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Teresa Ribera, ¿heroína o villana? La arriesgada apuesta de Sánchez para Europa
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Víctor Romero

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Teresa Ribera, ¿heroína o villana? La arriesgada apuesta de Sánchez para Europa

La vicepresidenta tiene en su haber la excepción ibérica en plena crisis energética, pero su nombre también está ligado a la guerra del agua y a una relación compleja con el sector agrícola

Foto: Teresa Ribera y Carlos Mazón, en un encuentro el pasado mes de febrero. (GVA)
Teresa Ribera y Carlos Mazón, en un encuentro el pasado mes de febrero. (GVA)
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Siempre al filo de la navaja, Pedro Sánchez parece decidido a lanzar al estrellato europeo a su actual vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica. Heroína en Bruselas, de Teresa Ribera fue el éxito de convencer a los 27 del mecanismo de la excepción ibérica que permitió a España desacoplarse del precio del gas natural y compensar los fuertes incrementos en las tarifas de la energía derivados de la invasión rusa de Ucrania. Con esa muesca en la culata y algunos otros movimientos en clave europea, la ministra se fabricó un buen cartel en términos diplomáticos pero también, y esto es importante, sedujo al líder del PSOE por su labor de sherpa bruselense. El presidente del Gobierno la tiene en tan alta estima que, no solamente deja correr su nombre en las quinielas como posible comisaria tras los comicios del próximo 9 de junio, sino que además le ha dado todos los boletos para encabezar la lista del PSOE en sustitución de Josep Borrell, si finalmente se cae del número uno. Este lunes está previsto que se resuelva la incógnita.

Si nos atenemos a los argumentos difundidos desde los aledaños de Moncloa, además de poner en valor aquellas gestiones en materia de energía, Sánchez quiere hacer del 9-J una batalla cultural por el compromiso ambiental y la lucha contra el cambio climático. De nuevo, el mensaje será ofrecer a los electores que elijan entre una Europa comprometida con los valores fundacionales y los nuevos retos globales, donde el medio ambiente juega un papel troncal en la discusión continental, y el negacionismo y euroescepticismo de las derechas más radicales, donde el líder del PSOE aspira a hacer un sándwich al PP.

Se trata de un enfoque no exento de riesgos, porque si algo se ha evidenciado en estos últimos meses, es que no son pocos los colectivos que observan en las políticas europeas grandes objetivos y buenas intenciones que, sin embargo, no siempre llegan acompañadas de medidas de compensación o transición adecuadas.

El PP va a recordar en la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía el recorte al Tajo-Segura de Ribera

Las cuestiones ligadas a la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático son mencionados como prioridad por parte importante del electorado español, especialmente en los más jóvenes, según refleja el Eurobarómetro de primavera que acaba de publicar el Parlamento Europeo. Pero también la política agraria, el apoyo a la economía y la creación de nuevos puestos de trabajo están en el Top 5 de lo que los ciudadanos esperan escuchar en España durante una campaña que se adivina polarizada y bronca. Los trabajos demoscópicos que se publicarán en unas pocas semanas anticiparán, además, un crecimiento de las formaciones de derecha radical en el conjunto de los 27 socios. Quizás no sea tan pronunciado en el caso de España, aunque se da por hecha una ampliación de la representación de Vox con respecto a 2019, donde cosechó tres europarlamentarios. El 9 de junio podría escalar hasta las seis actas.

Foto: Pedro Sánchez, este viernes en Dublín, con el primer ministro irlandés, Simon Harris.

Mientras la dirección federal del PSOE arma la que será la campaña que cierre del ciclo electoral de 2024, en no pocas federaciones territoriales han comenzado a fabricar sus propios argumentarios para amortiguar las debilidades de la posible cabeza de lista, admitidas soto voce por cuadros del partido en cuanto se baja la guardia de cualquier conversación de café. Todavía está reciente la memoria del 28-M.

En el caso de la Comunidad Valenciana, Murcia o Andalucía, es seguro que los populares van a recordar día sí, día también, que Ribera es la promotora de los reales decretos que rigen las trasferencias de recursos hídricos desde al Tajo al Segura, consideradas vitales para la supervivencia y crecimiento de la agricultura. Donde en Moncloa ven a una exitosa gestora, en no pocos flancos del Mediterráneo se la identifica como responsable de los recortes en los trasvases de agua y política ambientales con efectos secundarios no deseados en el tejido productivo. En estos ámbitos, sea por su propia forma de actuar o por el interés y empeño de sus adversarios, se alimenta en la imagen de Teresa Ribera una cierta condición de villanía, poco empática a la hora de aterrizar sus medidas más proteccionistas.

Las federaciones territoriales del PSOE ya preparan argumentarios para tratar de amortiguar debilidades

Como anticuerpos para cubrir el debate que se genera en el barro de las tertulias y entrevistas locales y regionales, bajo el radar de los grandes discursos, los socialistas han recopilado en fichas lo que consideran que ha sido un buen trabajo en clave territorial durante la legislatura europea. El fin es contrarrestar vía apariciones de candidatos en medios locales o autonómicos el aluvión antisachista que ya prepara el PP, cuya estrategia, como ya ocurrió en las municipales y autonómicas, pasa por nacionalizar la campaña y convertirla en un plebiscito sobre la figura del presidente del Gobierno.

