Es noticia
Sánchez ha dado todas las pistas sobre sus motivos para el adelanto electoral
  1. España
  2. Postpolítica
Esteban Hernández

Postpolítica

Por

Sánchez ha dado todas las pistas sobre sus motivos para el adelanto electoral

Las intenciones de la inesperada decisión del presidente del Gobierno han sido explicitadas, aunque de manera aparentemente secundaria, en su declaración institucional de este lunes por la mañana

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

La breve declaración institucional con la que el presidente del Gobierno ha anunciado la convocatoria de elecciones para el 23 de julio contenía varios mensajes mediante los que dibuja la posición y las intenciones de la Moncloa.

El primer hecho que ha puesto sobre la mesa subraya la lectura socialista del 28-M. Sánchez lo enunciaba así: “Magníficos presidentes y presidentas autonómicos, alcaldes y alcaldesas socialistas, se van a ver desplazados con una gestión impecable. Y ello a pesar de que muchos de ellos y ellas han visto incrementado su apoyo en el día de ayer”.

Sánchez introdujo una perspectiva distinta en la explicación de los malos resultados, catastróficos en términos de poder local, para el PSOE. La explicación más habitual, en la que los populares apoyaron su campaña, señalaba el deseo de cambio dominante en España. El núcleo de ese viento de transformación estaría conformado por la antipatía que el presidente del Gobierno despierta en buena parte de la población, una animadversión que va más allá de las medidas que ha tomado estos años. El sanchismo, ese cúmulo de males que han azotado España, habría deteriorado profundamente la credibilidad del presidente y la confianza en él.

La desventaja con el PP este 28-M ha sido de tres puntos y 750.000 votos, más o menos, lo que señala una distancia corta

Sin embargo, si nos fijamos en los resultados, veremos que el voto al PSOE es bastante estable. Desde 2019, en todas las elecciones, generales, autonómicas y municipales, los socialistas se han movido entre el 28 y el 29% del voto. El domingo también fue así, un 28,11%. Los intentos de pasar la barrera del 30%, que fueron habituales en la sala de mandos de la Moncloa, no resultaron fructíferos, pero tampoco se bajó de ese suelo. La desventaja con el PP este 28-M ha sido de tres puntos y 750.000 votos, más o menos, lo que nos habla de una distancia corta. Si hubiera ese cansancio social y la antipatía respecto de Sánchez hubieran penetrado tanto en España, es evidente que el descenso socialista habría sido mucho más significativo. Un castigo electoral tuvo lugar en 2011, cuando se perdieron cuatro millones de votos, y se pasó del 43,87% de 2008 al 28,76 % en 2011. Lo del domingo ha sido distinto.

La brutal pérdida de poder territorial tiene que ver con otros motivos, ligados a la peculiar configuración de la política española, que ha entrado en una dinámica de bloques. Hay que observar nuestro país en esos términos para comprender bien el momento, y también la decisión de Sánchez. Los resultados del domingo tienen una primera explicación en que el reparto de voto de la derecha se produce ahora entre dos fuerzas, y no tres, lo que está muy relacionado con el crecimiento del Partido Popular. El otro factor es muy relevante, y consiste en un movimiento simultáneo, el desplome de la izquierda del PSOE y el ascenso de Vox, que ha sido fundamental. En el centro de los bloques, el PP ganó la partida al PSOE, pero la diferencia se estableció en los extremos. Eso es lo que hizo que, como afirmaba Sánchez en su comparecencia, que en muchos territorios exista un cambio de Gobierno. Podemos y demás fallaron, a veces estrepitosamente, mientras que Vox confirmó que sigue fuerte.

Esto es lo que subrayó Sánchez: al PSOE no le ha ido tan mal, han fallado los que tenían que acompañar.

Nuevo reparto de cartas

Esta es la foto del momento. Aguantar hasta final de año tenía algunas ventajas, como la presidencia europea y la posibilidad de dar tiempo a la izquierda del PSOE para recomponerse. Las desventajas eran obvias, porque tendría que aguantar un desgaste importante, el de la sensación de decadencia ante un cambio de ciclo, ­las presiones de su propio partido y los problemas que le generasen sus socios.

Adelantar las elecciones transmite el mensaje de que trata de salvar los muebles más que de ganar, pero también permite fijar un nuevo marco

Convocar elecciones en este instante es un movimiento táctico relevante, cuyo principal objetivo es evitar lo peor. Dado que el PSOE resiste, como se ha visto en el 28-M, si se pierde el Gobierno, como es probable, al menos el partido quedará bien situado para el futuro. Adelantar las elecciones transmite el mensaje de que se trata de salvar los muebles más que de ganar, pero también permite repartir nuevas cartas en el juego. Entre ellas, el de negar el momento de euforia a las derechas. La conversación a partir de este lunes girará alrededor de las cercanas elecciones y no sobre el 28-M.

El único partido frente al PP y Vox

Esto lleva al segundo elemento que ha destacado en su comparecencia: “La segunda consecuencia será que numerosas instituciones pasarán a ser administradas por nuevas mayorías conformadas por el Partido Popular y por Vox. Y, aunque las votaciones del domingo tenían un alcance municipal y autonómico, el sentido del voto traslada un mensaje que va más allá”. El marco queda bastante definido: somos el partido que ha aguantado y el que puede enfrentarse a la unión de las derechas.

Yolanda Díaz tendrá que correr mucho para acompañar en el bloque de las izquierdas, pero ya con expectativas reducidas

Se trata, por tanto, de concentrar el voto de las izquierdas en torno al partido dominante en el espectro ideológico, máxime cuando el sistema electoral beneficia a las formaciones que concentran el voto y en muchas provincias, con una izquierda desaparecida o en serio declive, la única opción que aparecerá para muchos votantes será el PSOE.

Lo cierto es que Sumar ha cometido errores sucesivos, que le han impedido desarrollarse a tiempo y construir una opción sólida desde hace meses. Su posposición permanente le deja ahora sin apenas margen de maniobra. Díaz tendrá que correr mucho para acompañar en el bloque de las izquierdas, pero ya con las expectativas reducidas, y más aún tras los resultados tan negativos del 28-M.

El partido de la gestión

En la comparecencia, Sánchez también ha fijado el marco de su propuesta electoral. Lo ha enunciado en estos términos: “España está a punto de superar una etapa de crisis derivada de la emergencia de la covid-19, también de la guerra de Ucrania. Encaramos una senda clara de crecimiento, de creación de empleo y de cohesión social. Y a estas alturas de la legislatura, el Gobierno ha sacado adelante las grandes reformas comprometidas en el discurso de investidura, en el programa de gobierno y también en nuestro acuerdo con la Comisión Europea”. Es decir, partido de gestión, alejado de las polémicas generadas por sus socios, y con un perfil social y económico marcado. Querrá hacer valer las medidas de la legislatura por encima del ruido ambiente.

Con estos tres movimientos, las elecciones anticipadas suponen un intento de afianzar al PSOE: si pierde el Gobierno, el partido no sufrirá una debacle electoral y quedará fuerte en la oposición; si continúa en él, supondría el éxito increíble de un resistente infinito. Veremos cómo circula la campaña, pero todo apunta a que sea su izquierda la que pague el mayor precio. A Sánchez se le pueden negar muchas cosas, pero no el arrojo.

La breve declaración institucional con la que el presidente del Gobierno ha anunciado la convocatoria de elecciones para el 23 de julio contenía varios mensajes mediante los que dibuja la posición y las intenciones de la Moncloa.

Elecciones municipales y autonómicas Elecciones Generales
El redactor recomienda