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Financiación alternativa: una herramienta cada vez más necesaria
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Ángel Blanco

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Financiación alternativa: una herramienta cada vez más necesaria

El sistema necesita estabilidad a la hora de aportar liquidez y poder seguir manteniendo la misma pese a las crisis financieras, limitando los efectos que un colapso bancario tiene sobre el desarrollo económico

Foto: Sede del Banco de España en Madrid. (iStock)
Sede del Banco de España en Madrid. (iStock)

Como seguramente es sabido, el premio Nobel de Economía 2022 fue otorgado a los economistas estadounidenses Ben S. Bernanke, Douglas W. Diamond y Philip H. Dybvig por su investigación sobre la banca y las crisis financieras, análisis que han ido realizando a lo largo de los años, comenzando en los 80, y que ha apoyado, entre otras cosas, el desarrollo de la regulación bancaria visto desde la crisis del 2008, pero también, identificar la importancia real de las instituciones financieras a la hora de proveer liquidez a la economía real y sus riesgos.

Sus investigaciones han sido clave tanto para regular los mercados financieros como para hacer frente a las crisis financieras, limitando el efecto de las mismas, siendo esta, a mi parecer, la clave de su trabajo, por su análisis de las consecuencias directas e indirectas en la economía. Su investigación ayuda a entender por qué la necesidad de tener una banca fuerte y regulada, pero, sobre todo, cómo hacerla menos vulnerable durante las crisis financieras, explicando cómo los colapsos bancarios exacerban las mismas. Un ejemplo de lo comentado está en un estudio realizado en 1983, que muestra cómo el pánico conducía a la quiebra de los bancos y cómo estas quiebras fueron el mecanismo que determinó que una recesión ordinaria (finales de los años 20), se convirtiera en la gran depresión de los años 30.

Foto: Lagarde y Powell, en una conferencia en Portugal. (Reuters) Opinión
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La necesidad de regulación para controlar el riesgo es evidente, y su implementación desde la crisis del 2007 ha sido más que necesaria, al proteger la base de liquidez que sustenta la economía. Sin embargo, también es cierto que la necesidad de proteger la base del sistema puede limitar el crecimiento e incluso poner en riesgo el desarrollo de sectores y empresas, al acotar excesivamente el qué se puede y cómo se puede hacer.

La necesidad de crear y fomentar nuevos canales de liquidez, (capital y deuda), que permitan actuar de forma complementaria a la banca es cada día mayor, de ahí el creciente desarrollo de la inversión alternativa que, ligada a inversores privados y apoyado por políticas fiscales, debe llegar, sin ser lesivo para el conjunto de la economía, a donde la banca, por regulación, no puede llegar, adaptándose a las necesidades de las empresas, pero teniendo una correlación muy inferior con el conjunto de la sociedad.

El sistema necesita estabilidad a la hora de aportar liquidez y poder seguir manteniendo la misma pese a las crisis financieras, limitando los efectos que un colapso bancario tiene sobre el desarrollo económico. La financiación alternativa debe potenciarse con el objetivo de dar solución a estas restricciones, siempre dentro de un marco regulatorio que dé confort y seguridad al sistema, pero pudiendo llegar a donde la banca tradicional no puede llegar. Es complementaria nunca sustitutiva.

Foto: Ana Botín (i), presidenta de Banco Santander, junto a la vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño (d). (EFE/Mariscal)

No se trata de fomentar el riesgo, ni mucho menos, se trata de flexibilizar y potenciar, reitero que a través de financiación (capital y deuda) de origen privado, soluciones que permitan acelerar o consolidar el crecimiento de proyectos, sectores o industrias cuyas necesidades de capital o deuda no se ajustan a los parámetros de la banca tradicional.

En los últimos años, el crecimiento de estos vehículos está siendo exponencial, y las propuestas que proponen aún más, adaptándose tanto a las necesidades de las compañías como en vías alternativas para implementar políticas fiscales que, de otra forma, no tendrían fácil acceso a la economía real.

Las crisis van a seguir produciéndose, pero entender el flujo de liquidez, establecer las bases del sistema financiero, limitar los riesgos y, a su vez, potenciar la inversión a través de alternativas flexibles, con una menor correlación al conjunto de la economía, es clave para el desarrollo.

La liquidez, el acceso y la calidad de esta es fundamental. El desarrollo de políticas fiscales que favorezcan la estabilización económica, también. La credibilidad de los proyectos depende no solo del proyecto en sí, sino también de las posibilidades de desarrollarlo y financiarlo.

El equilibrio siempre es complejo, pero cuantas más herramientas haya para conseguirlo, más posibilidades tendremos de alcanzarlo.

Como seguramente es sabido, el premio Nobel de Economía 2022 fue otorgado a los economistas estadounidenses Ben S. Bernanke, Douglas W. Diamond y Philip H. Dybvig por su investigación sobre la banca y las crisis financieras, análisis que han ido realizando a lo largo de los años, comenzando en los 80, y que ha apoyado, entre otras cosas, el desarrollo de la regulación bancaria visto desde la crisis del 2008, pero también, identificar la importancia real de las instituciones financieras a la hora de proveer liquidez a la economía real y sus riesgos.

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