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¿Será España la nueva Alemania o la antigua China?
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Enrique Roca

Pon tu talento a trabajar

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¿Será España la nueva Alemania o la antigua China?

No puedo resistirme a dar mi opinión sobre el interesante debate que tiene lugar sobre el futuro de España y que cuenta con opiniones tan dispares

No puedo resistirme a dar mi opinión sobreel interesante debate que tiene lugar estos días sobre el futuro de España, y que cuenta con opiniones tandispares como las de Arcano (los primeros por apostar financieramente por España y ver más allá delrabioso corto plazo),McCoy, Deutsche Bank, Carrefour, JP Morgan, Invesco y un largo etc. de comentaristas.

Al calor de las fuertes subidas bursátiles propiciadas por algunas reformas, fuertes recortes y una cierta normalización de la prima de riesgo conunostipos de interés a la baja, sin olvidar aDraghi, parece que muchos, empezando por las portadas delFinancial Times y Wall Street (del buscador de los contenedores al paraíso celestial), han modificado radicalmente su opinión sobre nuestro país, lo que ha sido festejado por los coreógrafosde siempre.

Siempre recordaré enla primavera del 2012, cuando escuché a prestigiosos gestores de renta fija queEspañacon tipos al 6% en el diez años estaba quebrada y al 7% (nivel al que pronosticaron que llegaría y acertaron) merecía la pena entrar y arriesgarse.

Tenemos que tener presente que parte del dinero que llueve, pero que pocos ven,sonflujos financieros a corto plazo y haríamos bien en detectar los quevienen para quedarse y por qué, invirtiendo y comprando activos reales, y los que miran el rabioso corto plazo porque saben los abultados vencimientos de plazos fijos al 4%en los próximos meses.

No les voyamarear con una retahíla de estadísticas sobre la situación ya queen cualquiera de los estudios mencionadoslas encontrarán. Más bien voy a intentardescribir algunos aspectos cercanosa mí(con la particularidad y subjetividad que ello conlleva)para evaluar dónde estamos, y dónde podemos llegar.

Les anticipo como resumenque ello nosmuestrala heterogeneidad de nuestro país, encontrándonosen momentos decisivos para determinar nuestro futuro y que todos losarticulistas mencionados tienen su parte de razón, dando por supuesto queEspaña está formada, entre otras consideraciones,porel conjunto o mayoría de los españoles y no por unos pocos (lo que parece no tenerlo claro algún ministro).

El sector privado

He aquí unos ejemplos de mi entorno:

a) Gran empresa gala(Francia: ¿la próxima antigua España?) de informática cotizada en bolsa que está desviando desde hace cuatro años su producción desde el país vecino a España. Motivo: formación adecuada de la mano de obra y costes laborales unitariosinferiores en un 40%. Estos llevan bajando en España desde antes de la crisis, si excluimos el boom del sector constructor. En España siempre ha habido una industria competitiva trabajando silenciosamente y con un gran componente exportador. Ahora se hace más visible, haciendo de la necesidad virtud.

b)Grandes empresas españolas de varios sectores que, aprovechando la reforma laboral realizan EREpor doquier, tiran a la gente a la calle para subcontratarla después con el 50% del salario (aún estoy esperando que los presidentes y consejeros de las mencionadas empresasse autodespidan y se autosubcontraten para dar ejemplo).

c)Zonas que perdieron su industria especializada como Ubrique (cuero-bolsos) yOnil-Ibi(juguetes) están recuperando su tejido productivo y volviendo a ser competencia de los productos chinos.​

d)Incremento de turistas, alargándose la época vacacional. La relación calidad-precio resistefavorablemente cualquier comparación (a costa de menores márgenes y salarios). Sin embargo, el tiempo de espera para los servicios, tanto hosteleros como financieros (volvemos a ser un país de colas), aumenta.

e)En la cesta de la compra de mis vecinos, las marcas blancas y los artículos de primera necesidad proliferan. Empiezan a producirsepeleas entre los buscadores de contenedores. Laclase media desaparece (siendo machacada por los impuestos y por el multipago de servicios), el número y el patrimonio de ricos aumenta con la crisis, así como el de necesitados.​

