:format(png)/f.elconfidencial.com%2Fjournalist%2F843%2Ffc4%2F613%2F843fc4613efeca63ae8b422482d51d32.png)
Telón de Fondo
Por
No hay orden mundial malo, hay estrategia de inversión equivocada
Ante el nuevo orden mundial hay que fijar una nueva estrategia de inversión global. Una estrategia que tenga en cuenta la política, pero pasada por el filtro de las reglas de los mercados
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F690%2F638%2Fd52%2F690638d52c7dfc17d76808a79fb1151e.jpg)
Anda todo el mundo muy inquieto con lo del nuevo orden mundial. En realidad no hay porqué tenerle más miedo a este orden que al anterior. Desde el punto de vista de la inversión, a lo que hay que tenerle miedo es a quedarse descolocado. No hay orden mundial malo, hay estrategia equivocada. Con las zonas geográficas ocurre igual que con el resto de activos: siempre que baja uno hay otro que sube.
Pero cuidado: los beneficiarios financieros, los que salen ganando en las bolsas o en el mercado de bonos, no tienen por qué ser los mismos que los beneficiarios políticos. Un ejemplo: los cambios que estamos viendo a nivel global no benefician políticamente a Europa, pero benefician al Eurostoxx. Y le benefician porque aunque los políticos europeos pongan mala cara, un acuerdo de paz en Ucrania y el abaratamiento del precio de la energía que conlleva, es agua de mayo para la industria europea. Y para el IPC de la Eurozona.
Ante el nuevo orden mundial hay que fijar una nueva estrategia de inversión global. Una estrategia que tenga en cuenta la política, pero pasada por el filtro de las reglas de los mercados. Y esto, además de por zonas geográficas, también será de aplicación por activos y sectores. Como consecuencia de lo anterior, un elemento de gran importancia a la hora de invertir en este nuevo orden global va a ser la capacidad del inversor (o su asesor) para acceder a todo tipo de activos, sectores o países. Lo que se conoce como arquitectura abierta en fondos de inversión y ETF (fondos cotizados).
La cantidad de gente que se ha perdido toda o parte de la rentabilidad que ha generado, por ejemplo, la IA. O la subida del precio del oro o la de tantas otras ideas de inversión, por no tener acceso a una buena plataforma de fondos (y el que suscribe no cobra de, participa en o recomienda ninguna). Como asesores financieros independientes (que podemos recomendar cualquier fondo del mercado), hemos visto como la mayoría de las entidades financieras no tenían un fondo que invirtiera sólo en el NASDAQ, muy pocas que tuvieran un fondo que invirtiera exclusivamente en los valores más beneficiados por la llegada de la IA y todavía menos las que tienen acceso a ETFs que invierten en oro.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F860%2F19f%2F367%2F86019f3672ee328594dbf15dcbfcc382.jpg)
Son solo ejemplos de lo que se pierden los inversores que trabajan con asesores y plataformas en las que no pueden acceder a todo tipo de fondos y ETF (fondos cotizados), es decir, no pueden acceder a todo tipo de activos, sectores y países. Además los asesores no independientes solo recomiendan los productos en los que se llevan una comisión, ya sean de la casa o con los que su entidad tenga acuerdos ventajosos. Lo que se conoce con el eufemismo de arquitectura guiada, en contraposición a arquitectura abierta.
En los últimos dos años ha quedado el “consuelo” del SP 500. Pero es muy probable que este año y los siguientes tampoco quede ese consuelo. Ya estamos viendo como este año el SP 500 es superado por muchos otros índices. Es posible que al final Donald Trump consiga sus objetivos y es posible que a largo plazo el SP 500 vuelva a colocarse en primera posición, pero podría no ser este año. De hecho, podría tardar más de lo que le gustaría al propio Donald Trump.
Mente abierta, arquitectura abierta, decisiones basadas en el funcionamiento del mercado y no tanto en la política, asesoramiento independiente que pueda recomendar todo tipo de fondos o ETF: esas son las herramientas que se necesitan en el nuevo orden político y económico que viene.
Anda todo el mundo muy inquieto con lo del nuevo orden mundial. En realidad no hay porqué tenerle más miedo a este orden que al anterior. Desde el punto de vista de la inversión, a lo que hay que tenerle miedo es a quedarse descolocado. No hay orden mundial malo, hay estrategia equivocada. Con las zonas geográficas ocurre igual que con el resto de activos: siempre que baja uno hay otro que sube.