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'Guardaespaldas' la miniserie de la BBC que arrasó en Gran Bretaña llega a Netflix
Protagonizada por Richard Madden ('Juego de Tronos') y compuesta por seis episodios, la producción lleva la firma de Jed Mercurio, creador de 'Line Of Duty'
El drama más visto en la ficción británica desde ‘Downton Abbey’. La audiencia más multitudinaria en la industria televisiva británica este año, si exceptuamos el Mundial de fútbol. Una hazaña únicamente comparable a la cobertura de la boda de Meghan Markle y el príncipe Harry, que alcanzó los 18 millones de espectadores sumando los ratings de todas las cadenas.
El pasado 23 de septiembre el 47,9% de los británicos sentados frente al televisor estaban disfrutando del desenlace de ‘Guardaespaldas’. 10.4 millones de británicos, cuatro millones más que en su estreno el 26 de agosto, tras superar cada semana los registros de visionado en la aplicación de la BBC.
El culpable de que una serie de televisión haya robado tiempo al Brexit en las conversaciones de la City es Jed Mercurio, creador de otra exitosa producción británica, ‘Line Of Duty’. En esta ocasión Mercurio propone a los espectadores una miniserie de seis episodios con el escolta David Budd como protagonista. Más corrupta y menos tierna que su antecesora cinematográfica, con la que no tiene nada que ver, ‘Guardaespaldas’ es un adictivo thriller político en el que la corrupción y el terrorismo cruzan sus caminos en las altas esferas del gobierno. El próximo estreno británico de Netflix, que llegará a la plataforma el miércoles 24 de octubre.
Richard Madden, Robb Stark en ‘Juego de Tronos’, es el encargado de interpretar al Sargento Budd, un veterano de la guerra de Afganistán que trabaja como guardaespaldas en el comando de protección de las Operaciones Especiales de la Policía Metropolitana de Londres. El departamento que se ocupa de la seguridad de los miembros de la realeza, los parlamentarios y los diplomáticos. Tras pasar un fin de semana en casa de sus padres Budd, divorciado, regresa con sus hijos a Londres a bordo de un tren. Siempre atento a lo que sucede a su alrededor, el escolta no tardará en descubrir que él, y el resto de pasajeros, están en peligro.
Ascenso peligroso
‘Guardaespaldas’ arranca con veinte minutos cargados de suspense y tensión, un aperitivo fiel al menú que Mercurio ha confeccionado para el espectador en los próximos episodios. Una vez recuperada la calma Budd es asignado al cuerpo de seguridad de la ministra de interior, Julia Montague. “Un ascenso” le aclara su jefa ante la falta de entusiasmo del guardaespaldas por la noticia.
Pero la Honorable Montague no es un personaje cualquiera de la actualidad política británica. La tramitación de una ley de seguridad digital, que pone en peligro la privacidad de los ciudadanos, le ha convertido en la diana de las críticas en medios y redes sociales. Lo que unido a la alerta terrorista en la que vive el país hace que el nivel de la seguridad en torno a la ministra se incremente.
La vigilancia extraordinaria a la que deben someter cada uno de los pasos de Montague no es el único quebradero de cabeza del Sargento Budd. Las opiniones de la ministra sobre la guerra de Afganistán y la participación de tropas británicas siempre le han molestado y ahora se debate entre sus principios y su profesionalidad. Una lucha en la que juega un papel importante su situación psicológica, pero en la que apenas tendrá tiempo de pensar cuando la situación exija que ponga en práctica todos sus conocimientos sobre seguridad.
Misterio, secretos y preguntas
Entre misteriosas reuniones y trepidantes escenas de acción ‘Guardaespaldas’ es un thriller político que pone sobre la mesa las implicaciones legales vinculadas a la seguridad nacional. Y lo hace sirviéndose de personajes femeninos que ocupan, con firmeza, cargos de vital importancia para el devenir del país. Mujeres que combaten el terrorismo y el crimen organizado mientras asisten a los tejemanejes propios del paisaje político de ámbito nacional. Con sus chantajes, sus puyas ante los medios y sus misteriosas reuniones en hoteles.
Al convertirse en la sombra de la Ministra de Interior, Budd tendrá la oportunidad de ser testigo de la trastienda de la política nacional. Un lugar oscuro y lleno de peligros en el que pocos son quienes dicen ser y muchos los que esperan un mínimo fallo para llegar arriba. Las entrañas de una época en la que el medidor de la temperatura social son las redes. Y los políticos lo saben.
Con la destreza que ya demostró en ‘Line of Duty’, Mercurio desarrolla una historia efectista en la que los giros inesperados son el fármaco que engancha la audiencia. Nada nuevo y, quizá, tampoco bueno, si nos queremos poner televisivamente exquisitos. Pero el guionista inglés envuelve como nadie sus obras desarrollando una historia cargada de misterio y secretos, en la que el espectador no puede dejar de preguntarse si los buenos son realmente los buenos, y los malos son tan malos. Y si realmente se trata de descubrir la verdad, cueste lo que cueste, o de salvar su propio pellejo.
El nuevo éxito de Mercurio
Hasta el estreno de ‘Guardaespaldas’ 2018 había sido un año más bien discreto en lo que a estrenos se refiere, con ‘Killing Eve’ siendo la única producción que ha brillado con luz propia. Y aunque la creación de Mercurio ha contado con una audiencia más heterogénea en lo que a opiniones se refiere, es una de las series del año en Reino Unido por derecho propio.
Con las audiencias de la televisión convencional en constante caída, y las plataformas de streaming creciendo trimestre tras trimestre, ‘Guardaespaldas’ ha devuelto la fe en la pequeña pantalla a los más escépticos. Y durante seis semanas proporcionó a los británicos una razón para fijar una cita semanal con el televisor. Todo un hito para un canal como la BBC, que año tras año ve cómo su audiencia envejece.
Con la producción protagonizada por Richard Madden y Keely Hawes encarnando a Montague, la BBC ha vuelto a despertar el interés de la juventud. Que un año más ha rescatado del (breve) olvido el eterno debate sobre los spoilers en las redes. Un mal de los tiempos modernos en los que podríamos dar por perdida la angustiosa pero disfrutable espera semanal, ahora que lo que se lleva son los atracones.
La que para algunos es la mejor creación de Mercurio hasta la fecha, puede ser imperfecta o manipuladora, pero los resultados obtenidos son muy merecidos. La relación entre los personajes protagonistas, la impecable resolución de las escenas de acción y un guion a modo de una particular muñeca rusa son las mejores bazas de una producción ideal para disfrutar en un fin de semana de otoño. No mucho más, que luego empiezan a correr por ahí los spoilers.
El drama más visto en la ficción británica desde ‘Downton Abbey’. La audiencia más multitudinaria en la industria televisiva británica este año, si exceptuamos el Mundial de fútbol. Una hazaña únicamente comparable a la cobertura de la boda de Meghan Markle y el príncipe Harry, que alcanzó los 18 millones de espectadores sumando los ratings de todas las cadenas.
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