Emprendedor, nunca ganarás a Hacienda (y estos tres casos te lo demuestran)

En la diana imaginaria que todo autónomo o pequeño emprendedor tiene en su cabezahay una institución que ocupa el lugar central. Se trata de Hacienda que, con razón o sin ella, es la principal responsable de la falta de sueño de muchos empresarios que quieren sacar su proyecto adelante.

Si tienes algún problema con Hacienda y quieres salir victorioso, tengo una mala noticia que darte: no lo vas a conseguir. Casi seguro,¿eh? Si lo hacesnos lo cuentas, pero casi seguro que no. Ganarle una batalla a Hacienda (tengas razón o no) es prácticamente imposible, y hoy te traemos tres ejemplos muy ilustrativos que dan buena cuenta de ello.

1.- Declaración de la Renta (primer asalto)

Este año mi Declaración de la Renta como autónomo me ha salido bastante bien, ya que me devuelven algo más de 1.800 euros, una cantidad con la que un mindundi como yo es capaz de montar la mayor bacanal jamás vista. Sin embargocuando me llamaron de mi gestoría para decírmelo, enseguida recordé que el acontecimiento no tenía tantos visos de alegría.

Y es que ahora mismo debo algo más de 3.000 euros a Hacienda, ya que en la última liquidación del IVA, ante la falta de efectivo (¡clientes, pagadme!), tuve que solicitar un pago fraccionado. Resultado: esos 1.800 euros que se dirigían entusiastas haciami cuenta bancaria cambiaron de destino antes siquiera de preparar la maleta. Su nuevo destino eran las arcas públicas.

¿Me cabrea este hecho? En realidad no. Más allá de anular la compra de la bolsa de Doritoscon la que pensaba celebrar semejante hazaña, lo veo totalmente lógico. Si le debo dinero a Hacienda y me encuentro con un remanente que enseguida me confiscan, no sólo es lícito, sino que de hecho me parece lo más razonable.

2.- Declaración de la Renta (segundo asalto)

Hace dos o tres semanas conocí en un evento a un emprendedor con una situación que me recordó a la mía, aunque justo a la inversa. A este emprendedor la Renta le había salido a pagar, ya que a su empresa le había ido estupendamente bien en 2014, con lo que ahora tenía que soltar a Hacienda cerca de 5.000 euros.

Si a este emprendedor le fue bien en 2014 es porque consiguió como clientes a un par de instituciones públicas, entre las cuales, fíjate tú por dónde, estaba la propia Hacienda, que a día de hoy le debe el pago de dos facturas por cerca de 30.000 euros. Y claro, del mismo modo que a mí las arcas públicas me retuvieron el dinero que iban a darme, a él se lo harían a la inversa, ¿no? Seguro que ya has adivinado la respuesta: no. Él ha tenido que pagar y seguirá esperando a cobrar algún día las facturas pendientes.

Si debes dinero a Hacienda, te lo requisarán enseguida; si Hacienda te lo debe a ti... espera sentado.

Es evidente que este tipo de trámites a veces van por cauces distintos, de modo que gestionar este tipo de devoluciones no parece tan sencillo. Pero con lo fácil que fue retener mi dinero en mi caso, ¿no debería quizá ser igual de sencillo en el caso del emprendedor que ha soltado 5.000 euros a una institución que le debe 30.000?

3.- Recargo en el IVA

Según cuenta Expansión, Hacienda está estudiando la posibilidad de imponer un recargo del 10% en el IVA a las empresas que tarden en pagar a sus proveedores más allá del límite establecido por la Ley de Morosidad. Aun siendo impopular, no parece una idea del todo mala, ¿no? Para los deudores será una putada, pero los acreedores quizá ganen algo de tranquilidad.

Sin embargo, hay un detalle curioso: de aprobarse, esta nueva medida sólo se aplicaría a las operaciones entre empresas privadas, en ningún caso afectaría a las administraciones públicas. Y, a la hora de evaluar quién tarda más en pagar a sus proveedores acorde a los plazos que marca la Ley de Morosidad, ¿adivinas quiénes salen peor paradas? Efectivamente: las administraciones públicas. Sin embargo, ellas no se verán afectadas por este posible recargo.

Así que ya lo sabes: si tienes una cuenta pendiente con Hacienda, más vale que la cierres cuanto antes y soluciones el problema. Independientemente de que tengas o no razón, lo que está claro es quién va a ganar la batalla.