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Turquía y el estúpido debate de los perros
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Javier Caraballo

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Turquía y el estúpido debate de los perros

La ministra Ione Belarra tacha de maltratador a quien defienda que no es lo mismo un animal doméstico que un perro que trabaja para el hombre en el rescate de un terremoto como el de Turquía

Foto: Bomberos acompañados de tres perros especializados en localizar a personas sepultadas con vida. (EFE/Diputación de Málaga)
Bomberos acompañados de tres perros especializados en localizar a personas sepultadas con vida. (EFE/Diputación de Málaga)
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El rescate de supervivientes en el terrible terremoto de Turquía y de Siria se ha convertido, inesperadamente, en el centro del debate político en España tras la acusación de maltrato a los bomberos por haber acudido a la zona devastada con perros adiestrados. “Basta ya de justificar el maltrato de los perros sometidos desde su nacimiento a un programa de adiestramiento que vulnera todos sus derechos”, han manifestado desde el Gobierno. ¿Es ficción? ¿Quién podría decir que se trata de una noticia fake? ¿Y cuántos la daríamos por cierta en el contexto del absurdo disparate en que se ha convertido la estupidez legislativa de este Gobierno de coalición? No, no ha ocurrido, pero esa sería la polémica de la actualidad en España, en medio de la desolación, el caos y la muerte de tantos miles de personas, si el ala socialista del Gobierno, quizás alertada por las nefastas consecuencias de la ley del solo sí es sí, no se hubiera plantado ya para frenar la ley de bienestar animal tal y como la ha concebido Podemos.

La realidad es que ni siquiera sabemos qué va a ocurrir con esa ley, porque el Consejo de Ministros la aprobó hace meses, pero en la tramitación parlamentaria los socios de gobierno han vuelto a distanciarse, siguiendo milimétricamente el mismo esquema mental de la controvertida ley del solo sí es sí. De la misma forma que para la ministra Irene Montero es un agresor de los derechos de las mujeres todo el que apoye la rectificación de la ley del solo sí es sí para volver a incrementar las penas, como en el Código Penal anterior; de esa misma forma, la ministra Ione Belarra tacha de maltratador a quien defienda que no es lo mismo un animal doméstico que un perro que trabaja para el hombre en un rebaño, en un control de fronteras, en la caza o en el rescate de un terremoto como el de Turquía.

Foto: Félix Bolaños y Ione Belarra. (EFE/Mariscal)

Lo que pretende el PSOE, y por eso ha presentado una enmienda a la ley de su socio de gobierno, es que se traten con leyes específicas los perros de trabajo, como podríamos denominarlos. Pero frente a esa lógica se ha levantado el muro de un nuevo eslogan, con el que también están de acuerdo muchas asociaciones animalistas: “Mismo perro, misma ley”. A partir del lema, por supuesto, las declaraciones van subiendo de tono, de forma que quien pretenda establecer una diferencia entre los animales domésticos y, por ejemplo, los perros de caza o de policías ya se convierte directamente en un defensor del maltrato animal. Una de las secretarias de Estado del ministerio de la secretaria general de Podemos, Lilith Verstrynge, sostiene lo siguiente: “Desgraciadamente, el PSOE se está colocando del lado de los maltratadores, de las personas que apalean, torturan y maltratan perros y animales, incluidos los de caza. Están del lado de las personas que cuelgan galgos o que entierran a cachorros en cal viva”. Este mismo planteamiento es el que repiten otros de los socios parlamentarios del Gobierno, a los que ya solo les faltaba que tanto en el Partido Popular como en Vox se hayan mostrado favorables a la enmienda presentada por los socialistas.

Lo que pretende el PSOE es que se traten con leyes específicas los 'perros de trabajo'

Hasta ahora, la polémica se ha centrado en los perros de caza, quizá porque es el colectivo más numeroso y porque, al centrar la polémica en ellos, se aumentan exponencialmente los tópicos rancios e ignorantes sobre un cazador. Es lo mismo que hubieran intentado con los toros de lidia, si no fuera porque la defensa de la tauromaquia está protegida por varias leyes, como acaba de refrendar nuevamente el Tribunal Supremo a raíz de su discriminación en el llamado bono cultural de 400 euros. Por eso, Podemos y los partidos de su entorno parlamentario solo excluyen de la consideración de animales domésticos a los animales utilizados en espectáculos taurinos, a los animales de producción, a los utilizados en experimentación y con fines científicos o en investigación clínica veterinaria y, obviamente, también a los animales silvestres. Pero ni siquiera esa salvedad mínima, esa línea roja para la experimentación con fines médicos o alimenticios, satisface a todos los grupos animalistas, incluidos a muchos de Podemos. Esa es la razón por la que hace unos días se manifestaron en decenas de ciudades españolas en contra de la aprobación de esta ley de bienestar animal hasta que no se incluya a todos los animales, sin exclusiones.

Foto: Gabriel Rufián e Ione Belarra. (EFE/Fernando Alvarado)

No se atreven a mencionar a los animales de laboratorio o a los de las granjas, o los perros que utiliza la Guardia Civil, y por esa razón vuelcan todas sus protestas contra los perros de caza. La parte morada del Gobierno secundó sin dudarlo la protesta de los animalistas porque, según el director general de Derechos de los Animales, Sergio Torres, “el PSOE se ha puesto del lado de los maltratadores y de quien no quiere leyes que luchen contra el abandono de animales”. Con lo cual, volvamos a la primera pregunta: ¿estamos tan lejos del disparate inicial, de ese titular inventado? Ciertamente no, y para calcular bien el efecto que tendría la aprobación tal cual de la ley de bienestar animal que persigue Podemos, solo tenemos que calcular eso, que, en medio del absoluto desastre, del caos de muerte y de personas atrapadas en amasijos de cemento y de hierro, alguien promoviera en España el debate sobre el maltrato que reciben los perros en su adiestramiento para poder ayudar en el rescate de los bomberos.

El rescate de supervivientes en el terrible terremoto de Turquía y de Siria se ha convertido, inesperadamente, en el centro del debate político en España tras la acusación de maltrato a los bomberos por haber acudido a la zona devastada con perros adiestrados. “Basta ya de justificar el maltrato de los perros sometidos desde su nacimiento a un programa de adiestramiento que vulnera todos sus derechos”, han manifestado desde el Gobierno. ¿Es ficción? ¿Quién podría decir que se trata de una noticia fake? ¿Y cuántos la daríamos por cierta en el contexto del absurdo disparate en que se ha convertido la estupidez legislativa de este Gobierno de coalición? No, no ha ocurrido, pero esa sería la polémica de la actualidad en España, en medio de la desolación, el caos y la muerte de tantos miles de personas, si el ala socialista del Gobierno, quizás alertada por las nefastas consecuencias de la ley del solo sí es sí, no se hubiera plantado ya para frenar la ley de bienestar animal tal y como la ha concebido Podemos.

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