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Yolanda Díaz, diez veces yo
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Javier Caraballo

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Yolanda Díaz, diez veces yo

Podría afirmarse que en cada respuesta, Yolanda Díaz incluye alguna frase que empieza por yo. Yolanda Díaz, múltiplo de sí misma

Foto: La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. (EFE/Fernando Alvarado)
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. (EFE/Fernando Alvarado)
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La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, ha vuelto reafirmada tras las vacaciones. El paisaje gallego, su familia y sus amigos han debido reconfortarla tanto que se le ha notado en la primera entrevista que ha concedido para inaugurar el curso político. Fue en la 'Cadena SER'. Y la cuestión es que, como la entrevista en sí misma daba vueltas y vueltas, porque la vicepresidenta no quería salirse de las dos frases con las que quería machacar titulares, de pronto surgió un interesante ejercicio de comprensión y entretenimiento: el marcador de yoísmo de Yolanda Díaz. ¿Cuántas veces podía pronunciar la vicepresidenta el pronombre personal en media hora, que es más o menos lo que duró la entrevista?

Es posible que ninguna otra palabra haya merecido más atención que el 'yo' a lo largo de la historia; pensadores, filósofos, historiadores y, por supuesto, científicos eminentes como Sigmund Freud han reflexionado sobre la importancia y el significado del yo en todas las facetas humanas. ¿Cómo no va a tener relevancia el uso, intensivo o moderado, que hace del ‘yo’ un alto gobernante? Sobre todo en política, donde todo es tan artificial y tan impostado, un aspecto como este, innato, libre de manipulaciones, espontáneo y natural, constituye un elemento de análisis de primera categoría para adentrarse en el alma política de una líder como esta mujer gallega, en plena expansión de su proyecto político en España. Pues bien, el resultado de este experimento ha sido abrumador: podría afirmarse que en cada respuesta, Yolanda Díaz incluye alguna frase que empieza por yo. Yolanda Díaz, múltiplo de sí misma.

Foto: Díaz, con los bomberos concentrados frente al Congreso. (EFE/Mariscal)

En muchas ocasiones, el ‘yo’ utilizado por la vicepresidenta puede entenderse como una muletilla inconsciente que, quizá, todos utilizamos en mayor o menor medida, una veces incluso como muestra de modestia, como “yo pienso” o “yo me pregunto”, otras veces como simple contestación, “yo creo que sí, yo creo que no”, y otras, finalmente, como elemento imperativo, “yo le aseguro”, “yo le digo”... La vicepresidenta segunda del Gobierno utiliza todas estas formas del yo en una proporción elevada, pero, sin embargo, no son las más significativas. Yolanda Díaz deja ver su alma política en otras expresiones en las que el yo está presente como elemento central.

Esa es la característica fundamental del yoísmo, la centralidad de la persona en torno a la cual gira todo el discurso. El mejor ejemplo obtenido en el experimento de su entrevista es esta frase, que repitió, no una ni dos, sino seis veces: “Yo he suscrito 14 acuerdos sociales con los sindicatos y la patronal, y no tenía por qué hacerlo. Podía haberlo hecho de parte y no lo he hecho”. Como el objetivo fundamental de la entrevista para Yolanda Díaz era acreditar que, como vicepresidenta y ministra de Trabajo, tiene autoridad moral y política para azotar a los empresarios, no se cansó de colgarse esa medalla, la misma medalla seis veces. ¡14 acuerdos, oiga!

Foto: La ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño (i), y la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. (EFE/Mariscal)

En la misma línea de reafirmación en sus críticas a la patronal, otros dos yoísmos significativos. El primero guarda relación con el anterior, aunque se refiere a su trabajo de la actualidad, no al histórico de pactos alcanzados. Dijo: “Yo me he sentado a negociar y tengo tres mesas de negociación abiertas muy importantes”. Quiere decirse, por si alguien no había reparado en ello, que si en este momento no se están negociando los convenios colectivos en España es porque la patronal los está bloqueando, como también repitió en numerosas ocasiones. Incluso ofreció un dato, también repetido: a estas alturas del año, ya se tendrían que haber firmado 2.000 convenios colectivos en España y solo se han suscrito 400.

