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Graciano Palomo

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El cantonalismo que viene

Resulta que mientras en la capital de España se está celebrando la mayor concentración de naciones que nunca hubo, el país sufre en su propio territorio una dispersión territorial

Foto: Los dos primeros de lista en la candidatura de Teruel Existe. (EFE)
Los dos primeros de lista en la candidatura de Teruel Existe. (EFE)

Difícil encontrar otro español que viva por estos lares que se encuentre más unido a su paria chica que el que esto suscribe. Pero una cosa es una rosa y otra bien distinta un clavel.

Observo con cierta preocupación que del autonomismo estamos pasando al cantonalismo, como antaño, y que dentro de poco alguien volverá a entonar, además del “Asturias Patria Querida”, aquel aguerrido grito de ¡Viva Cartagena!.

El éxito de “Teruel Existe”, que tendrá su equiparable ración de votos en su parte proporcional de la tarta inversora (si es que esta llegara a existir dadas las circunstancias económicas). El éxito del Partido Regionalista de Cantabria que acaudilla el hombre antaño de la camisa azul y otros cuanto más se verán imitados por un sinfín de formaciones cantonales como si esto fuera el retorno al siglo IX. Como la parte de ellos tienen tintes de derecha podríamos estar hablando de la reconstrucción de aquella CEDA que sirvió para que Gil Robles mandara en España, pero también para que todo se fuera al carajo.

Resulta que mientras en la capital de España se está celebrando la mayor concentración de naciones que nunca hubo a propósito de la Cumbre Mundial del Clima, el país anfitrión sufre en su propio territorio una dispersión territorial como si de repente el túnel de la Historia se nos hubiera aparecido en un mal sueño a propósito de una pésima digestión. No parece, al menos a bote pronto, que la globalización del presente continuo tenga que tener necesariamente un corolario pueblerino y con boina. Es una vergüenza mayúscula la desigualdad existente entre la España urbanita y la España rural; es un bochorno intolerable que haya ciudadanos de primera, según y tercera en un pequeño territorio de la Unión Europea. Y resulta inaceptable la dejación de los gobiernos y las cinco administraciones que pagamos y padecemos ante esta realidad.

Foto: Tomás Guitarte, de Teruel Existe, el pasado 10 de noviembre. (EFE) Opinión
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Pero de lo primero a lo segundo va un trecho. Contamos con diputados y senadores cuya circunscripción de representación política es la provincia, su provincia. Si no se ocupan de sus problemas y a lo único que llevan al Congreso todas las semanas -cuando vienen- son sus vales para el cobro de dietas y el número de su cuenta corriente para engrosar las mismas, esta es otra cuestión. Al paso que vamos, y dado el éxito de Teruel Existe y el PRC, entre otros, en las próximas elecciones -que no tardarán mucho- tendremos multiplicadas por seis formaciones aspirando a ser émulas de las primeras.

¿Será esos, señores Sánchez e Iglesias, lo que ustedes entienden por “radicalmente progresistas”?

Pudiera ser, visto lo comprobado.

Difícil encontrar otro español que viva por estos lares que se encuentre más unido a su paria chica que el que esto suscribe. Pero una cosa es una rosa y otra bien distinta un clavel.

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