El sector público

a)El recibo del agua, cuyo consumo son 25 euros, se convierte en 100por mor de impuestos, tasas,pagos a prostitutas, cánones variosde todas y cada uno de los niveles de la Administración y empresas parapúblicas. Cada día se creauna figura tributaria nueva. Las grandes empresas no pagan impuestos, abundan los castores (si va bien me lo quedo yo y si no a pagar todos) y las empresas energéticas están llenas de expolíticos (¿algún día alguien explicará por qué muchas excajastenían tanta participación en Iberdrola y a cambio de qué?), con sueldos millonarios a pesar de que la luz sube un 60%.

b)Como gran alarde de reducción del coste superfluo en Valencia, ciudadplana, concéntrica y con una red de transporte público envidiable, nuestros ediles nos venden su gran sacrificio de reducción en un 20% de la cifra de coches oficiales. Pienso que será por aquello de que no querer ver lo sucio que están los barrios.

c)Nuestros políticos nos siguen tratando como súbditos, por mucho que hagan actos de afirmación (a los que sólo van los que viven de los presupuestos, de las refinanciaciones y de las daciones de pago multimillonarias que al final son costeadas por nuestro bolsillo, por mucho que se autodenomine sociedad civil). La sociedad parece estar dividida entre los que viven de los presupuestos y los que viven a pesar de ellos.​

d)Las ruedas de prensa tanto del Consejo de Ministros como del resto de Administraciones Públicas responden al latiguillo de no sé, no contesta, lo estudiaremos, responderemos la semana próxima, no se puede comparar porque hemos cambiado el sistema contable. Nos tratan como tontos cuando dicen que incrementan el presupuesto destinado a la mejora de servicios públicos, cuando lo único que hacen es intentar pagar facturas atrasadas.

e)Nuestros dos partidos mayoritarios (por ahora), aun coincidiendo en ciertos temas como pensiones, mercado laboral onecesidad de reformar el estado, son estructuralmente incapaces de pactar y llegar a acuerdos, siguiendo la política del "y tú más". No se puede hacer una reforma energética, de educación e investigación y a mitad de los planes echarlo por la borda porque cambia el partido gobernante.Recuperar la confianza es imprescindible, pero no se consigue únicamente a base de proclamas y latiguillos políticos, sino del boca a boca de nuestros conciudadanos.

Un cambio de mentalidad es necesario

Una vezque empieza a recuperarse el excedente empresarial de las grandes compañías, las últimas medidasgubernamentalesparecen encaminadas a favorecer la demanda interna (pilar indispensable en la recuperación iniciada por el sector exterior), pero muchos pensamos que si el déficit no se recorta por donde toca, la desconfianzaproseguirá y el consumo continuará languideciendo.

Hay que recuperar el Estado y la política como instrumento de cohesión y, para ello, algún acto efectista es necesario (suprimir el Senado, vender las sedes delas embajadas, algunas de las cuales son verdaderos palacios decimonónicos y poco funcionales).

Gobernar, además de procurar el bienestar del mayor número de ciudadanos, también consiste en hacer más con menos recursos. Si la mejora de PIB se traduce únicamente en una mejora para unos cuantos, los populismos nos esperana la vuelta de la esquina.

El cambio de mentalidad y actitud que se ha producido en el sector privado parece que no ha llegado a parte del sector político administrativo, que parece cada vez más enrocado en un mundo ideal a la vez que ficticio.

Se hace camino al andar, los ciudadanos ya hemos hecho suficientes sacrificioscomo para no exigir de nuestros mandatarios que, independientemente de las diferencias ideológicas, hagan unmejor y mayor control de nuestros dineros.

El mayor o menor peso del sector público para mí es secundario, no pase aquí como en donde las resonancias magnéticasprivatizadas cuestan un 50% más que en los hospitales públicos. Aprovechemos el tiempo, ha llegado también la hora de la microeconómica y de la participación de todos en la cosa pública.

El convertirnos en la nueva Alemania o la antigua China depende de nosotros. Si vivimos (vivir es más que subsistir) únicamente del turismo y de los automóvilesy de los sueldos mileuristas, habremos fracasadocomo colectividad. Esperemos no tenerque recordar ni a Pérez Galdósni a Larra, cuya actualidad es palpable en estos tiempos.

No puedo resistirme a dar mi opinión sobreel interesante debate que tiene lugar estos días sobre el futuro de España, y que cuenta con opiniones tandispares como las de Arcano (los primeros por apostar financieramente por España y ver más allá delrabioso corto plazo),McCoy, Deutsche Bank, Carrefour, JP Morgan, Invesco y un largo etc. de comentaristas.

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