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El león herido Brufau, ¿dispuesto a morir matando en Repsol?
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Alberto Artero

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El león herido Brufau, ¿dispuesto a morir matando en Repsol?

Antonio Brufau es un león herido. Sabe que la extraña apertura de Expansión del pasado lunes, sin firmar y acompañada de una bomba de mayor calado

Antonio Brufau es un león herido. Sabe que la extraña apertura de Expansión del pasado lunes, sin firmar y acompañada de una bomba de mayor calado pero sin desarrollo como la posible fusión Popular-La Caixa, indica que los principales accionistas de Repsol le han sentenciado como Presidente de la firma. No vamos a entrar en los motivos más o menos justificados de la decisión, que los hay pero no son estratégicamente muy distintos de los achacables a otras grandes corporaciones en las que participan algunos de los socios de la petrolera y que cuentan igualmente con mandatarios 'vitalicios'. Ni en quién puede estar postulándose para ocupar un cargo tanto más apetecible cuanto más se le vacía de contenido operativo, como parece que va a ser el caso. Lo importante es saber qué va a pasar a partir de ahora y si la fiera va a reaccionar acorde a su condición o va a renunciar a la batalla.

La Cronología de los Hechos revela que el ejecutivo catalán ha sido condenado por desconfiado. Tras la jugada maestra que llevó a la salida con el rabo de las piernas de Luis del Rivero -no solo de su Consejo sino de la presidencia de la propia Sacyr- y a transformar a la mexicana Pemex de enemiga en aliada ¿fiable?, en lugar de apostar por una política de conciliación siguió con sus veleidades con terceros interesados en la compañía sin contar abiertamente con el órgano de administración (V.A., Plas, plas, plas, Brufau se blinda en Repsol con una jugada maestra, 20-11-2011). Mientras, las dificultades operativas y financieras que arrastraba Repsol encontraron su máxima expresión con la expropiación de YPF por parte de Argentina apenas cuatro meses más tarde de la salida del constructor (V.A., De aquellos barros… a Repsol ya le expropiaron una parte de YPF en 2008, 16-04-2012). Los consejeros dominicales no tardaron en establecer una relación causa-efecto entre veleidad y conflicto y se plantaron. Había llegado el momento de actuar.

Fruto de ese consenso contra Brufau es la carta publicada por Miguel Angel Noceda en El País de este fin de semana en la que Corona y Gobierno de la Nación piden ayuda al primo árabe de Zumosol pero señalan a Isidre Fainé como interlocutor alternativo. Una bofetada en el rostro del directivo con un mensaje claro: estamos al tanto, hasta aquí hemos llegado, se acabó. Y el PP del poder está de nuestro lado. La reacción del aún Presidente no se hizo esperar y los hechos se precipitaron el lunes del modo ya de todos conocido. Por si había alguna duda, léete esto, majete. Tirar la piedra y esconder la mano a ver qué pasa. Pero si algo ha demostrado el mandamás de la petrolera es capacidad de aguante y una extraordinaria habilidad para salvar los match-balls que sucesivamente le han ido planteando unos y otros. Y, si se le da tiempo, puede tornar las lanzas en podaderas en el momento menos pensado.

Así, él y su equipo son conscientes del profundo cambio que se está produciendo en la sociedad catalana y el carácter reivindicativo que la identidad patria está alcanzando en la región. Prueba de ello ha sido la impensable foto de alguien como el Presidente de La Caixa -ése que según La Llave de Expansión goza de ‘habitual inteligencia y demostrada prudencia’- con Enrique Bañuelos, cuya trayectoria le es bien conocida y no solo por referencias. Si esto ha ocurrido es por el interés del tercer protagonista de la foto: Artur Mas. Y el mensaje parece claro: vender catalanismo da bula para algunas cosas. Ocurre que Repsol, si la cosa se pone fea y se confirman los nombres de gentes de la capital que están saliendo, puede acabar en las manos de ‘Madrid. Muchos están interesados en evitarlo a toda costa, sobre todo en el momento actual. Vaya que sí. ¿Y por qué no plantear una fusión de con Gas Natural que, sin duda, sería apoyada por la Generalitat y anularía de raíz la oposición formal de quien te quiere mover la silla?

Es una posibilidad, pero no la única. Cabe la opción, como ya hizo con el Affaire Sacyr, de jugar con la posible vulnerabilidad de los socios en su favor, aprovechando las fisuras aparentes y/o reales que pudiera haber en su desempeño. Por ejemplo, explotar la indiscutida relación Cepsa-Disa en Canarias y la presencia accionarial directa de los dueños de esta última en Repsol e indirecta en Gas Natural. Acuerdos comerciales vs. participaciones corporativas, cierto es, pero que mezclados y manejados con intención podrían generar más incomodidad de la necesaria. Sobre todo con el patio revuelto por la presión del Gobierno a las petroleras para que ajusten su margen. Por no hablar de las preferentes de la petrolera colocadas en la red minorista de La Caixa a las que ha matado la supresión del dividendo en efectivo y cuyo rescate no será una opción si se consuma la desconsolidación de deuda que traerá la venta del negocio de GNL. A más incertidumbre, peor comportamiento. O de pecadillos indemnizatorios pasados, pactos de sangre, que algunos están removiendo interesadamente. Cuidadín, cuidadín...

Vamos a ver qué es lo que pasa. Lo razonable sería que nada ocurriera, que se pactara una salida acorde con las pretensiones económicas del directivo -con el correspondiente escándalo social si las cifras que se manejan son correctas- y Santas Pascuas. Cabría confiar además en que la cordura se impondrá sobre la política y ésta quedará al margen en un potencial proceso de sucesión siendo reemplazada por criterios estrictamente profesionales. Sin embargo, puede suceder que, al final, la testosterona reviente toda lógica. Ya saben: rencor, ira y celos son venenos que se toma uno esperando a que se muera el otro. Y sus consecuencias son tremendamente nocivas. Sea como fuere, las espadas están en todo lo alto. Queda solo por saber si Antonio Brufau decidirá jugar sus cartas aún a riesgo de quedar ensartado en ellas o se batirá en prudente y sensata retirada convirtiéndolas en un instrumento de siega. Más ahora que Els Segadors significan tanto...

Antonio Brufau es un león herido. Sabe que la extraña apertura de Expansión del pasado lunes, sin firmar y acompañada de una bomba de mayor calado pero sin desarrollo como la posible fusión Popular-La Caixa, indica que los principales accionistas de Repsol le han sentenciado como Presidente de la firma. No vamos a entrar en los motivos más o menos justificados de la decisión, que los hay pero no son estratégicamente muy distintos de los achacables a otras grandes corporaciones en las que participan algunos de los socios de la petrolera y que cuentan igualmente con mandatarios 'vitalicios'. Ni en quién puede estar postulándose para ocupar un cargo tanto más apetecible cuanto más se le vacía de contenido operativo, como parece que va a ser el caso. Lo importante es saber qué va a pasar a partir de ahora y si la fiera va a reaccionar acorde a su condición o va a renunciar a la batalla.