Es noticia
Roro no acude al punto violeta
  1. Sociedad
  2. España is not Spain
Juan Soto Ivars

España is not Spain

Por

Roro no acude al punto violeta

Si Roro no respeta la imagen de la mujer forjada por el feminismo, que respete nuestros impuestos. Ir en dirección contraria a nuestra carísima propaganda institucional es una forma de corrupción

Foto: ¿Quién es Roro Bueno? Todo sobre la nueva 'influencer' de Tiktok que siembra la polémica (y el por qué).(Instagram:@whoisroro)
¿Quién es Roro Bueno? Todo sobre la nueva 'influencer' de Tiktok que siembra la polémica (y el por qué).(Instagram:@whoisroro)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Todos los logros que las organizaciones por la liberación de la mujer habían conseguido en los últimos años están en la cuerda floja debido a la aparición de un personaje que hace lo que le sale del coño: Roro, esa chica joven que se graba vídeos cocinando para su novio y los cuelga en TikTok. ¡En TikTok hay que hacer lo de Carla Galeote: grabar al vecino pajillero y denunciarlo públicamente! ¡Mostrar en la pasarela un vestidito fetén adornado con nombres de mujeres asesinadas!

Pues bien: justo cuando ya se rascaba con las uñas el triunfo absoluto de la emancipación femenina, con algo cercano al cien por cien de las mujeres actuando según lo previsto por el ministerio (al menos a la luz de los estudios confeccionados por el Ministerio), va esta joven y toma una serie de decisiones incompatibles con lo previsto por las organizaciones por la liberación femenina.

Llámese a esto tradwife, transfuguismo, pecado; llámese como sea, pero jamás simple decisión personal. Las personas son ejemplos unas para otras: símbolos, y las mujeres en particular. Aunque Roro no dice a las demás cómo tienen que comportarse, las libertadoras sí lo hacen: he aquí una prueba indiscutible de superioridad moral, pero qué importa. Dicta en Twitter: tenéis que sufrir por culpa de los hombres. ¿Te perdiste la última clase, Roro? Cuidar a tu novio es engordar un dragón.

Ha salido en entrevistas diciendo que él también la cuida a ella, incluso que limpia la casa. Ha dicho que lo de los vídeos no es más que contenido. ¿Y qué más dará? ¿No ha visto cómo se ponen por la letra de una canción, por un chiste, por las ficciones? ¿Qué tiene esa chica en la cabeza? ¿Para qué tanta inversión pública en instrucción si, de pronto, una chica considera que es decente ir arreglada y exhibir una sonrisa apacible en la cocina?

Foto: Mujeres que de manera individual deciden quedarse en casa para ejecutar un rol de género ultraconservador. (Pexels)

No: en la cocina hay que acumular rencor. Ni los discursos entusiastas por la sororidad que acompañaron a Jenni Hermoso hasta que se sintió como la víctima que necesitábamos; ni las amenazas a Victoria Abril por quejarse de los excesos del feminismo y las denuncias del MeToo; ni tampoco los ataques pedagógicos contra la propia Roro en redes sociales han logrado que deje de cocinar para su novio.

Una mujer solo puede comportarse así si la obligan: si su marido vota a Vox y la maltrata. Puede cocinar para su novio o su familia, pero siempre sintiéndose muy mal consigo misma: utilizada. Se puede poner la lavadora si luego hay bronca, incluso planchar una camisa siempre que suba la temperatura del odio del hogar. Hacer cualquiera de estas cosas con expresión apacible es gravísimo.

Una mujer solo puede comportarse así si la obligan: si su marido vota a Vox y la maltrata

Su aspecto provoca inseguridad y para colmo parece estar bastante enamorada. Esperemos que caiga pronto en la cuenta de que convive con un violador en potencia, con un posible maltratador, con alguien que la manipula. Pero ¿cómo tener esperanza? Ni siquiera se muerde las uñas, el Orfidal parece incompatible con ella. Por eso, ante su presencia, internet brama, suplica, discute: no sirve de nada.

La Federación de Mujeres Jóvenes la señaló en su cuenta de Twitter. Esta Federación ha cobrado millón y medio de euros desde el año 2020 y se dedica mayormente a la propaganda: a fomentar que no haya roros en este mundo. Si Roro no respeta la imagen de la mujer forjada por el feminismo, que respete nuestros impuestos. Ir en dirección contraria a nuestra carísima propaganda institucional es una forma de corrupción.

Si los talibanes conquistaran la Península Ibérica, la cosa no estaría peor. Roro traiciona por completo el sentido de las famosas “políticas de los cuidados”: hay que cuidar de cualquiera que no sea tu pareja varón. Cuidarse a una misma, cuidarnos entre todas, cuidar los lazos, la memoria de las abuelas, pero jamás a un machirulo que tendría que estar en cursos de deconstrucción de la masculinidad, puesto que si se deja cocinar y cuidar por ella ya la está maltratando de facto.

Bien. Mientras los vídeos de Roro agotan las reservas occidentales de ansiolíticos y comprensiblemente cunde el pánico, la directora del Instituto de las Mujeres ha sido cesada. Simultáneamente a la aparición de este personaje se conocía que Isabel García, junto a su pareja, habían estado barriendo para casa con los contratos de los puntos violeta en algunos ayuntamientos del PSOE.

Lo sé: es mucho menos grave la corrupción de los fondos destinados a que no haya ninguna mujer como Roro que los vídeos de la propia Roro. Después de todo, haya mangoneado o no, no hay ninguna prueba de que Isabel García sepa cocinar, y mucho menos de que lo haga para un hombre.

Todos los logros que las organizaciones por la liberación de la mujer habían conseguido en los últimos años están en la cuerda floja debido a la aparición de un personaje que hace lo que le sale del coño: Roro, esa chica joven que se graba vídeos cocinando para su novio y los cuelga en TikTok. ¡En TikTok hay que hacer lo de Carla Galeote: grabar al vecino pajillero y denunciarlo públicamente! ¡Mostrar en la pasarela un vestidito fetén adornado con nombres de mujeres asesinadas!

Feminismo
El redactor recomienda