El arte único de la administradora única

Por fin, después de muchos intentos democráticos y tras intervenir instancias judiciales, conocemos oficialmente lo que se merendó de los impuestos ciudadanos la histórica Administradora Única de RTVE que se sacó de la manga, ilegalmente y en fraude de ley, otra ex, Carmen Calvo. Casi medio millón de euros, sin sumar coche oficial nuevo exigido, gastos de representación y otras bagatelas.

Cuando se conoció su cooptación, tras otros intentos ilegales fallidos por parte del Frankenstein muchos batieron palmas y en este mismo periódico se firmaron columnas laudatorias; mientras, en los lugares que habían padecido su autoritarismo e incompetencia (algo que suele ir de la mano) se llevaron las manos a la cabeza no sin chacota y descojono. En Antena3 se la conocía, por ejemplo, por sus aportes a las reuniones cuando en lugar de leerse siquiera el periódico se dedicaba a ojear revistas de decoración. Luego nos hemos enterado de que ni siquiera cumplió las normas legales y éticas de declarar su patrimonio —nada desdeñable para tratarse de una falsa progre de copichuelas— como exige la Ley de Transparencia a los altos cargos.

Opinión

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EC

Tres años después de aquel golpe antidemocrático, RTVE (donde colocó para dirigir RNE a una 'amigueta' de su pareja más capacitada para una mediocre crónica de saraos) está en la UVI. Con más de 1.200 millones de euros anuales de coste para el contribuyente las audiencias de RTVE entran por derecho propio en la marginalidad. Grosería tras grosería, gazapo tras gazapo, incompetente tras enchufado, manipulación tras ocultación, cada mes que pasa, sus dígitos se hunden indefectiblemente. Al menos, mucho más de la mitad de España no comió gato por Mateo. Desde sus aledaños han venido insistiendo, e insisten, en que la burgalesa, hija de jefe militar franquista, no mandó nunca en esa casa y que, al fin y a la postre, no dejó de ser nunca una marioneta ora de Ferraz, ora de Iván Redondo.

Mantengo, como contribuyente neto, esperanza en que su sucesor, José Luis Manuel Pérez Tornero, sustancie lo que teóricamente ha desgranado. Si puede y le dejan. Desde su perfil ideológico inequívoco, aporta maneras y, al menos, tiene una cierta idea del Pirulí.

Por todo lo anterior, he titulado la columna con el arte de la seño. Coger el dinero y correr. ¡Señoras y señores ante ustedes una auténtica artista!