Ojito, Podemos acelera

Llegué al pasado fin de semana con la impresión de que dos campañas sobresalían sobre el resto. Y ahora ando con la sensación de que al Partido Popular le están sobrando estos últimos días y que Podemos, mientras tanto, acelera.

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Es algo que no puedo sostener con números, intuición pura. Honestamente, también desconozco el efecto que esta dinámica podría tener en las urnas si llegase a ser cierta.

No niego, por ejemplo, que una parte de quienes votaron a Ciudadanos en diciembre pueda estar volviendo a casa. Es probable que el PP acabe reuniendo en torno al 30% de los votos. Ni siquiera doy por hecho el 'sorpasso' en escaños.

Sólo miro la imagen de conjunto y veo a los morados en fase ascendente.

La publicidad, los productos sobre los que hemos venido hablando estos días, son sólo un engranaje más en la complejísima relojería que es cualquier campaña electoral.

Por lo tanto, no sostengo mi percepción únicamente sobre ellos. Lo comparo todo. Por incorporar, incorporo hasta lo intangible. Sin embargo, por primera vez, he visto a Podemos emitiendo dos piezas en el mismo día que permiten desarrollar la hipótesis.

El primer vídeo no es rompedor, ni revolucionario. Pero es eficaz porque resulta simpático y divertido. Y, lo que es más importante, motivador en el cuerpo electoral propio, en la suma automática de Podemos e IU.

Es una llamada a la movilización que puede funcionar porque parece montada en el ordenador de un chaval de 20 años. Y eso sí conecta con el espíritu fundacional de Podemos, desde luego, mucho más que lo emitido hasta ahora.

El segundo vídeo es, en mi opinión, el mejor producto de toda la campaña electoral. Es limpio, natural y tiene verdad. Verdad verdadera. Una señora mayor hablando en la plaza de un pueblo de Extremadura, sin más.

En estos minutos puede verse lo que Podemos pudo hacer y no hizo: una campaña que contenía dos campañas. La destinada a apelmazar la suma con IU y la orientada a seducir al electorado socialista.

Las cosas podrían haber sido distintas para el partido de Pablo Iglesias si hubiesen incorporado esa dimensión a su estrategia electoral.

Parece que no han comprendido que quizá el PSOE no sea ya el partido que más se parece a España, pero que sigue siendo una organización política que se parece mucho a buena parte de nuestro país.

Seducir a esos cinco millones de personas, que en buena medida han sentido rechazo por las palabras y por la actitud de Iglesias, pasa inevitablemente por emplear una sensibilidad distinta a la que ha empleado Podemos. Es otra música.

No es sorprendente que la señora del segundo vídeo sepa pulsar las cuerdas que tiene esa otra guitarra, viene de esa cultura, es una antigua y conocida militante socialista. Lo sorprendente es que la estrategia de Podemos haya sido diseñada sin tener en cuenta todo un paisaje del país. ¿En qué mundo viven?

No era tan difícil. Y no, no me refiero a lo rural ni a las personas mayores. Hablo de algo distinto, de lo que puede verse en esta gran campaña publicitaria que toda España recuerda. La patria, también en esto.

En cualquier caso, como decía al principio, a mi me da que la campaña de Podemos acelera. Puede que sea porque en el último tramo han encontrado el doble tono necesario.

Quizá sea demasiado tarde, pero no sería un hecho menor. Ahí es donde se establece una diferencia que escuché una tarde a Ignacio Varela: no es lo mismo ganar una campaña electoral que ganar unas elecciones.