Es noticia
A propósito de Ana Pastor (la ministra)
  1. España
  2. Palo Alto
Graciano Palomo

Palo Alto

Por

A propósito de Ana Pastor (la ministra)

Pastor es una tipa seria, rigurosa, eficiente y sin que le conozca ningún tipo de deriva que pueda poner en jaque su honorabilidad, y eso que lleva años en la mamandurria política

Foto: La ministra de Fomento en funciones, Ana Pastor. (EFE)
La ministra de Fomento en funciones, Ana Pastor. (EFE)

El pasado martes tenía lugar un almuerzo en la imponente y madrileña sede del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Había convocado mi amigo Antonio Papell y se encontraban presentes, entre otros, Josep Borrell y Miguel Aguiló, expresidente de Iberia, amén de mandamases del citado órgano de representación profesional.

Naturalmente, el tema obligado de conversación en medio de un frugal y ejecutivo almuerzo era la situación política y el futuro de España y su Gobierno tras las nuevas e inminentes elecciones del 26-J. Borrell preguntaba más que contestaba, y de él dijo Aguiló que podía ser un buen presidente para un Gobierno de centro-izquierda pero también para un Ejecutivo de centro-derecha. Le conoce bien porque fue su subordinado en numerosas ocasiones durante el “felipismo”.

Hubo cierta unanimidad entre los comensales acerca de un hecho que, tras el Debate a cuatro y el rifirrafe Rivera-Rajoy, cobra cuerpo: que Mariano Rajoy no repetirá como jefe del Gobierno.

Entonces, ¿quién del PP? Se lo pregunté a Borrell. Tras ajustarse la gafas y darle un sorbo a la copa de vino, musitó: "¡Pues, la vicepresidente!, ¿no?". No lo tenía muy claro pero dio ocasión a que el mismo ingeniero se preguntara en voz alta por la ministra de Fomento, Ana Pastor, de la que se deshizo en elogios. Elogios que fueron compartidos por una mayoría de la selecta concurrencia.

No es la primera vez que oía ese nombre con todo lujo de parabienes hacia la médica “gallega”, aunque en realidad es zamorana de nacimiento. Pastor es una tipa seria, rigurosa, eficiente y sin que le conozca ningún tipo de deriva que pueda poner en jaque su honorabilidad, y eso que lleva años en la mamandurria política y en puestos de mucha inversión. Es una mujer de partido, de la entera confianza del comandante en jefe y que mantiene extraordinarias relaciones con unos y con otros dentro del complejo entramado de poder popular, muy especialmente en la periferia donde esta formación se jugará su futuro cuando llegue la anunciada refundación. Lo que tengo claro, porque conozco a la ministra, es que jamás levantará dedo contra Mariano, al que defiende y ha defendido con ocasión o sin ella.

Todo esto son conjeturas de salón pero como todo lo que ocurre últimamente en España. La única certidumbre es, en efecto, que seguimos en el limbo y nadie garantiza que no sigamos instalados en lo desconocido.

Todo lo anterior si Mariano Rajoy se deja, que no es fácil. Porque se aplica a sí mismo el sentido común que reclama para el resto: si soy el más votado, por qué demonio me quieren tirar por la ventana.

Por si acaso, apunten ese nombre.

El pasado martes tenía lugar un almuerzo en la imponente y madrileña sede del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Había convocado mi amigo Antonio Papell y se encontraban presentes, entre otros, Josep Borrell y Miguel Aguiló, expresidente de Iberia, amén de mandamases del citado órgano de representación profesional.

Ana Pastor Mariano Rajoy