Foto: Teresa Ribera, en un congreso de países del Mediterráneo, en Valencia. (EFE/Biel Aliño) Opinión

Lejos de las apreturas del PSOE, los populares van a poder dar juego a nuevas caras en su papeleta al Parlamento Europeo porque los sondeos están confirmando los vientos de cola en beneficio de sus intereses. Ya no es solo que España ha ganado escaños tras el Brexit y la redistribución poblacional, es que es más que probable que la candidatura conservadora absorba los siete escaños que obtuvo Ciudadanos en 2019 y mejore notablemente su porcentaje de votos, con lo que podría casi duplicar la representación. Habrá hueco para que Alberto Núñez Feijóo sitúe al núcleo duro que desee y regale a los barones algún tanto en clave de representación territorial.

Un botón: el barón popular valenciano Carlos Mazón ha elegido a la portavoz adjunta en las Cortes Valencianas, Laura Chuliá, para dirigir la campaña del 9-J en el ámbito autonómico y ha comenzado a deslizar que trabaja con Feijóo para situar a otra persona con DNI valenciano, probablemente mujer, en un puesto de salida. No le vendrá mal al PPCV, que ha presumido de tener nombres de peso en Europa (Esteban González Pons), pero no ha hecho gala de mucho trabajo en clave de intereses económicos regionales.

Con los sondeos en la mano, Feijóo podrá armar un núcleo duro en la lista y dar juego a los barones

La realidad, al decir de sectores y organizaciones empresariales en voz más o menos baja, es que el grupo de Socialistas y Demócratas (S&D) ha sido mucho más sensible a las demandas de azulejeros, patronales del calzado, textil o naranjeros, gracias especialmente a la labor de lobismo institucional efectuada por la socialista Inmaculada Rodríguez-Piñero. El mayor éxito, en coordinación con el ministro de Agricultura, Luis Planas, ha sido el cambio reglamentario para endurecer los controles e imponer el tratamiento en frío a las importaciones de cítricos de Sudáfrica.

Organizaciones como Asaja apostaban (y así han llegado a solicitarlo por escrito al líder del PSOE) por la continuidad de Piñero, pero también de la veterana eurodiputada andaluza Clara Aguilera. Las dos se han autodescartado de la candidatura por razones personales ligadas al cansancio de una década de vida a caballo entre España, Bruselas y Estrasburgo. Va a ser una pérdida importante para el PSOE porque sus voces han puesto muchas veces los pies en la tierra de las medidas que se adoptan para los productores del campo.

Foto: Teresa Ribera, vicepresidenta tercera del Gobierno, en Bruselas. (EFE/Olivier Hoslet)

La revuelta agrícola que ha vivido España en los últimos meses, caladero donde pescan euroescépticos como Vox, tiene mucho que ver con esa miopía que han tratado de corregir eurodiputadas como Piñero, en el caso valenciano, o Aguilera, muy conocedora del sector primario en Andalucía, donde fue consejera del ramo, moviendo las palancas a su alcance en el grupo parlamentario del S&D, la Comisión o la conocida como Reper, la Representación Permanente de España en Bruselas. Prueba de ello ha sido la marcha atrás en materia de supresión progresiva de pesticidas o la ralentización en las ambiciones del Pacto Verde Europeo. Una posible lista liderada por Teresa Ribera, cuya relación con los agricultores siempre ha sido compleja, tendría que buscar sustitutos o sustitutas para ese rol compensatorio. Básicamente en favor también de sus propios intereses como cabeza de lista y los del PSOE.

En lo que se refiere a la aportación valenciana, la federación del PSPV que lidera ahora la ministra de Ciencia, Diana Morant, va a pelear (todo indica que lo conseguirá) el recambio de Rodríguez-Piñero por la exvicealcaldesa de Valencia y ahora portavoz en la oposición Sandra Gómez. Es un movimiento triangular que busca ofrecer una salida (muy) digna a una política joven como Gómez (38 años), pero que ha agotado ya dos oportunidades de intentar alcanzar la alcaldía de la tercera ciudad de España. Aunque será su número dos Borja Sanjuán quien se quedará guardando la silla y dando la batalla a la popular María José Catalá, actual alcaldesa en tormentosa alianza con Vox, los astros parecen alineados para que el relevo real termine siendo en la cita de las municipales de 2027 la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé. Al tiempo.

Siempre al filo de la navaja, Pedro Sánchez parece decidido a lanzar al estrellato europeo a su actual vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica. Heroína en Bruselas, de Teresa Ribera fue el éxito de convencer a los 27 del mecanismo de la excepción ibérica que permitió a España desacoplarse del precio del gas natural y compensar los fuertes incrementos en las tarifas de la energía derivados de la invasión rusa de Ucrania. Con esa muesca en la culata y algunos otros movimientos en clave europea, la ministra se fabricó un buen cartel en términos diplomáticos pero también, y esto es importante, sedujo al líder del PSOE por su labor de sherpa bruselense. El presidente del Gobierno la tiene en tan alta estima que, no solamente deja correr su nombre en las quinielas como posible comisaria tras los comicios del próximo 9 de junio, sino que además le ha dado todos los boletos para encabezar la lista del PSOE en sustitución de Josep Borrell, si finalmente se cae del número uno. Este lunes está previsto que se resuelva la incógnita.

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