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Francia: vuelve el centroderecha
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Graciano Palomo

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Francia: vuelve el centroderecha

En el país galo, todo indica que el presidente Macron da sus últimas bocanadas con su sueño neoliberal diluido y fracasado

Foto: El presidente de la región Provenza-Alpes-Costa Azul, Renaud Muselier. (EFE)
El presidente de la región Provenza-Alpes-Costa Azul, Renaud Muselier. (EFE)

Como este país sureño se pirra por chapotear entre vuelos gallináceos, adormecer sus penas con volutas de inconsistencia —análisis incluidos—, empeñado en no distinguir las voces de los ecos, pues han pasado prácticamente desapercibidos dos resultados electorales regionales claves para la continuidad de Europa y su Unión.

El primero en la líder de la UE, Alemania, a unas pocas semanas de que su histórica 'canciller' entregue la cuchara en Berlín. El segundo resultado, justamente en Francia, la segunda potencia europea. En ambos países se confirma la hegemonía del centro-derecha. En el país de los länders confirmando el marchamo de los últimos lustros y en la nación jacobina apuntando al regreso de los republicanos después de todo lo ocurrido con Nicolás Sarkozy y François Fillon.

Lo sustancial en las dos situaciones pasa por esto. Ni Alternativa por Alemania —la ultraderecha teutona— que tuvo la habilidad de recolectar voluntades ante lo que considera deriva de la 'canciller' por la inmigración, ni los ultras de Le Pen en Francia —agitando el mismo fantasma— se sostienen. Se vuelve a imponer el sentido común que pasa por el centro-derecha. En Francia, todo indica que el presidente Macron da sus últimas bocanadas con su sueño neoliberal diluido y fracasado. Tras los fiascos por corrupción de Sarzkozy y Fillon, Francia, una de las democracias más decisivas del mundo, vuelve a mirar hacia el centro-derecha.

Foto: Marine Le Pen. (EFE)

¿Es aplicable este marchamo a la situación política española? Tengo para mí que evidentemente sí. Pese a la reciente historia del marianismo —con una brillante gestión económica que salvó al país de la "troika" ante la herencia funesta ZP y un desastre político descriptible que terminó con su decapitación sumaria—, el centro-derecha existe en España. Es mayoría en el conjunto de la oposición y, definitivamente, es el único clavo ardiendo al que asirse.

No desconozco ni los reproches a Casado ni sus carencias. Los primeros me suenan a oídos con anterioridad. Lo mismo que dijeron en su día de Aznar y Rajoy. Y serán esos mismos que le niegan cualquier posibilidad de éxito final los mismos que acudan en posición lewinskyana a recordarle qué hay de lo suyo. Las carencias pasan necesariamente por las urgencias y, además, tener que administrar una grey de egos camuflados entre familias que no tienen ADN.

En ese empeño parece estar Aznar al señalar a Díaz Ayuso como principal referente de la derecha. Luego se quejan de que Rufián y Lastra intenten sacar partido intentando mimetizar las posiciones de Casado con lo que realmente ni es ni representa.

Como este país sureño se pirra por chapotear entre vuelos gallináceos, adormecer sus penas con volutas de inconsistencia —análisis incluidos—, empeñado en no distinguir las voces de los ecos, pues han pasado prácticamente desapercibidos dos resultados electorales regionales claves para la continuidad de Europa y su Unión.

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