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Cómo el ataque al diésel (entre otros) provoca que paguemos más impuestos
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Carlos Cancela

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Cómo el ataque al diésel (entre otros) provoca que paguemos más impuestos

El aumento del Impuesto de Matriculación (IM) se debe a tres motivos: el cambio del ciclo de homologación, el incremento de las ventas de coches de gasolina y de coches de tipo todocamino

Foto: España es uno de los países europeos con el parque de vehículos más viejo y pagamos cada vez más impuestos.
España es uno de los países europeos con el parque de vehículos más viejo y pagamos cada vez más impuestos.

Las ventas de coches subieron un 7,5% en España en el año 2018 respecto a los datos del año anterior. Pero curiosamente la recaudación por el Impuesto de Matriculación ha subido en el mismo periodo un 31,5%. Si a esto sumamos que han aumentado las ventas de vehículos de gasolina, que consumen más que los diésel, el resultado es muy positivo para Hacienda. También es positivo para las Comunidades Autónomas, que son las que recaudan el Impuesto de Matriculación.

Por el contrario, el balance negativo de estas cuentas es, como siempre, para los ciudadanos: pagan más al comprar su coche y también gastan más dinero en usar su coche cada día. España tiene uno de los parques de vehículos más viejos de Europa, y con estos aumentos de impuestos no se va a conseguir reducir esa edad media. Las consecuencias son devastadoras, más contaminación y más siniestralidad en las carreteras.

El aumento del Impuesto de Matriculación (IM) se debe a tres motivos fundamentales, el cambio del ciclo de homologación, el incremento de las ventas de coches de gasolina, que aumentan sus emisiones de CO2 respecto a un diésel equivalente, y el aumento de ventas de coches de tipo todocamino, más caros y contaminantes que sus equivalentes compactos.

Llevamos muchos años en Europa con unas pruebas de homologación absurdas hechas dentro de un laboratorio y en condiciones irreales. Todo el mundo lo decía, pero hasta que una universidad norteamericana no desveló el caso 'dieselgate' nadie en Europa tomó una decisión. Ahora, con el nuevo ciclo de homologación, el mismo coche que antes emitía 110 gramos de CO2 por km ahora emite 125 o 130 g/km. No es que contamine más, sino que ahora se mide de otra manera. Y eso supone que los ciudadanos españoles pagan más. Pero los alemanes, franceses o italianos pagan lo mismo que antes en impuestos al comprar el vehículo.

Otra clave en el aumento del IM es el aumento de ventas de coches de gasolina frente a los diésel. Cada vez que se analizan las ventas de coches en España, mes tras mes, aumentan las de vehículos de gasolina frente a los diésel. Eso, que en muchos medios se analiza como un triunfo para la ecología, en realidad supone un aumento de las emisiones de CO2 y por ello también un incremento en el pago del IM en los coches nuevos.

La última razón de la subida de este impuesto es una cuestión de tendencias del mercado. Si durante años los coches más vendidos eran los compactos, modelos como el Volkswagen Golf, el Ford Focus o el Opel Astra, por ejemplo, ahora los más vendidos son los todocamino. Modelos como el Nissan Qashqai, el Peugeot 3008 o el Kia Sportage, vehículos que consumen y emiten más CO2 por ser más altos, menos aerodinámicos y más pesados.

Los vehículos matriculados en España en 2018 emitían una media de 119 g/km, dos gramos más que en 2017, mientras que los comercializados en diciembre tenían 121 gramos de media frente a los 117 en diciembre de 2017. Hay que tener en cuenta que hay cuatro tramos para determinar el IM: los coches de hasta 120 g/km que no pagan este impuesto, entre 121 y 160 g/km cuyo incremento es de 4,75% sobre el valor del coche, entre 161 y 200 g/km con un 9,75% y el último tramo, el de más de 200 g/km, cuyo IM supone el 14,75% del precio del coche.

Todas las asociaciones del sector de automoción apoyan una nueva economía para el automóvil en la que se paguen menos impuestos al comprar un coche nuevo y a cambio se pague más por el uso del vehículo. Es decir, reducir los impuestos en la compra, para que se pueda rejuvenecer el parque, pero que luego se paguen más impuestos a los carburantes. Con ello se fomentaría tener coches más modernos, menos contaminantes y más seguros, pero que se usara menos el coche en el día a día. Eso es lo que se hacen en Alemania, Francia o Reino Unido, donde solo se paga el IVA al comprar el coche. En España poco a poco evolucionamos hacia cobrar más impuestos a la compra y también más impuestos al uso, como ocurre con el nuevo impuesto al diésel. Hacienda y las Comunidades Autónomas recaudan cada día más y los ciudadanos siempre pierden y pagan cada día más por lo mismo.

Las ventas de coches subieron un 7,5% en España en el año 2018 respecto a los datos del año anterior. Pero curiosamente la recaudación por el Impuesto de Matriculación ha subido en el mismo periodo un 31,5%. Si a esto sumamos que han aumentado las ventas de vehículos de gasolina, que consumen más que los diésel, el resultado es muy positivo para Hacienda. También es positivo para las Comunidades Autónomas, que son las que recaudan el Impuesto de Matriculación.

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