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Dime a qué partido votas... y te diré qué red social eres
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Carlos Otto

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Dime a qué partido votas... y te diré qué red social eres

Si nuestras opciones políticas fueran redes sociales... ¿cuáles serían? Atención: las probabilidades de que te sientas ofendido son bastante altas. Pero tómatelo con humor, hombre.

Foto: PP, PSOE, Podemos, Ciudadanos... ¿con qué red social compararías a cada partido? Foto: Reuters/Albert Gea/Paul Hanna/Eloy Alonso/Andrea Comas.
PP, PSOE, Podemos, Ciudadanos... ¿con qué red social compararías a cada partido? Foto: Reuters/Albert Gea/Paul Hanna/Eloy Alonso/Andrea Comas.

Acabamos de pasar (y lo que nos queda) las elecciones más reñidas de nuestra historia democrática. Y en todo este tiempo las metáforas no han parado de sucederse: que si Juego de Tronos, que si Winter is coming, que si el "pacto de perdedores", que si la operación Menina, que si "el partido del IBEX 35", que si "el partido que intenta ser halcón y no llega a gaviota"...

Pero dentro de la lluvia de metáforas (tan entretenidas como inútiles), hay una que falta por hacer: ¿a qué redes sociales se parecen nuestros políticos? Si los partidos españoles fuesen redes sociales, ¿cuáles serían?

Partido Popular: Microsoft

En realidad Mariano Rajoy no es una red social como tal, porque eso de ser red social ni es serio, ni es de sentido común ni nada. Aquí lo serio es ser una compañía tecnológica como Dios manda, y Rajoy tiene una que le viene como anillo al dedo: Microsoft.

¿Quién dice ser fan de una empresa como Microsoft y lo reconoce orgulloso? Entre nadie y casi nadie. De hecho, Microsoft es como lo rancio, lo acabado, lo demodè... vamos, que no mola nada. Y el caso es que aparentemente no hace más que caer, pero a la hora de verdad, oye, ahí lo tienes: apenas pierde un poquito de nada.

Al final, Microsoft acaba siendo una opción más que válida para el tradicionalista de toda la vida. Sí, no es la empresa que lo va a petar y nadie empeñaría su casa para apostar por su futuro, pero oye, ahí sigue, a la cabeza. Microsoft representa lo fiable o, como poco, el mal menor.

PSOE: Facebook

Aunque en menor medida, a Facebook le pasa algo similar a lo de Microsoft: todo el mundo te dirá que ya no mola nada, que casi ni lo usa, que no tiene interés, que ha perdido su gancho... pero, a lo tonto, resulta que sigue teniendo una cantidad nada desdeñable de usuarios.

De hecho, al final resulta que todo el mundo ha sido un absoluto fan de Facebook en algún momento de su vida. Y lleva años que parece que está muriendo, sí, pero a la hora de la verdad muchos se resisten a abandonarlo.

El PSOE es como Facebook: cada vez mola menos, todo el mundo dice que ya no lo usa... pero ahí sigue

Eso sí, Facebook tiene motivos más que de sobra para asustarse. Porque, pese a intentar renovarse cada dos por tres con su Facebook Messenger, resulta que lo que a sus usuarios les gusta es Whatsapp. Y claro, al final han tenido que intentar evitar la embestida mediante la compra del servicio de mensajería, pero espera que no sea el propio Whatsapp el que acabe con Facebook.

Podemos: Whatsapp

A Pablo Iglesias le pasa lo que a Whatsapp: algunos lo adoran, a otros les gusta (aunque le ponen más de un pero), a otros les gusta (aunque no lo vayan reconociendo por ahí) y otros dicen que la gente está idiota todo el día con el Whatsapp, pero al final está claro: está hasta en la sopa. Y eso es horrible.

Lo malo de crear tantas expectativas es que es fácil que te decepciones. Porque claro, hay gente a la que le gusta Whatsapp, pero no acaban de fiarse y creen que en cualquier momento les puede traicionar, mientras que otros creen que no acaba de ser una opción demasiado fiable.

Por último, están aquellos a los que esto de Whatsapp les parece simpático e incluso útil, pero no nos engañemos: a la hora de la verdad, cuando todo el mundo lo necesita, Whatsapp no puede liderar esto. La caída mundial durante la pasada Nochevieja bien lo demuestra.

Izquierda Unida: Telegram

¿Conoces Telegram? Sí, hombre, esa aplicación con la que te da el coñazo tu cuñado defensor del software libre o el amigo que cree que todas las redes sociales son inventos del establishment para vigilarnos y acabar con todos nosotros.

El buen usuario de Telegram es como el buen vegano: no sólo lo es, sino que además se empeña en decírtelo a todas horas. Te dice que si eres idiota, hombre, que si no te das cuenta de que Whatsapp ahora es de Facebook, que lo que deberías usar es Telegram. Que a lo mejor en Telegram son cuatro gatos, pero oye, son auténticos.

Izquierda Unida es como Telegram: son cuatro gatos, pero oye, ¿y lo orgullosos que están de su discurso?

Y es que, frente al mercantilismo de Whatsapp, aquí lo único puro, fiable y seguro es Telegram. Y punto. Que Whatsapp tendrá mejor marketing, sí, pero al final te vas a acabar arrepintiendo.

Ciudadanos: Twitter

Aparentemente, Twitter mola. Mola mucho, de hecho. Es algo fresco, ligero, sencillo, todo el mundo lo glorifica... pero chico, al final nada.

Resulta que no hay día que no salte alguien diciendo que Twitter es el futuro de las redes sociales, que hay que ver cuánto potencial tiene... pero al final, meh.

Es entonces cuando te das cuenta de que Twitter, en realidad, no lo usa tanta gente. Los pocos que lo usan son influyentes y hacen mucho ruido, sí, pero poco más. Y además está lleno de cuñados. Al final, tanta burbuja para nada.

Vox: Chatroulette

Vox es como mirar un accidente: sabes que no deberías hacerlo, porque todo serán vísceras asquerosas, pero al final, por el morbo o por lo que sea, no puedes dejar de mirar.

En el mejor de los casos, Vox es Chatroulette, el servicio de videoconferencia aleatorio pensado para conocer gente al azar de todo el mundo... pero famosa por estar repleta de gente que enseña sus partes más íntimas. Promete algo vomitivo y morboso y, efectivamente, te lo da. En el peor de los casos, es una web porno inundada de publicidad: no sólo es sórdido, sino que, además, si no tienes cuidado saldrás de ahí con el ordenador lleno de virus.

UPyD: Google+

¿Quién de aquí tiene cuenta activa en Google+? Exacto.

Acabamos de pasar (y lo que nos queda) las elecciones más reñidas de nuestra historia democrática. Y en todo este tiempo las metáforas no han parado de sucederse: que si Juego de Tronos, que si Winter is coming, que si el "pacto de perdedores", que si la operación Menina, que si "el partido del IBEX 35", que si "el partido que intenta ser halcón y no llega a gaviota"...

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