Es noticia
De Catalá a Sandra Gómez: la precampaña en Valencia ciudad es (por ahora) cosa de dos
  1. España
  2. Comunidad Valenciana
Víctor Romero

Nadie es perfecto

Por

De Catalá a Sandra Gómez: la precampaña en Valencia ciudad es (por ahora) cosa de dos

Las candidatas popular y socialista han arrancado las semanas previas a la campaña del 28M mucho más activas que Ribó. Compromís tiene que demostrar que no ha perdido la frescura de hace ocho años

Foto: Las lonas desplegadas en edificios de Valencia por PP y PSPV-PSOE.
Las lonas desplegadas en edificios de Valencia por PP y PSPV-PSOE.
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Apenas unos cientos de votos y un único concejal (17-16) separaron a los bloques de izquierda y derecha en el Ayuntamiento de Valencia en las elecciones municipales de 2019. Celebradas sólo un mes después de las generales que ganó el PSOE en un ambiente de cierta euforia en el centro-izquierda, el ajustado resultado es una buena pista de las muchas probabilidades de vuelco político en la tercera capital de España tras dos legislaturas de gobierno compartido entre Compromís y los socialistas valencianos, la última de ellas sin presencia de Podemos, que quedó por debajo del listón del 5% necesario para obtener representación.

Si fuera por los sondeos que manejan unos y otros, podría decirse que la popular Maria José Catalá está rozando la vara de mando de la alcaldía, aunque para ello tendría que pactar con la derecha populista de Vox. Las encuestas internas del PP la sitúan como ganadora de los comicios como consecuencia de la absorción del grueso de votantes de Ciudadanos, aunque gobernar o no va a depender de los restos que los naranjas sean capaces de conservar en la candidatura de Fernando Giner, de cuan profundo será el desgaste del actual alcalde, un aparentemente desinflado Joan Ribó (Compromís), y de si la socialista Sandra Gómez será capaz de recogerlo para evitar el cambio de color en el Ayuntamiento.

Con un pronóstico tan ajustado, es lógico que los nervios anden a flor de piel, que aparezca alguna jugada sucia en el campo (quién es el Maquiavelo del asunto ese del funcionario fantasma) y que los equipos de asesores rezumen inquietud. Está por ver cuánto influyen en las tendencias de voto los omnipresentes debates de índole nacional. Es decir, si los tiobernies y los ferroviales pesarán mucho o poco en las locales. Algunos alcaldes y barones ya ven las orejas al lobo.

Pero en este arranque de las semanas previas a la campaña de mayo, cuando todavía queda por explotar el escaparate de las Fallas y la descompresión de la Semana Santa, puede decirse que Catalá y Gómez están mucho más enchufadas que un Ribó que ha asumido el reto de buscar un tercer mandato más por compromiso con su organización que por vocación de querer seguir en primera línea política a sus 75 años.

placeholder Joan Ribó, en la presentación de candidatos de Compromís este domingo en el Parque Central de Valencia.
Joan Ribó, en la presentación de candidatos de Compromís este domingo en el Parque Central de Valencia.

La aspirante conservadora, mimada por Génova en el objetivo de conquistar plazas importantes de la izquierda como antesala de las generales de diciembre, ha comenzado a desplegar recursos: que si campaña de alcaldesa en los autobuses municipales, que si lonas gigantes en la plaza Obispo Amigó… A Catalá le falta demostrar que es capaz de implicar a alguien más que a la corte de habituales que le sigue los pasos y que su proyecto aspira a ser más amplio que los sectores carpetovetónicos de la ciudad a los que tanto ha cuidado para evitar fugas hacia Vox por su derecha. Cada maestra tiene su libro, y el de Catalá es el de no arriesgar, aunque haya destapado como portavoz en las Cortes una especial habilidad para morder y oler la sangre política en su labor de oposición. De la campaña negativa de los populares hablaremos otro día.

Foto: Marina Real Juan Carlos I en Valencia (web oficial) Opinión
TE PUEDE INTERESAR
El secuestro de la Marina Real de Valencia
Víctor Romero

Por su parte, vicealcaldesa, Sandra Gómez, parece haber entendido que ya poco tiene que ganar confrontado y marcando perfil un día sí y otro también con el alcalde en busca de su propio espacio, una estrategia que a estas alturas ya solamente infringe heridas mutuas en beneficio del bloque alternativo. Que haya aparecido una segunda megalona de la aspirante socialista sobre una de las fachadas de la calle Jacinto Benavente no es más que síntoma de que la precampaña parece ahora cosa de dos, y que el tercero en discordia, el todavía alcalde, y Compromís van a tener que aplicarse para demostrar que no son tan lejanas aquellas campañas frescas de los valencianistas con las que lograron abrirse hueco en el voto urbano, su gran asignatura pendiente durante años.

Porque además del retorno del PP como gran fuerza conservadora tras el paréntesis de Ciudadanos, lo que está también en juego en la cita del 28M es la batalla en la hegemonía en el flanco progresista del tablero. Al PSPV le ha pasado como a los socialistas madrileños con Más Madrid o al PSC con Els Comuns de Ada Colau en Barcelona: organizaciones políticas situadas a su izquierda han tomado el relevo de la alternativa a los candidatos conservadores. Que el PSOE no pase de ser ahora mismo la tercera fuerza en las tres ciudades más pobladas del país debería ser suficiente motivo como para tener una alarma roja encendida de forma permanente en Ferraz.

Ribó, Catalá y Gómez. En esas tres esquinas del triángulo se decide el nombre del próximo alcalde o alcaldesa de Valencia, una urbe que quiere jugar en la liga de las ciudades avanzadas europeas, en lo económico, en lo medioambiental y en lo social. Gane quien gane. Eso se les exigirá.

Apenas unos cientos de votos y un único concejal (17-16) separaron a los bloques de izquierda y derecha en el Ayuntamiento de Valencia en las elecciones municipales de 2019. Celebradas sólo un mes después de las generales que ganó el PSOE en un ambiente de cierta euforia en el centro-izquierda, el ajustado resultado es una buena pista de las muchas probabilidades de vuelco político en la tercera capital de España tras dos legislaturas de gobierno compartido entre Compromís y los socialistas valencianos, la última de ellas sin presencia de Podemos, que quedó por debajo del listón del 5% necesario para obtener representación.

Noticias de Comunidad Valenciana