Es noticia
El cambio de tiempo que se esconde en las encuestas
  1. España
  2. Crónicas desde el frente viral
Pablo Pombo

Crónicas desde el frente viral

Por

El cambio de tiempo que se esconde en las encuestas

Lo que se percibe es que los votantes moderados de Sánchez en 2019 están cada vez más hartos. Y no porque les parezca un impostor, eso era antes, sino porque le consideran tóxico

Foto: El presidente, Pedro Sánchez, en una rueda de prensa. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
El presidente, Pedro Sánchez, en una rueda de prensa. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Las primeras encuestas de 2023 nos confirman los datos que cerraron 2022. Las cifras son claras. La duda está en si se interpretan adecuadamente. Mi tesis sostiene que la opinión publicada y el poder político están leyendo mal el sentir del cuerpo social. Creo que puede estar acumulándose un cambio atmosférico en la opinión pública y que esa alteración es de carácter multifactorial.

Pienso que podríamos estar ante un salto de magnitud, que Sánchez pasó de tener un problema de credibilidad a uno de confianza y que ahora ya estaría siendo asociado a la toxicidad personal. Y quiero compartir esa impresión ahora porque la tendencia actual podría retroalimentarse durante el mes que estamos estrenando. La cuesta de enero no será un feliz tobogán para el Gobierno. Vamos a tratar de demostrarlo.

Foto: Observatorio electoral. (EC)

A lo largo de las últimas semanas hemos visto al Gobierno afirmando que el procés se terminó y que la inflación está dominada, con una imprudencia que recuerda las muchas veces que escuchamos que el covid había sido derrotado. Simultáneamente, se han publicado infinidad de titulares y de gráficos en los que se refleja el fuerte rechazo de los españoles hacia alguna de las medidas que el Ejecutivo adoptó durante su horribilis diciembre —malversación y sedición, sobre todo—.

Apenas hemos visto, sin embargo, cifras sobre el impacto demoscópico de dos cuestiones que seguramente se están infravalorando: el peso de la cesta de la compra y el impacto de la ley del sí es sí. Pensar que lo que ocurra con Conde-Pumpido tiene más peso en el estado anímico de los españoles que el precio del filete de ternera —como a veces parece transmitir la opinión publicada— es tan absurdo como creer que una cumbre internacional puede beneficiar al PSOE más de lo que le daña la salida a la calle de violadores —como parece creer el Ejecutivo—.

Sánchez pasó de tener un problema de credibilidad a uno de confianza, y ahora ya estaría siendo asociado a la toxicidad personal

Los primeros, la élite de la M-30, confunden su mundo con el mundo. Y los segundos, la élite del poder, confunden la realidad con el deseo. Esos dos polos están igual de lejos de la vida cotidiana de la mayoría. La verdad desborda las simplezas de unos y otros. Es absurdo aplicar el reduccionismo en la complejidad de la policrisis o la permacrisis que estamos atravesando. Ningún ingrediente vale por sí mismo para explicar la complejidad. Para comprender el vigente estado de la opinión pública hace falta aplicar una mirada menos perezosa y más abierta.

Hoy, las principales casas demoscópicas coinciden al dar unas estimaciones fáciles de recordar. Colocan al PP por encima del 30% y al PSOE en el alambre del 25%. Fijan a Vox sobre el 15% y a Podemos en el 10%. Esa es la foto fija. Si sucedemos los fotogramas de los últimos meses, veremos que la meritoria remontada de los socialistas se pinchó en el último mes de 2022 y que los porcentajes dentro del bipartidismo regresan a donde estaban en el verano. Entonces, el PP disfrutaba del aire de cola que dejaron las elecciones andaluzas y sufría el PSOE, que había perdido comba fundamentalmente por la inflación.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (d), y el coordinador general del PP, Elías Bendodo. (EFE/Fernando Villar)

¿Por qué parece en las encuestas que el pasado otoño no han existido? ¿Por qué los socialistas han perdido los dos puntos que sumaban a finales de noviembre y vuelven ahora los populares a retomar aire? Por muchos motivos, porque el cambio de tiempo que puede estar dándose en la opinión pública es multifactorial, más complejo que en verano. Aparquemos los números por un momento. Van algunos de los factores que se agitaron en diciembre:

