjeros, concesiones o acuerdos internacionales. Rara vez es una acción aislada, ya que la 'desinformation-as-a-service' (DaaS) es un negocio pujante, como empieza a serlo la filtración de información corporativa. En términos de 'branding', el consumo político se abre camino con frecuentes campañas contra bienes y servicios. Adivino el interés por cuidar la presencia digital de los directivos y los riesgos de sobreexposición mediática.

En suma, se viene un 'Novus Ordo' con ciclo económico desfavorable para Estados Unidos y Europa, con debilidad institucional y aceptación discursiva de los desglobalizadores. Si la empresa no se hace eco de las transformaciones políticas y de la agenda social que predomina, el riesgo de afectación es enorme. Es el tiempo de ordenar la estrategia de relación con los poderes públicos y privados e incorporar el análisis político internacional a la misión directiva. Miren a su alrededor. El mundo que viene ya está aquí.

*Juan Luis Manfredi. Prince of Asturias Distinguished Visiting Professor. Walsh School of Foreign Service. Georgetown University.

La incorporación de los asuntos políticos a los análisis económicos se ha convertido en una prioridad para la dirección general, más acostumbrada a las hojas de cálculo y las predicciones de mercado y/o a los exámenes jurídicos de la realidad. Hoy esta visión de la economía de la firma es pobre, incompleta. Ni la economía ni el derecho operan en el vacío, sino que responden —a menudo con lentitud— a la concatenación de cambios estructurales de origen político. En la agenda de dirección, el conocimiento de los proyectos políticos de Estados Unidos, China, India o Rusia debería ser objeto de debate, ya que su despliegue en la próxima década modificará para siempre sus cuentas de resultados. En perspectiva internacional, la ola desglobalizadora viene acompañada de barreras al comercio, sobrerregulación, expulsión de los mercados y autarquía. Así, se observan 10 tendencias de la arena internacional inteligibles para los consejos de administración y los directivos.

Política Empresas
El redactor recomienda