La inacabable chequera de Sánchez

No me extraña el jolgorio que se ha montado a propósito del Falcon 900B de la Fuerza Aérea al que, al parecer, el presidente del gobierno le ha tomado gran cariño y que utiliza para darse unos paseos lúdicos.

No me extraña. Conozco el pelaje y sé cómo entienden eso del dinero público determinados dirigentes; en esto no hay color político, pero, hombre, tratándose de las circunstancias actuales y el discurso del mandatario, al menos, debería tener un poco de cuidado y de respeto a los contribuyentes. Lo que sí me ha extrañado es el 'felpudismo' de algunos de sus ministros defendiendo una actuación que no tiene un pase y mucho menos un aquel. Decir que el presidente es un hombre “muy austero con el dinero público” (ministra de Defensa) suena más a un pelotilleo criminal que a una descripción recta. Luego vino la vicepresidenta (la misma que dijo un día que el dinero público no era de nadie) justificando el viajecito al Levante en base a una "agenda cultural". ¡Tiene bemoles! Llevan poco más de un mes en el poder y ya se comportan como sátrapas mentirosos.

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EP

El botón es sumamente significativo. Sánchez tiene una deriva peligrosa: utilizar el dinero de todos para mantenerse en el poder a toda costa. No hay presidente autonómico que salga de la Moncloa con promesas de todo tipo, especialmente, claro, aquellas que se refieren a inversiones en sus territorios y cosas similares. El brutal ensanchamiento de la burocracia palaciega es también un síntoma. A los ciudadanos españoles se les pueden ocultar información o engañar con los procederes de sus políticos, pero como al final se enteren (y al final todo termina por saberse) se conducen con enorme dureza contra ellos.

Tengo para mí que pronto sabremos algunas cosas más en forma de dispendio y de utilización obscena del presupuesto. La corrupción puede adoptar múltiples formas.