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¿Siguen los Reyes siendo rosas y azules?
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Marta García Aller

Segundo Párrafo

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¿Siguen los Reyes siendo rosas y azules?

La de colores que hay en el mundo como para reducirlos a ese binarismo cromático tan miope que segmenta desde que nacemos la diversión en función al género

Foto: Los Reyes Magos en la "Montaña suiza" del monte Igeldo. (EFE/Javier Etxezarreta)
Los Reyes Magos en la "Montaña suiza" del monte Igeldo. (EFE/Javier Etxezarreta)
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Estábamos tan acostumbrados a vivir en un mundo que sexaba los juguetes en dos colores que habrá todavía quien se siente desconcertado porque muchas jugueterías hayan dejado de separar los estantes en rosas y azules. No se preocupe. Seguro que no ha sido tan difícil. Algo habrá encontrado que pueda gustarle a su hijo, su nieta, su sobrino o su ahijada en función de su edad, carácter y sus gustos, en vez de su género.

Cada uno comprobará esta mañana al ver a los niños abrir los regalos si es verdad que estos Reyes están siendo menos sexistas, como presume la industria juguetera a raíz del reciente compromiso de no promover, a través de la publicidad, estereotipos de roles que asocien el rosa a las niñas y el azul a los niños. Ni el trabajo doméstico o el cuidado solo a las niñas y la tecnología y la acción solo a los niños, como solían hacer.

Hay también quien ve una imposición forzosa que en los anuncios de juguetes hace unos años se haya normalizado que salgan niñas astronautas y niños cocinando, como si en vez de un reflejo de la realidad fuera algún tipo de oscura ingeniería social. En realidad, lo verdaderamente artificial era lo anterior. ¿Acaso no es la variedad de gustos, roles y colores lo más natural?

Que los anuncios de juguetes fueran necesariamente de color rosa para las niñas y azules para los niños, y en buena parte lo sigan siendo, sí que es ingeniería social. Se había asimilado tanto esa segregación cromática del tiempo de juego que ha llegado a verse como una fuerza de la naturaleza, como si la dictara la biología. No fueran los críos a confundirse en qué les está permitido que les guste a cada uno.

El nuevo código suscribe que no se presentarán los juguetes con la indicación expresa de que son para uno u otro sexo

Lo sorprendente no es que a un niño le guste divertirse cocinando y una niña quiera jugar a astronauta, lo raro es que haya hecho falta firmar un acuerdo para que los anuncios de juguetes empiecen a parecerse un poco más al mundo real y las jugueterías nos dejen de encasillar la diversión desde que nacemos. El nuevo código de la industria juguetera suscribe que no se presentarán los juguetes con la indicación expresa o tácita de que son para uno u otro sexo, ni se harán asociaciones de colores, aunque rosas y azules siguen siendo predominantes.

En los últimos años, la publicidad ha ido cambiando hacia una tendencia más inclusiva. En 2020, el rosa y los colores pastel en anuncios protagonizados por niñas era del 74%, mientras que el azul y los tonos oscuros llegaban al 90% de los anuncios de niños. En 2022 habían caído al 52% y al 61%, respectivamente, según un estudio de la Asociación de Usuarios de la Comunicación.

La de colores que hay en el mundo como para reducir los juguetes a ese binarismo cromático tan miope que segmenta desde que nacemos la diversión en función al género. Anda que no hay colores en el mundo para reducir la mañana de Reyes a rosas y azules.

Estábamos tan acostumbrados a vivir en un mundo que sexaba los juguetes en dos colores que habrá todavía quien se siente desconcertado porque muchas jugueterías hayan dejado de separar los estantes en rosas y azules. No se preocupe. Seguro que no ha sido tan difícil. Algo habrá encontrado que pueda gustarle a su hijo, su nieta, su sobrino o su ahijada en función de su edad, carácter y sus gustos, en vez de su género.

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