  1. El pack de cesiones a los indepes —sedición, malversación y asalto a la Justicia— a cambio de los presupuestos que solo hacen viable para Sánchez la vía Frankenstein. La sumisión.
  2. La entrada del nacionalismo catalán en la siguiente pantalla. La exigencia del referéndum que deja al sanchismo con las vergüenzas al aire y demuestra su falta de autonomía política y discursiva porque va tirado del corcel que lleva ERC. La trampa.
  3. El estallido de la crisis institucional —la mayor desde los años del procés— a cuentas del intento de sometimiento al poder judicial y el consiguiente recrudecimiento de la polarización. El peligro.
  4. Los casos de corrupción vinculados al PSOE que están salpicando el mapa de la actualidad: Griñán, el marido de Calviño, caso Azud… Todo ello con la malversación de fondo. La suciedad.
  5. La reacción pública de bastantes representantes de lo que podría llamarse "el PSOE reconocible". Una toma de posición explícita que llena de dudas a los votantes históricos de esas siglas. La ruptura.
  6. El final de la paz interna en el Partido Socialista. Page, Puig, Lambán, Lobato y alguno más vienen pasando en picado de las directrices emitidas desde la Moncloa para enfrentarse clara y desacomplejadamente al líder de la organización. El culto al líder.
  7. El conflicto abierto a la izquierda del PSOE con las ministras moradas ninguneadas por Iglesias en su intento de afligir a Yolanda Díaz. Las compañías.
  8. La crisis en los precios de la alimentación, durante el periodo más sensible del año, abordada tarde y de manera incompleta por un Gobierno que no puede explicar por qué no se puede bajar el IVA de la carne y del pescado. La propaganda.
  9. La subida de los tipos de interés que está estrangulando a muchísimas familias bajo el estruendoso discurso económico del Gobierno. El triunfalismo.
  10. El desastre completo del Ministerio de Igualdad: delincuentes sexuales beneficiados, ley trans y terrible ola de crímenes machistas. Todo sin reconocer un error y disparando soberbia e irresponsabilidad. Y Sánchez sin poder cesar a Montero. El desalmarse.
Foto: El expresidente de la Junta de Andalucía José Antonio Griñán en los juzgados de Sevilla. (EFE/Julio Muñoz)

El orden de los factores mencionados —seguro que puede añadirse alguno más— no altera el producto. Cada uno tiene su propio tiempo de maduración, también su peso. Pero todos pesan y se acumulan sobre el resto. Y todos apuntan a la misma dirección. Sánchez nunca tuvo una credibilidad entre los españoles. Las diferentes crisis que ha ido gestionando con su naturaleza narcisista han ido generando una crisis de confianza en su liderazgo que está adentrándole en su territorio final: la toxicidad.

Cuatro años más de todo esto, con estos aliados, la economía y la democracia en riesgo, y este clima envenenando la convivencia, se hacen cada día más difíciles de soportar para los electores moderados. No son muchos, un millón de votantes, dos como muchísimo. Pero de ellos dependerá todo, de los fronterizos. El resto del pescado está vendido. Los dos puntos que el PSOE ha perdido este diciembre están ahí.

Las diferentes crisis que ha ido gestionando con su naturaleza narcisista han ido generando una crisis de confianza en su liderazgo

Queda por ver si los socialistas podrán recuperar los que se van hacia Feijóo o si el tránsito crecerá. Queda por ver si evitará o si aumentará la desmovilización de los templados que votaron PSOE en 2019. Lo que se percibe en esa capa electoral es que están cada vez más hartos de Sánchez, que le dan por amortizado. Y no porque les parezca un impostor, eso era antes, sino porque le consideran tóxico.

El cambio de tiempo que puede estar acumulándose tiene que ver con eso, con el agente de la toxicidad en el ambiente general.

Las primeras encuestas de 2023 nos confirman los datos que cerraron 2022. Las cifras son claras. La duda está en si se interpretan adecuadamente. Mi tesis sostiene que la opinión publicada y el poder político están leyendo mal el sentir del cuerpo social. Creo que puede estar acumulándose un cambio atmosférico en la opinión pública y que esa alteración es de carácter multifactorial.

Pedro Sánchez PSOE Inflación
El redactor recomienda