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Hombre contra máquina… Oportunidades a medio plazo
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Rodrigo Rodríguez

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Hombre contra máquina… Oportunidades a medio plazo

El 'trading' algorítmico, las plataformas, y, sobre todo, la necesidad de obtener resultados de manera inmediata han cambiado las dinámicas de inversión

Foto: Grifols cae más de un 7% tras desmontar a Gotham. (Europa Press/Eduardo Parra)
Grifols cae más de un 7% tras desmontar a Gotham. (Europa Press/Eduardo Parra)

Hace tiempo, cuando trabajaba en Credit Suisse, bromeaba con distintos inversores en cómo había cambiado el horizonte temporal en el mercado. Históricamente, la renta variable se veía como una inversión de éxito, siempre y cuando se mantuviera durante años, es decir, se invirtiera a largo plazo. Pero ya hace más de diez años sentía que las reglas habían cambiado, el corto plazo era el día, el medio la semana y el largo como mucho un mes.

Creo que ahora podríamos hablar de horas, días y de como mucho una semana.

El trading algorítmico, las plataformas y sobre todo la necesidad de obtener resultados de manera inmediata han cambiado las dinámicas de inversión.

En mi opinión, estos factores han creado una interesante oportunidad de inversión para aquellos con paciencia y que no padezcan el mark to market diario que son principalmente los inversores privados y las family offices.

Foto: Las hormigas se comportan como las redes neuronales. Foto: Unsplash

Déjenme que se lo explique con una conversación con mi amigo Alberto relativa a los movimientos de ACS y Acciona Energía el viernes y de Grifols el jueves. En dicha conversación, los dos estábamos de acuerdo que si bien los resultados en Estados Unidos de Dragados, cuya propiedad es de ACS, no eran fabulosos, no justificaban un movimiento del “valor de Florentino” cayendo un 6%. Es más, había un hecho importante a considerar, los resultados se habían publicado la tarde anterior, con lo que los analistas e inversores habían tenido tiempo más que suficiente para tomar una decisión que debería haberse reflejado a la apertura.

Pues bien, el valor abrió un 2% abajo y en aproximadamente una hora se dejaba otro 4% de su cotización, es decir, perdía 600 millones de euros de capitalización, muy lejos de las predicciones de los analistas.

Foto: Logo de bitcoin. (Reuters/Toya Sarno) Opinión
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Lo más importante es la manera que caía (a plomo), estaba claro que no eran humanos vendiendo, sino "maquinitas” que vendían a mercado acelerando el movimiento y provocando una reacción sin duda desmedida.

Son estrategias que intentan beneficiarse en el corto plazo del pánico al que el valor colapse o del miedo a perderse el movimiento y que pueden darse la vuelta rápidamente si incurren en pérdidas. ACS se daba la vuelta antes de la llamada con inversores casi a la misma velocidad que cayó y se estabilizaba un 2% abajo en el día. El sentido común había prevalecido y probablemente la estrategia de desestabilización había fracasado esta vez.

Otro ejemplo del mismo día fue Acciona Energía, donde el valor abrió un 3% abajo sin ningún sentido y llegó a subir un 8% una hora más tarde por el cierre de cortos. O aún más interesante es el caso de Grifols el jueves. Yo no voy a entrar a valorar el informe de Gotham, o la terrible política de comunicación de la compañía, pero creo que si Gotham no tiene más pruebas, la compañía aparta a la familia de la gestión diaria y consigue renegociar la deuda del 2025, el valor, cuando menos, debería estabilizarse aquí y esperar a ver lo que depara el tiempo.

Pues bien, tras abrir un 4% abajo el día de los resultados y llegar a caer un 11%, parecía estar estable en el día, cuando una potencial malinterpretación del free cash flow comunicado por la compañía, hizo que el valor entrara en barrena, cayendo primero un 10%, luego un 20% y entrando en sucesivas subastas de volatilidad hasta caer casi un 40% y ver niveles más bajos que el día que el famoso informe de Gotham fue anunciado.

Invertir con sentido común

Un ser humano no vende así, pero una máquina sí. Además, la máquina no tiene sentimientos y termina stopeando al ser humano que fue valiente para ponerse en medio, a no ser que dicho inversor no esté bajo la tiranía del mark to market diario.

Yo le comentaba a Alberto: “si compras cuando cae un 10% y cae hasta un 20%, te “stopeas”, y si sigue cayendo hasta un 30% te desesperas”. Pero, este caso es aún más problemático, porque si de verdad hay algo realmente malo en la compañía, no quieres salir en la foto porque tus inversores no te van a dar ni tiempo para explicarte, con lo que pocos tendrán el valor de mantener la posición a medio plazo.

El valor abría con un 6% arriba al día siguiente y en minutos se convertía en una subida de más del 20%. De verdad, ¿ustedes creen que alguien invierte así?

Les ruego que inviertan con paciencia y que recuerden que si algo no parece tener sentido, normalmente no lo tiene

En ese momento le expliqué a mi amigo que lo que más me molesta es que uno de los culpables fui yo al contratar un Doctor en Matemáticas por la Universidad de Oxford e introducir las redes neuronales (neural networks) en 2010 en Credit Suisse para reducir las posiciones de menos de 2,5 millones de dólares que el banco tenía como consecuencia de la actividad de creador de mercado.

Para que lo entiendas, poniendo un ejemplo sencillo de publicación de resultados:

“Una vez que el trader o el algoritmo había hecho un precio a un cliente y la posición era del banco, el algoritmo, que en nuestro caso se llama Norman, mira al valor y pregunta: ¿ha publicado resultados? Si es sí, ¿son buenos o son malos? Si son malos, ¿cómo abre el valor? Si abre abajo, ¿dónde es el siguiente trade en la oferta en la demanda?, si están atacando la demanda, entonces tengo que vender de manera agresiva… Y bingo:bola de nieve montada.

Y no nos engañemos, esto, junto a la inversión pasiva, está quebrando el mercado y haciendo cada vez más difícil invertir por fundamentales.

Creo que las oportunidades que se nos presentan son extraordinarias, puesto que el sentido común es el menos común de los sentidos y afortunadamente las máquinas no tienen ninguno, les ruego que inviertan con paciencia y que recuerden que si algo no parece tener sentido, normalmente no lo tiene.

Hace tiempo, cuando trabajaba en Credit Suisse, bromeaba con distintos inversores en cómo había cambiado el horizonte temporal en el mercado. Históricamente, la renta variable se veía como una inversión de éxito, siempre y cuando se mantuviera durante años, es decir, se invirtiera a largo plazo. Pero ya hace más de diez años sentía que las reglas habían cambiado, el corto plazo era el día, el medio la semana y el largo como mucho un mes.

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