Ahí le encajaron otros dos yoísmos. Uno, “yo lo vuelvo a decir, la patronal tiene que estar a la altura del país”, y dos, “yo he salido en defensa de la patronal cuando ha tenido razón”. Incluso llegó a mencionar, como cita de autoridad, a Luis de Guindos, vicepresidente del Banco Central Europeo y superministro de Economía con Rajoy, que ya advirtió antes del verano de que si no se subían los salarios en toda Europa corremos el riesgo de que, otra vez, como ocurrió en 2007, la crisis actual desemboque en una crisis financiera por el aumento de los impagos de hipotecas y préstamos personales. “Con una inflación al 10,8%, y ya veremos cómo se cierra el año, es evidente que las familias trabajadoras están sufriendo. Es imposible vivir”, añadió.

Foto: La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. (REUTERS/Juan Medina)

El problema de Yolanda Díaz, obviamente, es que ante una situación tan crítica como la que describe, que resulta inobjetable, su única opción ha sido colocar una diana en la espalda de los empresarios y hacerlos responsables de la asfixia de muchos hogares en España. De igual forma que su Gobierno rechaza que se le culpe de la inflación, la patronal, incluso con más motivos, puede quejarse de lo mismo. En todo caso, de una vicepresidenta segunda del Gobierno, que lleva en sus manos la cartera de Trabajo, podría esperarse, por lo menos, un trabajo de mediación antes que de agitación.

Pero eso también lo resuelve con la invocación del pronombre, más personal que nunca, porque ahora habla de su sangre roja y sindical: “Yo he ido a la manifestación del Primero de Mayo, cosa que nunca había pasado en este país” porque “yo siempre defiendo el derecho a la movilización”. Además, la vicepresidenta Díaz no entiende muy bien por qué se la critica a ella cuando, según ha dicho, esto suele ocurrir en otros ministerios y en muchos gobiernos: “Yo salgo en defensa de los salarios y causo polémica, pero no ocurría así cuando había ministros del PP que participaban y agitaban manifestaciones de la Iglesia católica”.

Foto: Yolanda Díaz, Pablo Iglesias e Ione Belarra. (EFE/Pool/Mariscal)

El ‘yo’ intenso y extenso de Yolanda Díaz, aunque solo sea en media hora de entrevista, alcanza algunos momentos memorables, que incluso merecen un análisis particular y exclusivo. Por ejemplo, esta frase que, además, surge ante una pregunta cualquiera sobre su opinión de este o aquel asunto de actualidad. Podría ser de las manifestaciones o de las tensiones del Gobierno, da lo mismo, porque lo fundamental es lo que dice con solemnidad y contundencia: “Yo soy una demócrata, primer dato”. La frase es tan buena que puede analizarse por trozos. A la insustancialidad de la primera afirmación encabezada por el yo, ser demócrata en una democracia, se une la ridícula presunción de la segunda parte, la consideración de que esa obviedad es un dato importante para tenerlo en cuenta. Se ve más claro en otros contextos. Es como si un médico dijera en un congreso médico: “Yo soy un médico, primer dato”. El dato verdadero y relevante es el yoísmo, claro, y en eso la vicepresidenta Yolanda Díaz despliega un potencial considerable.

Otrosí digo: la vicepresidenta segunda también habló de su proyecto político, o vecinal, o ciudadano, o asociativo, pero no aclaró demasiado. Tal vez algún mensaje indirecto a Podemos. Lo que dijo de Sumar, que es como se llama la plataforma, es que es ella la que decide: “Yo no voy a hacer una sopa ni una suma de siglas, eso ya lo hemos conocido y no me interesa nada”.

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, ha vuelto reafirmada tras las vacaciones. El paisaje gallego, su familia y sus amigos han debido reconfortarla tanto que se le ha notado en la primera entrevista que ha concedido para inaugurar el curso político. Fue en la 'Cadena SER'. Y la cuestión es que, como la entrevista en sí misma daba vueltas y vueltas, porque la vicepresidenta no quería salirse de las dos frases con las que quería machacar titulares, de pronto surgió un interesante ejercicio de comprensión y entretenimiento: el marcador de yoísmo de Yolanda Díaz. ¿Cuántas veces podía pronunciar la vicepresidenta el pronombre personal en media hora, que es más o menos lo que duró la entrevista?

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