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Por qué no debes pensar que solo los coches son los culpables del cambio climático
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Carlos Cancela

Por qué no debes pensar que solo los coches son los culpables del cambio climático

La pasada semana ha estado marcada por las manifestaciones protagonizadas por jóvenes que han recorrido las principales ciudades de todo el mundo exigiendo la lucha inmediata

Foto: Los coches son solo una parte de los graves problemas de contaminación y de emisiones de CO2 que sufre la Tierra.
Los coches son solo una parte de los graves problemas de contaminación y de emisiones de CO2 que sufre la Tierra.

La pasada semana ha estado marcada por las manifestaciones protagonizadas por jóvenes que han recorrido las principales ciudades de todo el mundo exigiendo la lucha inmediata contra el cambio climático. Sin duda la Tierra está sometida a muchas tensiones y la sobrepoblación y el consumo exagerado están creando una situación cada día más complicada.

Los jóvenes piden que se apliquen de forma inmediata limitaciones para evitar el calentamiento global y para buscar la sostenibilidad del planeta. Pero el problema es tan grave que no parece probable que la solución la puedan tener solo ellos. Ni siquiera hay una postura científica única en torno al problema del cambio climático y todas sus variantes, porque en el fondo lo que hay son muchos intereses.

Cuando se buscan soluciones no se hace de manera global y científica, sino que se buscan dos o tres puntos conflictivos y nada más. Y sobre todo, lo que se busca directamente es echarle la culpa a alguien y con eso parece que el problema ya está en vías de solución. En este momento hay dos temas que están de moda o que según la denominación moderna son "trending topic": sostenibilidad y feminismo. Y por qué no juntar estas dos palabras para conseguir una mayor repercusión. En la Cumbre del Cambio Climático, en la ONU, Pedro Sánchez ha advertido que las mujeres y las niñas son las personas más vulnerables a las consecuencias del cambio climático.

Creo que es innegable que la situación actual del planeta está fuera de control, que cada día se derrochan más recursos naturales y que esta situación es insostenible. Pero el tema está en qué es lo que hacemos, quién toma esas decisiones y con qué objetivos.

La Unión Europea parece dispuesta a ser la comunidad más avanzada en la lucha contra el cambio climático y en 2050 ser neutra en emisiones. Conviene valorar que los diez ríos que más plástico vierten al mar están en Asia y en África y los europeos prácticamente no vierten nada. Sin embargo, en Europa vuelan miles de aviones cada día y las emisiones de todas estas aeronaves son brutales.

Aviones

Europa quiere prohibir todos los coches, o al menos los que no sean eléctricos, en pocos años. Pero no se habla nada de reducir los vuelos de aviones que producen mucha más contaminación que los coches. Y de los barcos, que son aún peores, ni hablamos. Aunque el problema fundamental para las emisiones de CO2 es la producción de electricidad, responsable de cerca del 40 % de las emisiones a nivel global. Y Europa ha aprobado mantener las subvenciones para usar el carbón como fuente de producción de energía. Pero solo por el interés de Alemania y Polonia.

Lo que más afecta al cambio climático son las emisiones de CO2, que en 2020 en la UE deberán ser de 95 g/km para todos los coches nuevos vendidos. Por comparar con un avión, un vuelo Madrid-Tokio-Madrid con 300 pasajeros a bordo emite, según el Icao Carbon Emissions Calculator, 1.5 toneladas de CO2 por persona, es decir 450 toneladas de CO2 para ese vuelo. O sea, lo mismo que un Seat Ibiza diésel de 90 caballos recorriendo unos 5 millones de kilómetros, aproximadamente. Si hablamos de un vuelo Madrid-Málaga, las emisiones son de 73 kg/persona. Ir de Madrid a Málaga en ese mismo coche supone unas emisiones de 114 kg para llevar a 5 personas. Pero el avión en realidad emite, viajen los que viajen, 14 toneladas de CO2.

La contaminación de los barcos es aún muy superior a la de los aviones y tampoco se tiene en cuenta a la hora de limitar y poner soluciones de cara al futuro. Pero el sector que más CO2 emite es el de la producción de electricidad que supone cerca del 40% de las emisiones totales en el planeta

La lucha contra el cambio climático es un engaño más de la sociedad actual. Nos dicen que los culpables son los coches y que hay que prohibirlos. Pero ¿a cuántos políticos han visto en España o en Bruselas viajar en transporte público? El principal emisor de CO2 en el mundo es el sistema eléctrico. Se habla mucho de energías renovables, pero curiosamente más de la mitad de la electricidad en el mundo se produce quemando carbón, gas o petróleo.

La lucha contra el cambio climático tiene que empezar por concienciar a todos y cada uno de los 7.000 millones de habitantes que hay en la Tierra. Mientras no exista una conciencia ecológica no hay ningún futuro para el planeta. Los jóvenes protestan por los coches, pero quieren cada día más aviones. Con los precios actuales de los billetes de avión, los jóvenes y el resto de los ciudadanos, se van de fin de semana a Londres, París o Berlín, en unos vuelos que contaminan lo que miles de coches....

Los jóvenes protestan contra el cambio climático y, sin ninguna duda, tienen razón. Pero llevan un móvil de última generación, que cambian cada año, y que supone un gasto de recursos inasumible por nuestra sociedad. Y entre medias los políticos, siguen protegiendo a los grandes lobbies, de la electricidad, el petróleo, el agua potable o las comunicaciones.

Lo que hace falta es que todos trabajemos por un objetivo común, para hacer un mundo sostenible, y se puede conseguir. Pero cada uno tiene que aportar su granito de arena. Hay que usar el coche lo menos posible, sin duda, pero no prohibirlo. No se pueden prohibir los aviones pero hay que mentalizarse para usarlos razonablemente. El transporte público es una buena solución, pero los gobiernos deben invertir dinero para hacerlo más asequible, rápido y eficiente. Las eléctricas deben apostar por energías renovables de verdad y con gran rapidez. Y los estados deben aportar nuevas ideas y optimizar los recursos. Pero sobre todo hay una idea que me parece clave, y que resumen todo esto: potenciar el consumo razonable.

La pasada semana ha estado marcada por las manifestaciones protagonizadas por jóvenes que han recorrido las principales ciudades de todo el mundo exigiendo la lucha inmediata contra el cambio climático. Sin duda la Tierra está sometida a muchas tensiones y la sobrepoblación y el consumo exagerado están creando una situación cada día más complicada.

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